El excandidato presidencial Sergio Massa mantiene el perfil bajo en la política argentina. Si bien sostiene reuniones con dirigentes políticos, sindicalistas y empresarios, evita las apariciones y declaraciones públicas. Tanto, que viene demorando la presentación de su libro sobre la experiencia que tuvo en el ministerio de Economía. Paradójicamente, no logró pasar inadvertido a 1.500 kilómetros de Buenos Aires, en Santo Domingo, donde desembarcó con motivo de su actividad privada como asesor de una empresa y se reunió con el presidente de República Dominicana, Luis Abinader.

Según pudo saber LA NACION, Massa llegó a la isla caribeña invitado por la empresa Interenergy, a la cual asesora, y participó de la inauguración de una planta de autos eléctricos, donde lo filmaron sin consentimiento. Allí se lo vio junto a uno de los empresarios más importantes de República Dominicana, Rolando González Bustes, y al propio presidente Abinader, quien el 14 del mes próximo asumirá oficialmente su segundo mandato, en un acto en el que también estará presente el excandidato de Unión por la Patria.

Massa conoció a Abinader en 2013, en medio de la campaña para las elecciones de medio término en la provincia de Buenos Aires, cuando se lo presentó el exlcalde de Nueva York y cultor de la “tolerancia cero”, Rudolph Giuliani. Cuando el actual presidente dominicano ganó las elecciones para su primer mandato, en 2020, fue el primer dirigente argentino en saludarlo, incluso antes que Alberto Fernández, el mandatario en funciones en aquel momento, quien había puesto las fichas en su amigo Leonel Fernández, opositor a Abinader.

En su encuentro con Abinader, Massa analizó la delicada situación político-electoral de Venezuela, donde habrá elecciones presidenciales el próximo domingo. Entre los escenarios probables, quedó marcada la preocupación por la posibilidad de que se produzcan hechos de violencia en caso de que Nicolás Maduro gane los comicios y se desate una oleada de protestas opositoras. Circunstancialmente, también dialogó con Abinader sobre el futuro del régimen chavista el exprimer ministro británico Tony Blair, quien pasó esta semana por Santo Domingo.

Se trata, en los hechos, de una preocupación compartida por la comunidad internacional. Desde la República Dominicana Massa tomó contacto con Juan González, asesor principal de la administración de Joe Biden en Estados Unidos y viejo amigo del exministro de Economía argentino. “Se habla de lo que puede generar en la región que se dispare una crisis desde el domingo”, deslizaron las fuentes consultadas. Para el peronismo es un tema incómodo, porque Hugo Chávez y su delfín Maduro fueron aliados preponderantes del kirchnerismo hasta 2015.

Como ministro de Economía y antes como diputado y dirigente del Frente Renovador, Massa ya había visitado Santo Domingo, donde trabó una relación con Abinader. En 2022 se realizó una cumbre del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde coincidió con el representante argentino ante la entidad con sede en Washington, Guillermo Francos, quien luego renunciaría para integrarse a la campaña presidencial de Javier Milei. Mientras que en abril de 2023, Massa se reunió en Santo Domingo con Wendy Sherman, subsecretaria de Estado de Estados Unidos.

Tras su paso por Santo Domingo, Massa regresará a Buenos Aires para terminar de diseñar la presentación de su libro, que reprogramó para la última semana de agosto, en línea con la estrategia de los principales dirigentes peronistas -incluida Cristina Kirchner- de no aparecer en público para dificultar la estrategia del Gobierno de “culpar a la oposición por lo que no pueden resolver Milei y (el ministro de Economía Luis) Caputo”. Esa jugada les depara, sin embargo, críticas dentro del peronismo, donde reclaman a sus referentes que salgan a la cancha para enfrentar a los libertarios.

Pero eso no sucederá, al menos por el momento. Massa parece más entusiasmado por estos días de hegemonía mileísta con las actividades que lo mantienen “afuera del día a día de la política argentina”. Por caso, acaba de recibir una propuesta de la universidad de Rice, a través del Baker Institute, para participar en un programa de “energías de transición”. Es un desafío que le interesa porque lo conecta con Houston, Texas, a la que considera “la madre del petróleo y el gas”. Para fin de año quedará la proyección de su futuro político, si es que lo hubiera, en las elecciones de 2025.