Harlan Coben dice que su desafío es mayor que el de Agatha Christie porque él escribe sobre personas desaparecidas, no asesinadas
El escritor Harlan Coben viste un buzo gris con capucha de Asbury Park, la ciudad costera en el estado de New Jersey, cerca de Nueva York, famosa por estar en el título del...
El escritor Harlan Coben viste un buzo gris con capucha de Asbury Park, la ciudad costera en el estado de New Jersey, cerca de Nueva York, famosa por estar en el título del primer disco de Bruce Springsteen de 1973, Greetings from Asbury Park, NJ. Coben nació en ese estado en 1962 y sigue viviendo ahí y claro, es fan de “El Jefe”.
“En la playa de Asbury Park vi el primer concierto de Springsteen que hizo en su vida. También fui a The Stone Pony, el club donde tocaba siempre y desde donde surgió. Sí, Springsteen ha sido parte de mi vida desde la escuela secundaria”.
Desde su oficina, donde brinda la charla en exclusiva vía Zoom con La Nación, Coben escribe libro tras libro, un total de hasta ahora 40, que lo han convertido en uno de los autores más exitosos de thrillers del mundo con más de 85 millones de copias vendidas. De esos 40, 12 son de la saga de Myron Bolitar, un ex basquetbolista dueño de una agencia de representación de deportistas y ocasional detective privado. Tres novelas son del sobrino de Myron, Mickey Bolitar, y son del género detectivesco para jóvenes adultos. Dos, son de otro personaje recurrente, Wilde. Y las otras son novelas autoconclusivas con un género en común: el misterio enfocado principalmente en gente que desaparece.
“Toda la vida son puertas corredizas, ¿no?”, comenta Coben sobre su preferencia literaria. “Todo lo que hacés cambia lo que hiciste. Cada persona con la que saliste fue un camino potencial que podrías haber tomado. Cada vez que empezabas un nuevo trabajo, cada vez que hacías incluso pequeñas cosas, el efecto mariposa también ocurría. Todo eso me parece realmente interesante. Y todo de tu pasado, por supuesto, informa tu presente. Y yo a amo los secretos. No hay sorpresa allí. Y también me encanta desaparecer a la gente. Si Agatha Christie escribía sobre personas asesinadas, yo hago personas que desaparecen porque te desafían más. Realmente, si alguien está muerto, está muerto. Seguís adelante. Sí, quizás el crimen se resuelve, pero si alguien falta tenés esperanza y la esperanza puede ser la cosa más maravillosa del mundo o puede destrozar tu corazón como una cáscara de huevo. Me encanta tratar con ese rompecabezas, descifrar qué está pasando realmente pero de una manera que conmueva el corazón.”
Coben sabe que es un escritor para leer rápido, algo usual en la literatura norteamericana de ejemplares de tapa blanda para llevar en vacaciones o, como se la han llamado, “novelas de aeropuerto” por estar siempre presentes en las librerías de las terminales áreas. Generalmente son libros de cientos de páginas, pero de capítulos cortos, con una profusa cantidad de personajes y tramas adictivas. Sus géneros son espionaje, misterio, románticas, detectivescas y sus autores son internacionalmente conocidos: Jeffrey Archer, Lee Child, David Baldacci, Suzanne Collins, James Patterson, Tom Clancy, Danielle Steel, Sidney Sheldon…
Al ser tan atrapantes, este tipo de novelas son caldo de cultivo ideal para la adaptación al cine o a series. Y Coben no es la excepción. En 2006, la primera adaptación del escritor no fue en su país sino en Francia con la película No le digas a nadie, de Gillaume Cantet. Dos miniseries hechas en el mismo país le seguirían, adaptadas de otros dos libros: Última oportunidad y Solo una mirada en 2015 y 2017 respectivamente. “He tenido mucha suerte de que mis novelas se vendan bien en el extranjero. Creo que soy uno de los pocos autores norteamericanos que vende más libros fuera de los Estados Unidos que dentro de mi país”, se sincera el escritor.
En 2016 Coben creó la serie The Five para la televisión británica y, en 2018, la coproducción anglo francesa Safe con Michael C. Hall, de Dexter, lo que significó su primera sociedad con Netflix. En 2022 Prime Video estrenó Shelter, una serie basada en las aventuras de Mickey Bolitar que duró solo una temporada. Cuatro años antes, en 2018, Coben había firmado un contrato multimillonario, ya renovado, con la plataforma de la N roja para adaptar durante cinco años 14 de sus novelas.
