Susana Giménez la tuvo a upa, un castigo de su padre se convirtió en una bendición y ahora dirige un éxito
Argumenta que no pasó una buena noche. Se disculpa. Sin embargo, nada habla de un mal descanso. Todo lo contrario. Lúcida, precisa, muy orientada en su decir, pero sin que ello le reste calidez, ...
Argumenta que no pasó una buena noche. Se disculpa. Sin embargo, nada habla de un mal descanso. Todo lo contrario. Lúcida, precisa, muy orientada en su decir, pero sin que ello le reste calidez, Bernarda Cella recibe a LA NACIÓN en una sala de reuniones de Olga, el canal de streaming que dirige junto a su hermano Luis y Migue Granados, la estrella de la casa.
Zapatillas súper elegantes y jeans rotos maridan muy bien con un saco sastre, remera blanca y una gargantilla dorada. Una mixtura entre una “señora de negocios” y la joven de 27 años que es una de las hacedoras de la señal del mundo stream más exitosa del país que ya contó entre sus invitados con figuras como Lionel Messi -en una transmisión en vivo desde Miami- y Susana Giménez, la diva que llegó hasta el estudio de la señal luego de quince años de no pisar otro set que no fuera el suyo (la última vez que había salido de su ecosistema fue para almorzar con Mirtha Legrand en la pantalla de América).
-Les falta el Papa Francisco.
-¿Sabés que no lo había pensado?
Hace una pausa. Algo resonó en ella. Cuando se le recuerda la frase “hagan lío”, dirigida por el Sumo Pontífice a la juventud, pareciera terminar de cerrarle la idea. Afuera medio centenar de fanáticos siguen de cerca la transmisión de Olga que puede verse a través de enormes cristales en esa esquina de la calle Humboldt. El día anterior, los seguidores fueron miles haciendo cola para retirar las entradas para presenciar el Spinetta Day, un evento solidario realizado desde el Teatro Colón.
-Entiendo, dado el grupo etario al que va dirigido Olga, que no habrán sido pocos los incondicionales que pisaron por primera vez esa sala.
-Cuando Migue (Granados) preguntó eso mismo, todos levantaron la mano. Nos interesa mucho acercarle la cultura a nuestro público, abrir esa puerta.
La entrada se obtenía a cambio de la donación de un alimento no perecedero que recolectó la Fundación Sí, dirigida por Manu Lozano. “Se recolectaron más de mil kilos de mercadería, estamos muy contentos”. La familia de Luis Alberto Spinetta fue la que sugirió el nombre de la fundación, que volcará lo donado en los hogares que sostiene para que puedan hospedarse jóvenes sin recursos que están cursando una carrera universitaria.
Abel Pintos, Benja Amadeo, David Lebón, Juanse, Catriel, Lisandro Aristimuño, Luz Gaggi, Lula Bertoldi, Mary Granados, Nahuel Pennisi, Miguel Goldín, Tripa y Vocat fueron algunos de los artistas que participaron de ese homenaje a Luis Alberto Spinetta en el marco del programa Soñé que volaba, conducido por Migue Granados y Lucas Fridman.
El set de Olga se montó en el proscenio del escenario, delante del telón que escondía la escenografía de Turandot, el título que actualmente se ofrece en nuestro primer coliseo. Antes de esta experiencia, ya se habían ofrecido los homenajes Cerati Day y Los Redondos Day. “Esta vez, Spinetta y el Colón matcheaban”.
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-¿Conducirías un programa? ¿Te sentirías cómoda saliendo al aire?
-No, cuando trabajaba en televisión me lo propusieron, pero lo mío es la producción.
Bernarda lleva esa vocación en la sangre. Su padre fue Luis Cella, un gran referente del medio, quien condujo los destinos del programa de Susana Giménez durante años, convirtiéndose en la mano derecha de la diva. “A los trece años les dije a mis papás que iba a dejar el colegio para estudiar con Cris Morena, ya que era fanática de Casi Ángeles”. La respuesta fue negativa y “Berni”, como le dicen todos, continuó con su vida tradicional de adolescente. Nunca más se despertó en ella el deseo de posicionarse frente a una cámara.
