En el barrio de Lanús, un hombre mayor fue víctima de un violento asalto cuando, en plena calle, un ladrón lo empujó y lo amenazó con un arma antes de subirse al auto que intentaba robarle. El incidente, registrado en un video de vigilancia que rápidamente se viralizó, muestra cómo el delincuente empuja con fuerza al hombre, quien intenta defenderse sin éxito. Tras el forcejeo, el ladrón sube al vehículo y casi atropella a la víctima al arrancar.

Este hecho reciente en Lanús, se suma a una serie de ataques similares que han generado creciente preocupación entre los residentes. La inseguridad, un tema recurrente en las conversaciones cotidianas y las redes sociales de los vecinos, ha alcanzado niveles que ya afectan la vida diaria de quienes transitan, viven y trabajan en la zona. La víctima del robo, que afortunadamente no sufrió heridas de gravedad, alertó de inmediato a las autoridades luego de que los asaltantes se dieran a la fuga en cuestión de segundos, logrando escapar sin dejar rastros.

La policía de Lanús ha iniciado una investigación y analiza actualmente el video de seguridad para intentar identificar a los autores del asalto. Este suceso ha vuelto a poner en primer plano el debate sobre la seguridad en el municipio, donde los habitantes denuncian desde hace meses una sucesión de robos y ataques a plena luz del día. Estas acciones, afirman los residentes, no son incidentes aislados; en cambio, forman parte de una tendencia de delitos que afectan a personas mayores y conductores que, en plena vía pública, son abordados en medio de sus actividades cotidianas.

Los vecinos, cansados y preocupados, han manifestado su percepción de abandono por parte de las autoridades. Algunos señalan que los patrullajes policiales en el área son insuficientes y que los robos tienden a suceder en calles donde no hay cámaras de vigilancia, lo cual facilita la huida de los delincuentes. Estas preocupaciones llevaron a un grupo de residentes a reunirse en asambleas vecinales y coordinar estrategias de prevención entre ellos. “Nos sentimos abandonados”, expresó a LA NACION José Mancini, vecino de la zona. “Cada día es más inseguro salir de casa, y ni hablar de caminar por el barrio o detenerse en un semáforo sin estar pendientes. Es como vivir en una especie de cárcel invisible, donde uno se siente preso del temor”.

La inseguridad no solo afecta a los peatones, sino también a los conductores que utilizan sus vehículos como medio de transporte o trabajo. Dos días antes de este robo, un conductor de una aplicación fue abordado por dos asaltantes en Lanús mientras esperaba a un pasajero cerca de la estación de tren. Según testigos, los delincuentes lo intimidaron con armas de fuego y lo obligaron a entregar su vehículo, escapando en menos de un minuto. Este caso, reportado a la policía local, fue apenas un aviso de lo que sucedería en los días siguientes.

Apenas un día después, un comerciante que transitaba en su auto fue interceptado en plena vía pública al detenerse en un semáforo, también en Lanús. Los atacantes lo obligaron a salir del vehículo y se dieron a la fuga en cuestión de segundos, sin que el hombre pudiera reaccionar. Según relataron fuentes policiales a LA NACION, estos robos de vehículos y ataques a conductores, bajo la modalidad de “roba Uber” o “roba coches”, se han convertido en una preocupación particular en Lanús y sus alrededores.

Estas situaciones suelen tener un patrón específico: los delincuentes se acercan a las víctimas en momentos vulnerables y, mediante la intimidación con armas de fuego, se apoderan del vehículo, huyendo en minutos. La modalidad, indican las fuentes, se ha vuelto común en el último año, especialmente entre grupos organizados que repiten el mismo modus operandi en distintos barrios del Gran Buenos Aires, generando una sensación de inseguridad cada vez más extendida entre los habitantes.