La preferencia por vehículos más económicos está en aumento en Estados Unidos, y no solo entre aquellos que buscan ahorrar dinero. Un segmento del mercado, los autos en el rango de los US$20.000 a US$30.000, se convirtieron en el de más rápido crecimiento, según datos de la industria automotriz. Este auge es impulsado por compradores que, ante el alza de precios y el aumento de las tasas de interés, optan por vehículos de menor costo para evitar comprometer su presupuesto.

El creciente interés por vehículos más asequibles responde en parte al aumento del precio promedio de los autos nuevos, que ha superado los 47.000 dólares, un 20% más que antes de la pandemia, de acuerdo con AP News. Este aumento, sumado a las elevadas tasas de interés, hizo que muchos compradores reconsideren sus prioridades.

Para aquellos que prefieren evitar endeudarse tanto o reducir sus gastos, los autos más baratos se convirtieron en la opción más atractiva. El director de inteligencia de mercado de CarGurus, Kevin Roberts, señaló que “los consumidores están siendo más cautelosos frente a la incertidumbre económica”, lo que impulsa la preferencia por vehículos de menor costo. Este año, el crecimiento de las ventas se concentró en los tramos de precios más asequibles.

La creciente demanda de vehículos económicos forzó a los fabricantes a ajustar sus estrategias. General Motors, por ejemplo, redujo los precios de algunos de sus modelos más caros para hacerlos más accesibles, mientras que otros fabricantes están ofreciendo descuentos más generosos para atraer a los compradores. En el caso de Chevrolet, su modelo Trax ha experimentado un crecimiento de ventas del 130% en lo que va de año, lo que lo posiciona como el SUV subcompacto más vendido en Estados Unidos.

Este cambio también afectó a las marcas que tradicionalmente dependieron de la venta de camionetas y SUV grandes. Stellantis, fabricante de vehículos como la camioneta Ram, vió caer su popularidad debido a la preferencia de los consumidores por autos más pequeños y económicos. Esto dejó a algunas marcas con un excedente de inventario de vehículos costosos, afectando su rentabilidad.

En cierto sentido, el auge de los autos más baratos representa un retorno a los patrones de compra anteriores a la pandemia. Antes de la crisis sanitaria, los vehículos compactos y subcompactos representaban el 35% de las ventas de autos nuevos en Estados Unidos. Sin embargo, la escasez de chips en 2020 llevó a los fabricantes a priorizar la producción de vehículos más grandes y costosos, lo que redujo la oferta de autos de menor precio.

Ahora, con la normalización de la producción y un cambio en la demanda, los autos más asequibles están recuperando terreno.

No obstante, el futuro de esta tendencia es incierto. Si las tasas de interés disminuyen, como algunos economistas prevén, es posible que los compradores vuelvan a optar por vehículos más grandes y costosos. Por ahora, los autos “baratos” siguen dominando las ventas, especialmente entre quienes buscan una opción práctica y accesible en medio de la incertidumbre económica.