“Estudié en el colegio ORT con la especialidad en medios de comunicación. Ni bien me recibí, arranqué en TEA el terciario de producción de televisión y, al mismo tiempo, hacía la licenciatura en comunicación en la UCA y allí mismo me especialicé en comunicación digital”. Después, llegaría un posgrado de periodismo digital en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
En simultáneo, jamás dejó de trabajar. Arrancó haciendo fotocopias en Radio Nacional y luego llegó el turno de su paso por Telefe, donde formó parte del equipo del programa de Georgina Barbarossa y del staff que realizó Susana Giménez, invitada de honor. “No tenía vida, fueron años de mucho esfuerzo, de estudiar todos los sábados y domingos porque sabía que también era importante aprender trabajando”.
Al igual que le sucedió a su hermano Luis, también formando parte de ese canal de televisión abierta, todos le dijeron que era una locura dejar de jugar en “Primera A” para abocarse a un sueño incierto como era el de apostar por una señal en streaming. Se jugó, no sin miedos. Los Cella esperaron seis meses que Migue Granados les permitiera reunirse, pero ellos, pacientes, tenían muy claro el objetivo.
A pesar de su juventud, una infrecuente madurez conduce la vida de “Berni”: “En el estudio o en lo laboral me trazo objetivos muy concretos por año; eso hace que no haya dudas a la hora de tomar decisiones, que el camino sea claro y que sea más sencillo poder cumplir lo que se quiere”.
-¿En lo personal te manejás igual?
-Los golpes de la vida me llevaron a entender que cualquier plan se puede romper muy rápido.
El dolorCuando se refiere a los vaivenes de la vida personal, indudablemente aparece la temprana y súbita muerte de su padre Luis. Bernarda tenía 16 años y, desde ya, no estaba preparada para ese cimbronazo. “Se fue muy rápido, me cambió la vida. Desde ese momento, todo lo personal lo llevo de manera más relajada, hago lo que tengo ganas de hacer y de estar con quien tengo ganas de estar”.
Reconoce que la terapia la ayudó en esa madurez apresurada: “Aprendí a ser flexible porque si no lo sos, te rompés”. Cuando su padre falleció, su terapeuta le indicó que había dos caminos, el de no levantarse de la cama, o el de seguir yendo al colegio y ser feliz: “Tomé la decisión de levantarme todos los días y estar bien”.
Sin saber lo que se aproximaba, una muy extraña situación lo unió a su papá de manera muy cercana en sus últimos días de vida. Curiosidades del destino que, quizás, tengan poco de casualidad.
-¿Recordás lo último que compartiste con tu padre?
-Estando en Uruguay de vacaciones con mis amigos, tuve un acto de adolescente, con lo cual mi padre me trajo de vuelta a Buenos Aires y me puso en penitencia.
-¿En qué consistía el “castigo”?
-La penitencia era estar pegada a él.
Era pleno enero, se encontraba lejos de su círculo social y bajo la indicación de su padre muy precisa, debía acompañarlo a sol y a sombra. “Faltaba más de un mes para que comenzaran las clases y lo único que quería era estar de vacaciones con mis amigos”. Por pudor prefiere no describir cual fue la “travesura” cometida, pero, indudablemente, la gravedad del hecho generó la rápida reacción de su papá.
“Iba a todas las reuniones y comidas de trabajo con él, no me podía separar. Durante todo enero no pude hacer otra cosa. Nunca habíamos estado tanto tiempo juntos, algo que luego entendí como un regalo de Dios”.
-¿La convivencia era buena?
-Sí, el enojo se le pasó a los cinco días, así que todo se terminó transformando en unas vacaciones compartidas.
-Tu padre, ¿estaba enfermo?
-No, solo me pidió que lo acompañase al médico porque le dolía la panza.
-¿Qué sucedió después?
-En 22 días hubo internaciones y la operación hasta que murió. Así que esos días que pasamos juntos fue un regalo.
