Racing genera peligro en el área de enfrente, pero también tiene la mandíbula de cristal en el arco propio: perdió con Talleres
Con un equipo alternativo que jugó una hora con un hombre más que su rival, Racing sufrió un duro cachetazo en Córdoba ante Talleres, que lo venció por 2 a 0. Aún con diez por la expulsión d...
Con un equipo alternativo que jugó una hora con un hombre más que su rival, Racing sufrió un duro cachetazo en Córdoba ante Talleres, que lo venció por 2 a 0. Aún con diez por la expulsión de Franco Moyano en el primer tiempo, la T construyó con actitud y compromiso una muy buena victoria que lo sostiene en la parte más alta de la tabla de posiciones, como escolta de Vélez.
La Academia dispuso sobre el césped del estadio Mario Alberto Kempes nueve cambios respecto al equipo que había caído en Brasil, el pasado jueves, ante Atlético Paranaense. Gustavo Costas optó por todos futbolistas de recambio, a excepción del arquero Gabriel Arias y del lateral Facundo Mura, que de todos modos jugó por la otra banda. O sea: un equipo nuevo. Sin embargo, arrancó cómodo la Academia en Córdoba, con protagonismo y la amenaza de la dupla delantera colombiana conformada por Roger Martínez y Carlos Carbonero.
Pero pese a ser una formación distinta a la habitual, Racing repitió sus cualidades. La facilidad para generar peligro en el área de enfrente debido a la calidad de sus hombres de ataque. Y también la mandíbula de cristal en el arco propio: con muy poco lo lastiman. Y cada golpe le duele demasiado. Apenas dos excursiones al área tuvo Talleres en el primer tiempo. En una, Arias le ganó el mano a mano a Matías Galarza. En la otra, Valentín Depietri corrió más de cincuenta metros con la pelota en el pie sin oposición (de una jugada que nació de un córner a favor de Racing) hasta que, en el balcón del área chica, sacó un derechazo cruzado inatajable.
Por cuarto partido consecutivo (Atlético de Tucumán, Boca y Atlético Paranaense, las anteriores) arrancó en desventaja Racing. A los 32 minutos el partido cambió de color, luego de que Fernando Rapallini le mostrara la tarjeta roja a Franco Moyano, luego de que el VAR lo llamara para revisar una violenta falta contra Bruno Zuculini.
La resolución de Rapallini encendió a la “T”. A los diez futbolistas que quedaron en el campo y también al estadio, que entendió la expulsión como un nuevo capítulo de la interna entre Andrés Fassi y la Asociación del Fútbol Argentino, que esta semana sancionó con cuatro fechas sin poder estar en el banco al entrenador Alexander Medina. El equipo local mantuvo la intensidad y el despliegue, como si no se notara que jugaba con un hombre menos que su rival.
A los 11 minutos del segundo tiempo una jugada describió el partido. Santiago Solari, como Depietri en el primer tiempo, arrancó con desde su propio campo, sin oposición. Guido Herrera le ganó la pulseada. En la segunda jugada, Roger Martínez quedó franco para definir en el área chica, sin arquero. Gastón Benavidez se disfrazó de bombero y se hizo enorme en la línea del arco para evitar lo que hubiera sido el empate. A partir de ahí, se desinfló Racing.
Tanto la T como la Academia forman parte de ese gran pelotón de equipos que marcha irregular detrás de Vélez. Para ambos era un partido importante para sostener la pelea por el campeonato en esta segunda mitad. Pero Racing lo jugó con la cabeza en lo que pueda suceder el próximo jueves, ante Atlético Paranaense, por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana (cayó en Brasil 1-0). Y Talleres lo tomó como un partido clave. Por eso no se notó la diferencia numérica durante más de una hora.
Lo mejor del partidoCinco minutos después de aquella salvada de Benavídez, el resultado se empezó a sellar, aunque todavía quedaba más de media hora de partido. Cristian Tarragona le ganó la espalda en el segundo palo al lateral Elordi y definió cruzado. El visitante ya se sentía desgastado física y anímicamente. Los dos goles en el marcador pasaron a ser una distancia enorme.
Después de lo que había sido el triunfo ante Boca la semana pasada, que pareció inyectar algo de esperanza luego de días de crisis, Racing sumó dos derrotas seguidas sin poder marcar siquiera un gol. Así, otra vez se generó un escenario de que lo que suceda el próximo jueves puede ser definitorio. O rompe la pared para volver a meterse en las semifinales de un torneo continental después de 27 años o se consume nuevamente en las arenas de una crisis. Para Talleres, en cambio, es una inyección de entusiasmo. A tres puntos del líder Vélez, que debe jugar este lunes, se anima a levantar la mano y decir que tiene con qué sostener la pelea por el campeonato.