El éxito internacional de Coben sumado a la oportunidad que Netflix les da a sus productos fuera de Estados Unidos era una combinación difícil de ignorar. Además de Safe, le siguieron Me haces falta, Engaños, No hables con extraños, Quédate cerca, Por siempre jamás (hecha en Francia), El inocente (hecha en España), Solo una mirada (una nueva versión de la anterior francesa), Bosque adentro y Ni una palabra (estas tres últimas hechas en Polonia). Hace unos días Netflix comunicó que en abril comienzan a grabar la primera miniserie norteamericana basada en Ia novela I Will Find You, que será protagonizada por Sam Worthington (Avatar), para estrenar en 2026.
“He encontrado algunos equipos en el extranjero con los que me gusta trabajar. Realmente no amaba el sistema de Hollywood pero en Netflix encontré un gran lugar, un lugar divertido para ser creativo”, comenta su sobre su asociación con la plataforma. “Una de las de las fortalezas de Netflix es que pueden llevar contenidos de otros lugares a hogares que normalmente no los tendrían, si te ponés a pensar. La plataforma probablemente logra que personas vean programas extranjeros, sin importar el país en el que se encuentren. Más personas que en toda en la historia de la humanidad ¿Cuánta gente había visto un programa coreano antes de El Juego del Calamar? ¿Y cuántas personas que probablemente nunca han visto una serie argentina en Estados Unidos o Reino Unido o en cualquier otro lugar? El 26 de marzo vos vas apretar un botón y todos los episodios de Atrapados van llegar a 300 millones de hogares en 190 países. No conozco ninguna otra empresa que pueda hacer esto y espero que esta sea una de las primeras de varias presentaciones del talento argentino al mundo.”
Atrapados es la adaptación argentina de Caught, novela de 2010 y situada más precisamente en Bariloche. Producida por Vanessa Ragone y dirigida por Miguel Cohan y Hernán Goldfrid, la miniserie de seis episodios cuenta la historia de Ema (Soledad Villamil), una periodista especializada en investigar casos criminales y su relación con un referente social de la comunidad (Alberto Amman) que podría estar involucrado en la desaparición de una adolescente de 16 años. Pero, ¿cómo llegan Coben y Netflix a elegir nuestro país para adaptar un libro que transcurre en Nueva Jersey donde el personaje juega lacrosse?
“Con mi equipo de Netflix hablamos mucho sobre varios países y varias personas con las que queremos colaborar. ¿Qué historias funcionarán? ¿Y dónde? Uno de los ejecutivos de Netflix, con quien tengo una relación muy, muy cercana, sabe que soy un gran fan de El secretos de sus ojos -reconoce el autor-. También uno de los lugares de los que siempre habíamos hablado para hacer una adaptación fue Argentina y pensamos cuál de los libros funcionaría bien ahí. Vanessa Ragone y Miguel Cohan vinieron con la idea de hacer Atrapados pero adaptándolo de manera diferente en Bariloche, un lugar al que tenía planeado ir de vacaciones hace unos años pero tuve que cancelar el viaje por una emergencia familiar. Cuando me propusieron el lugar me alegré especialmente porque pensé que sería simplemente hermoso”.
-¿Cómo adaptás un thriller norteamericano, con idiosincrasia local, a uno argentino y en el sur?
-Una de las fortalezas de adaptar algunos de los libros a otros países como Inglaterra, Francia, España, Polonia y algunos otros lugares, es que es un híbrido que se convierte en algo diferente y algo que no es exactamente argentino, ni exactamente estadounidense. Este híbrido aquí funcionará realmente bien porque es como mi historia americana con la sensibilidad argentina. En realidad, es una mezcla muy interesante y se ha creado un espectáculo único porque capturamos esta serie que es exclusivamente argentina y sin embargo hay un verdadera universalidad en ella. He aprendido que cuanto más específico seas como narrador, más impactante será. Lo que la experiencia me ha dado sobre escribir la mejor novela que pueda es que cuanto más detalle local tenga, más universal es el atractivo. Pensá en Nueva Jersey en general. Los Soprano estuvieron acá. Cuanto más características te contaban de su vida en Nueva Jersey, más te encantaba, viviendo aun en Argentina. Si alguien dijera: “tengo que preocuparme por mi público en Francia. Hagámoslo menos de Nueva Jersey. Hagámoslo más en general”, sea cual fuere el lugar, no funciona tan bien. Así que realmente no pienso cómo será en la Argentina. La clave es contar la mejor historia que puedas y ser lo más específico posible.