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Luis Cella falleció el 22 de febrero de 2013, a poco más de un mes de aquel “reto” que le impartió a su hija, sin saber que serían los días finales que compartiría con ella. Cuando se le plantea que su padre estaría muy orgulloso por lo logrado por sus hijos a través de Olga, “Berni” no duda en afirmar: “Tuve varias situaciones en las cuales me pude conectar, sé que él está acá, orgulloso, acompañándonos y ayudándonos”.
-¿Te ha sucedido algún hecho puntual en torno a alguna manifestación o señales de tu padre?
-Sí, varias...
-¿Concretas?
-Sí y hay mucha gente que me ha ayudado a entender desde que lugar se puede conectar. Esta conversación es como muy privada, muchos pueden pensar que una esta loca diciendo esto, pero, a mí, todo eso me ayudó a transitarlo. Cuando murió, mucha gente me decía “te está viendo” y yo no podía entender eso, me negaba, sentía que me lo decían para dejarme tranquila.
-A modo de aliciente.
-Pero, cuando comencé a conectar con eso, me dio mucha paz sentir que él sí estaba junto a mí.
-¿Alguna experiencia puntual que quieras contar?
-Es muy privado... Yo creo, que me demuestren lo contrario.
De más está decir que su padre le inoculó, sin saberlo, la semilla de la vocación. “Jugaba en los canales. Mi primer recuerdo en un estudio es siendo una nena y estar sentada a upa de Susana Giménez y que ella me fuera poniendo sus pulseras en mi brazo”.
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ParejaDesde hace poco más de un año, Bernarda Cella está de novia con el periodista Iván Schargrodsky, quien suele hacer algunas apariciones en Olga como columnista político de manera ocasional y es fundador de Cenital, un medio de comunicación digital. “Estoy muy feliz”.
“Somos muy relajados, nos acompañamos y queremos un montón”, sostiene la productora, lejos de esquivarle a la respuesta, no duda en describir su situación amorosa: “Aprendemos mucho a mejorarnos juntos cada día, es algo muy lindo”.
-Comparten la vocación de la comunicación desde lugares diferentes.
-Eso está buenísimo porque nos nutrimos uno del otro; él me enseña un montón.
-Al compartir el universo de los medios, ¿compiten?
-No, al revés, nos ayudamos mucho. Es muy lindo tener a alguien que te acompaña desde el amor, que te ayuda, te enseña, ¿qué más querés?
-¿Por qué no tiene un espacio fijo en Olga?
-Porque tenemos la regla de no permitir trabajar con familiares. Si no fuese mi novio, sería columnista de Olga, cada vez que viene estamos felices.
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-¿Pensás en la maternidad?
-Recontra quiero ser mamá, lo tengo muy claro desde muy chica.
-Sos tan metódica en el planteo de tus objetivos, que lo cumplirás.
-En esto quiero ser más relajada, pero siempre desee casarme y tener hijos, me imagino en una casa con mucha gente y niños dando vueltas, un hogar con mucha alegría. Sé que voy a ser mamá.
Su vocación por maternar le permite proyectarse en cuatro hijos. Razones no le faltan. “Para mí, los hermanos son la salvación de la vida. Sin ellos, las situaciones más lindas y las más feas hubiesen sido totalmente distintas; son lo más importante de mi vida”.
Cuando se refiere a “ellos”, no solo habla de Luis, su hermano mayor y socio, sino también de Pedro, un hermano menor que completa el cuadro familiar, junto a Fernanda, una mamá que tiene una metalúrgica y fábrica muebles, y que fue la encargada del diseño del set de Olga y quien montó la escenografía en el Spinetta Day, “la hizo en tres días”.
-¿Te considerás una mujer referente?
-Nada es fácil. Nos propusimos hacer Olga dejando nuestros trabajos anteriores porque pensar las veinticuatro horas del día en un proyecto te permite realizarlo. En Telefe me dijeron “si te vas no te llamamos más”. Cuando a Luis le daba miedo, lo apoyaba, y viceversa.
