Volvieron los teléfonos “tontos”, (y hasta vienen con el juego de la viborita)
Ya cuesta imaginar un mundo sin celulares inteligentes. Si te lo llegás a olvidar en tu casa podés sentirte medio perdido, sin efectivo para pagar, y aislado de tus contactos. Según el Centro de...
Ya cuesta imaginar un mundo sin celulares inteligentes. Si te lo llegás a olvidar en tu casa podés sentirte medio perdido, sin efectivo para pagar, y aislado de tus contactos. Según el Centro de Investigaciones Pew, nueve de cada 10 adultos norteamericanos tienen un smartphone, en el que pasan un promedio de 3 horas y 45 minutos al día, de acuerdo a lo que estima la empresa de análisis de datos GWI. Y las nuevas versiones anabolizadas con inteligencia artificial serán todavía más difíciles de destronar.
Y sin embargo, también está surgiendo un mercado para celulares que son deliberadamente con cerebro de mosquito. Esos “teléfonos tontos” —confusamente llamados como “teléfonos básicos”— representan apenas el 2% de las ventas de celulares en Estados Unidos. Pero la demanda va en aumento. En 2016, la empresa finesa HMD compró los derechos para relanzar los legendarios dispositivos de Nokia, cuyos sencillos teléfonos fueron reyes absolutos durante mucho tiempo. Ahora HMD informa estar vendiendo “decenas de miles” de celulares plegables por mes en todo Estados Unidos, y en mayo relanzó en Europa el Nokia 3210, primer celular de muchos de los millennials y que hasta viene con “Snake”, el clásico juego para móviles de la viborita.
Sin embargo, los teléfonos tontos de hoy no se limitan a réplicas de versiones del pasado. También hay startups que ofrecen sus propios dispositivos minimalistas, como por ejemplo Light Phone, que tiene la forma de un iPad y tiene pantalla de tinta electrónica, como un Kindle. También permite que el usuario agregue “herramientas” opcionales, como un reproductor de podcasts y una aplicación de direcciones.
¿Cómo se explica este regreso de los teléfonos tontos? Un factor es la preocupación por los efectos de los celulares inteligentes —y de las redes sociales en particular– en la salud mental de los jóvenes. Por eso en julio la exclusiva escuela de Eton, Inglaterra, anunció que los futuros primeros ministros que educa en sus claustros ya no podrían llevar sus smartphones al colegio, y que para uso de las instalaciones los suministraría un teléfono Nokia a cada uno.
Pero también hay muchos adultos que están eligiendo el teléfono tonto a conciencia. Jose Briones, moderador de un foro de Reddit dedicado a los teléfonos tontos, se pasó a un Light Phone cuando cobró noción de la imparable cantidad de tiempo que pasaba frente a la pantalla. Como muchos neófitos, Jose igual tiene un smartphone en desuso, que utiliza cuando viaja al exterior. Otros exadictos al smartphone optaron por “entontecer” el teléfono inteligente que tenían, ya sea eliminando las aplicaciones o descargándose otras que controlan el tiempo pasado frente a la pantalla, de las que ya existen muchas versiones.
Según los exadictos, al principio el síndrome de abstinencia de superconectividad puede ser terrible. Christina Dinur, recuerda que su “conversión” a los teléfonos tontos fue difícil y que un día estaba haciendo fila para comprar algo y se desesperó porque sin su celular no tenía nada que hacer mientras esperaba. Por suerte, dice Christina, “la adaptación fue bastante rápida.” Según parece, para algunos el teléfono tonto es la elección más inteligente.
(Traducción de Jaime Arrambide)