-Pero me imagino que cuando empezaste a escribir esa novela, Netflix no existía. Estabas apuntando a la audiencia estadounidense, ¿verdad?
-Primero que todo, escribo novelas. No escribo programas de televisión. He adaptado para la televisión, pero nunca escribí un libro pensando: ¡Esto será una gran serie de televisión para la Argentina o cualquier otro lugar! Si escribís una historia que apunte al corazón de cualquier persona, será universal. Lo que vio Netflix es que esa sensibilidad se traduciría bien a otros países y a otras culturas.
-¿Cuánto te involucraste en los cambios de la novela a la miniserie?
-A veces, estoy muy involucrado. A veces, no estoy tan involucrado. Depende de la circunstancia, pero este fue un excelente y experimentado equipo que realmente sabía lo que estaba haciendo. No soy un dictador en absoluto y me gusta hacer cambios: una novela es una novela, como una serie de televisión es una serie de televisión. Las peores adaptaciones en mi opinión son aquellas que simplemente quieren permanecer fieles al texto y así sacrifican lo que podría ser una mejor serie porque quieren mantenerse fieles al libro. No me importa si se mantiene exacto al libro. Quiero que sea simplemente un programa excelente. Entonces, ¿qué suele ocurrir en este caso? Me dicen “aquí está lo que queremos hacer. Aquí tenés la estructura de la historia y te contamos los cambios”. Luego yo diré: “Me encanta que esto vuelva o podrías cambiar esto” y lo discutimos. Es un verdadero esfuerzo grupal.
“Cambiar de Nueva Jersey a Bariloche es diferente pero no tan diferente. Las personas exageran las diferencias y cómo son los seres humanos si su hijo desapareciera, no importa si sos de Nueva Jersey, Los Ángeles o Buenos Aires -analiza-. Vas a reaccionar de una manera determinada y eso no va a ser diferente porque vivís en Buenos Aires. Si alguien es acusado de algún crimen horrible y te afecta personalmente, podés reaccionar de la misma manera, sin importar quién seas. Y esa universalidad de la condición humana es la que encuentro más intrigante. De todas formas esta no es mi serie, ni la escribí yo. Podría estar orgulloso de decir que prácticamente estuve involucrado, pero en realidad fue realmente un esfuerzo de equipo muy grande. No puedo pretender saber de la Argentina tan bien como un argentino. Y es ahí donde necesito que entren las otras personas y cuando hago una pregunta, “esperá un minuto, ¿ella no haría esto?”, y me responden “Acá no”, está todo bien”.
-Tus novelas tienen muchos personajes y cada uno tiene una historia y secretos. ¿Cómo manejás el nivel de información de cada una? ¿Con tarjetas, post-it, base de datos?
-Esto puede sonar raro, pero lo guardo todo en mi cabeza. Tomo muchas notas y las tengo aquí al lado de mi escritorio , en cuadernos que siempre estoy llenando. Pero no hay nada pegado en mis paredes. Es principalmente memoria y mientras cuento la historia los personajes están allí. Cuando escribí Atrapados, por ejemplo, sabía el gancho de apertura y conocía el final. Algo usual en mí: no estoy seguro de lo que va a pasar en el medio, conocía el destino de Martina y sabía el de Leo . Todo eso lo sé antes de empezar, pero ¿cómo llegaré allí? ¿Qué pasará en el medio? Ni idea. Lo comparo con ir de viaje en auto. Bueno, si estás manejando de Buenos Aires a Bariloche es un largo viaje, lo sé. Son 15 horas, ¿no? Bueno, el ejemplo que suelo usar es que de Nueva Jersey a Los Ángeles son más de 15 horas, pero podés tomar la ruta directa, que en el caso de Estados Unidos es la ruta 80. Sé a donde quiero llegar pero no sé exactamente dónde voy a parar en el camino ni tampoco hacia dónde va esa historia y esa es la parte divertida. Tengo muchas piezas diferentes que querría incluir en esta historia y también explorarlas. ¿Qué pasaría si perdieras a alguien por un conductor borracho? Ese tipo de pequeñas cosas que luego también entran en la historia. ¿Cómo reaccionaría yo? Y mi mente entonces empieza a divagar.