-Transitar este tiempo te ha permitido desarrollar tu carrera. Años atrás no hubiese sido, quizás, posible ya que los medios poco lugar le dejaban a la mujer para un plano directivo.
-No te creas que hoy es más fácil.
-¿No?
-Por ser mujer viví en el trabajo situaciones, pruebas y prejuzgamientos por los que mi hermano no pasó. Aún en el lugar privilegiado que tengo, he tenido conversaciones con gente más grande que solo miraban a mi hermano o empresarios que me han dicho “no entendés porque sos mujer”. Pero, poder responder y plantarme, o contártelo en esta charla, es un gran avance; hay otra actitud ante esas cosas, muchos saben que está mal ya no está naturalizado.
-¿Sos de responder?
-Sí, claro. Me he tenido que plantar e ir de lugares.
-Se hablaba de cuerpos hegemónicos y reales, hoy ya se piensa que todo cuerpo es real. ¿Cómo te llevás con eso?
-La hegemonía no es siempre a favor. No tengo mambos con el cuerpo, sin embargo, ser mujer, tener determinado apellido y aspecto te convierte en el blanco más fácil del mundo. Por eso, sostengo que en este tiempo siguen pasando cosas que no deberían pasar y que hay que hablarlas para que no les sucedan a otras mujeres; nadie se merece que las pruebas de las mujeres sean superiores a las que les toman a los hombres. Hay que plantarse ante eso.
-¿Discutís mucho con tu hermano?
-Sí, pero por tonterías, los que nos escuchan se ríen y nos dicen que tenemos que hacer un programa.
-¿Qué es lo que más te molesta de él?
-Su falta de límites, el otro día me llamó a las dos de la mañana para plantearme una idea. Vive para esto.
Figuras-¿Cómo resultó la idea de llevar a Olga a nombres como los de Damián Betular, Elizabeth Vernaci y Humberto Tortonese?
-El balance es mega positivo. La llegada que tuvieron en los jóvenes es muy buena. Betular es un fenómeno, creo que hoy es la persona más querida de la Argentina. “Betu” trae alegría, amor y profesionalismo a Olga, cuando llega llena el lugar de buena onda. La gente lo ve, estamos todos fascinados, lo amo.
En poco tiempo, “Berni” y “Betu” viajarán a la Copa América para realizar, desde Miami, transmisiones especiales, en lo que será otro hito en la breve y nutrida historia de la señal y para el universo del stream. Las transmisiones se verán en Sería increíble, el espacio que el repostero y chef conduce junto a Nati Jota a las ocho de la mañana en tira diaria: “Lo que pasó con Nati también fue increíble, fue encontrando su lugar de conductora, para muchos fue una sorpresa, no para mí”.
Lionel, el invitadoEl año pasado, el staff de Soñé que volaba voló a Miami para realizar una entrevista con Lionel Messi. Como el cupo para acceder a la vivienda del astro del fútbol era limitado, los hermanos Cella, lejos de disputarse el lugar, trataban de cederlo: “Le dije que fuera él y Luis me pedía que fuera yo; hasta que, finalmente, me dijo ´te puse en la lista que accederá al lugar´ y yo me puse a llorar”.
Los hermanos Cella decidieron, con profesionalismo, ceder uno de sus lugares a un técnico para garantizar que la transmisión saliera óptima. “Estar ahí, sin Luis, a mí no me significaba nada, era un logro nuestro, del canal, un festejo de equipo”. Su hermano sentía lo mismo, con lo cual ambos discutieron un buen tiempo sobre quién accedería a la entrevista con el capitán del seleccionado argentino. “Ninguno quería ir sin el otro”.
-¿Cómo fue el vínculo con Messi?
-Nos encontramos con una persona muy cálida, sencilla; hablamos sobre la vida en Miami y con Migue (Granados) conversaron mucho sobre Rosario, la ciudad de ambos. La misma sensación tuve cuando conversé con Antonella (Roccuzzo), su esposa. Se la veía muy mamá, yendo a buscar a los chicos al colegio, como cualquier persona común y corriente. Son un amor de gente.
