El ADN del progreso
Basta levantar la vista para advertir que, pese a los extraordinarios avances científicos y técnicos de los últimos 100 años, todavía estamos muy lejos de lo que la naturaleza es capaz de desa...
Basta levantar la vista para advertir que, pese a los extraordinarios avances científicos y técnicos de los últimos 100 años, todavía estamos muy lejos de lo que la naturaleza es capaz de desarrollar. Un insecto no solo es un dron diminuto con una autonomía inigualable, sino que además está provisto de numerosos sensores y, para completarla, es capaz de hacer copias de sí. La seda que producen las arañas es más liviana y a la vez más resistente que el acero, pero aparte es 100% reciclable. Hace millones de años, las hormigas resolvieron los problemas de tráfico de datos que debieron enfrentar los creadores de internet, y para eso emplearon una técnica semejante.
Aunque todos compartimos el sesgo de percibir el presente como moderno y adecuado, y aunque también tenemos la sensación de que la agenda de la civilización se arbitra en los corrillos de la política, la historia muestra que son los laboratorios los que con mayor frecuencia revolucionan nuestra vida cotidiana y vuelven obsoleto un presente que parecía lustroso y cromado. Miren esto: en 1983 (en enero de ese año nació internet) el bioquímico Karys Mullis, del laboratorio Cetus, inventó la reacción en cadena de la polimerasa. Hacer una prueba de ADN se basa en este hallazgo, por ejemplo.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-adn-del-progreso-nid21012025/