-¿Trabajás en diferentes proyectos al mismo tiempo o solo te enfocás en uno?
-Solo puedo hacer un libro a la vez. Pero las cosas de la televisión puedo hacerlas más de una vez porque no todo depende de mí, como ahora que estoy con dos nuevas series que salen en marzo. Con Atrapados me enviaban las tomas diarias y, si veía algo, hacía un comentario. Espero que el pueblo argentino esté tan orgulloso de este espectáculo como yo. No puedo esperar a que amen esta serie y la acepten. Ustedes tienen grandes talentos como son Soledad y Juan y quiero ver cómo el mundo reacciona ante ellos.
-¿Qué opinás sobre ver tus series en maratón? Los libros se leen en momentos diferentes, en varias partes, pero las series se pueden ver de corrido. ¿Creés que cambia la percepción de la historia?
-No, para nada. De hecho, esta mañana estoy recibiendo dos correos electrónicos de alguien que había leído de corrido la prueba de galera de mi nuevo libro. Conozco gente que ha leído mis libros de un tirón en un solo día o en dos o tres días. La mayoría de la gente no tarda semanas o meses en leer lo que escribo. Eso no soy yo: soy tu chico rápido. La mayoría de las personas no tardan semanas o meses en ver toda la serie. La ven en uno o dos días. Yo escribo binge. Quiero que lleves mi libro a la cama esta noche a las 11 de la noche y digas: voy a leer 10 minutos. Pero después no podés dormir porque estás metido en la historia. Y de repente, son las cuatro de la mañana y estás pasando páginas toda la noche. Quiero que cuando termines un episodio presiones el botón porque eso significa que estás involucrado en la historia. Quiero que la gente desaparezca en esto. Quiero que olviden un poco sus propios problemas y simplemente lo disfruten. Solo divertite. Solo preocupate por lo que sucede con Soledad y su personaje y su familia y la gente. ¿Y estarán bien estas personas? ¿Y encontrarán a la niña desaparecida? Todas esas cosas. Quiero que estés emocionalmente involucrado porque es muy divertido. Me encanta cuando estoy en una historia y no puedo escapar de ella, como cuando estás de vacaciones, pero preferirías quedarte en tu hotel y mirar el resto de la serie o leer el libro. Me encanta esa sensación como espectador y lector. Y mi esperanza es que Atrapados te brinde esa misma sensación.
-Te graduaste de politólogo. ¿Te sirvió la carrera para estudiar la dinámica del poder, no a nivel macro sino entre la relación de los personajes que creás?
-Crecer en Nueva Jersey, jugar básquet universitario y estudiar ciencia política te forma y te ayuda a convertirte en el escritor que sos. Mi parte favorita de la ciencia política siempre ha sido la teoría política y los debates que luego se aplican a la política. Pero estoy muy interesado, por supuesto, en la condición humana y qué hace que la gente funcione y cómo somos realmente. Mi enfoque siempre es una historia muy pequeña, no una grande que llegue hasta la oficina del presidente o genere una revolución. Yo me enfoco más en las pequeñas cosas del corazón y el alma de la familia, como la redención que eventualmente pueden conducir a grandes cosas. Prefiero estar más en ese nivel micro.
-Tus novelas tienen Nueva Jersey como fondo principal desde hace 30 años ¿Cómo ha cambiado Nueva Jersey a lo largo de este tiempo?
-Igual que el resto del mundo, supongo, somos bastante parecidos. Somos un estado pequeño, terco y extraño, entre Nueva York y Filadelfia. Así que la mitad de nosotros somos los suburbios de Nueva York. La mitad de nosotros somos los suburbios de Filadelfia. Tenemos una costa genial, también. A pesar de lo que la gente piense, somos una ciudad un poco parecida a lo que escribo. Cuando la gente pasa con el auto por la ruta, ve ese tipo de caminos feos parecidos a Terminator, pero detrás de eso se encuentra una belleza y espíritu realmente impresionantes. Y somos personas duras y densas. Y así como el estado es duro y denso, somos el estado más densamente poblado de América. Si alguna vez viste un mapa, ahí ves lo pequeño que es Nueva Jersey, pero tiene más población que Dakota del Norte y Dakota del Sur juntas. Así que somos un lugar interesante.