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En númerosAl fenómeno Olga en poco tiempo se le sumará la producción de La Cruda, el podcast de Migue Granados que pasará al formato audiovisual y se verá a través de la plataforma del canal de manera semanal. “Buscamos siempre subir la vara”.
-¿Viste Bondi Live, el nuevo canal de streaming?
-Sí, claro, me encanta. Ángel (de Brito) vino a venderlo a Olga. Tenemos muy buena onda con todos.
Bondi Live es producción de Mandarina, la productora que tiene como uno de sus socios a Mario Cella, tío de Bernarda. “En Olga tenemos las puertas abiertas para todos, sentimos que es bueno retroalimentarnos”.
La televisión abierta atraviesa una gran crisis multicausal, desde presupuestaria hasta creativa, en una concordancia con nuevas conductas en los consumos de parte de los televidentes. En el caso del streaming, modalidad que requiere de presupuestos mucho más acotados para poder desarrollarse, el modelo de negocio es otro. Desde ya, por más éxito que se tenga, las cifras de público no se comparan con las de los medios audiovisuales históricos.
“Aunque con otra estructura, nos manejamos como un medio tradicional. Esto quiere decir que, cuando te va bien de números, te vienen a buscar las marcas y te ponen plata”, grafica Bernarda Cella. “En YouTube se mide por el vivo y por la gente que te ve después. Además, los canales de streaming se amplifican por Tik Tok, Instragram, X. Las métricas se juntan y eso da un valor, un precio, de acuerdo a la cantidad de gente que te ve”.
YouTube es una plataforma que monetiza por las visualizaciones, pero, en nuestro país, se trata de cifras exiguas. “Es menos del veinte por ciento de nuestros ingresos, el ochenta por ciento proviene de los sponsors”.
-¿Se paga mejor en otros mercados?
-Sí, cada país tiene un valor por view (vista). En Estados Unidos, hay canales que pueden vivir solo por los clics, sin necesidad de tener una alta pauta publicitaria.
-Si alguien mira Olga desde Madrid o Nueva York, ¿el valor del view es el que rige en nuestro país?
-No, es el que se aplica en el lugar donde se hizo el clic, pero la mayoría de la gente que nos ve lo hace desde la Argentina, aunque hay público que nos sigue desde Uruguay o los Estados Unidos.
Olga cuenta actualmente con casi 800.000 suscriptores. Más allá de eso, están quienes pueden “buscar” la señal y verla en vivo o después. Cella reconoce que el actual “nuevo boom” de la plataforma es Se extraña a la nona, el programa del actor y humorista Yayo Guridi. “En vivo tuvo un pico de más de 100.000 y on demand llegó a más de un millón de personas que lo vieron”. En este espacio también participan Grego Rosselló, Fran Gómez y Caro Pardíaco. El 12 de agosto, el ciclo realizará una presentación en el Movistar Arena y las localidades están casi agotadas.
Según los datos proporcionados por Olga, la estadística posicionaría al canal con un liderazgo cómodo en cada una de las franjas horarias del streaming, aunque, en lo que refiere al vivo, algunas señales no cuentan con una programación extendida sino con una grilla acotada a algunos horarios puntuales.
Olga es consumido por una audiencia que, en términos generales, va de los 25 a 35 años. “Desde el primer día vamos conociendo a nuestro público. La diferencia con los medios tradicionales es que tenés muy cerca la opinión de la gente a través del chat. Ahora entendemos bastante a quién nos dirigimos”.
-Gracias por la charla.
-Es la primera entrevista en la que no me preguntan por Luzu TV.
-Si querés hablamos sobre tu competidor directo y sobre Nico Occhiato, su creador.
-Es que no competimos, gracias a Dios nos va mejor y nadie que mira Olga miraría Luzu y viceversa. Tenemos públicos muy diferentes. Nosotros hicimos el evento que hicimos en el Colón y ellos utilizarán el teatro para un casamiento. Es una foto muy clara. Somos muy distintos.