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Una familia ensamblada y el proyecto de una casa donde poder compartir sin invadirse

“Construir esta casa representó algo muy simbólico para nosotros. Fue crear un hogar para una nueva familia, un proceso que tuvo otro momento importante con nuestro casamiento con Sergio el añ...

“Construir esta casa representó algo muy simbólico para nosotros. Fue crear un hogar para una nueva familia, un proceso que tuvo otro momento importante con nuestro casamiento con Sergio el año pasado”, cuenta Graciela Freda. Con cuatro hijos de edades variadas (los mayores, de su marido, de 24 y 20 años; los menores, hijos de ella, de 14 y 10), la familia buscaba un espacio que reflejara su dinámica. “Me quedé viuda cuando ellos eran muy chiquititos, y conocen a Sergio en el rol de padre. Él vivía en Capital, yo en Béccar, y en 2019 decidimos hacer esta casa juntos como un proyecto familiar”.

El encuentro con el Estudio MMS, encargado del interiorismo, se dio por una coincidencia muy afortunada. El proveedor de las aberturas invitó a Graciela a verlas en acción en la casa de un cliente… que resultó ser un antiguo jefe. De esa visita, Graciela salió convencida de que las aberturas eran las indicadas, y se fue con el dato de la arquitecta Florencia Mosteiro (¡hija del dueño de casa!) y sus socias, Camila Mana y Sofía Superti.

En el living-comedor

Este tramo de biblioteca divide el living del comedor diario, que continúa en un playroom. “Para equilibrar ese frente oscuro, incorporamos géneros claros”, detalla la arquitecta Mosteiro. El techo de hormigón visto era una decisión establecida en el proyecto original, y el Estudio MMS propuso incorporar artefactos embutidos para mantener el diseño despejado.

“Tenía claro que quería pocos materiales, un mismo lenguaje y una paleta de neutra de grises y marrones con toques de azul, mi color favorito”.

‘‘En un viaje a Puerto Varas, encontré una maderita fosilizada a orilla del lago. Me la traje y resultó la inspiración para el cuadro junto al hogar’’, comparte Graciela Freda, autora de todas las obras que animan la casa.

Cocina con comedor diario

“Quería que mi casa tuviera todos mis cuadros. Empecé a pintar durante la pandemia, tomando clases por Zoom. Con el tiempo, me entusiasmé tanto que armamos un taller en casa, para mí y para el hobby de mi marido, la carpintería”. Sobre la pared del comedor, uno de los primeros cuadros de la dueña de casa: una acuarela de flores.

Quincho acristalado

‘’Queríamos que la parrilla y la isla se integraran de manera discreta al espacio, por eso elegimos el mismo color que las aberturas. Así se mantuvo la sobriedad y se logró un equilibrio entre el exterior y el interior, sin que nada desentone’‘, detalló la arquitecta Florencia Mosteiro.

Escaleras arriba

En el hall de distribución de la planta alta, se ubica un escritorio central entre tres dormitorios, pensado para uso común.

‘’Teniendo empotrados tantos elementos potentes en la planta baja y el vestidor, buscamos lo opuesto para la suite principal: un concepto más liviano, con mobiliario suelto para que hubiera más aire’‘, explican las arquitectas de MMS.

‘’Todos los baños de la planta alta están revestidos en mármol ‘Tundra Grey’. Es una piedra que elegimos por lo que genera en combinación con los pisos de madera y los muebles laqueados en azul. Se creó una situación muy linda’‘, dicen sobre una de las claves del interiorismo.

“Todos los cuartos comparten la misma base, pero a cada uno le pregunté qué colores quería para los detalles. Mi hijo se inspiró para el suyo en un cuadro que estaba pintando y que a él le gustó mucho”.

   

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/una-familia-ensamblada-y-el-proyecto-de-una-casa-donde-poder-compartir-sin-invadirse-nid23022025/

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