Luego de la manzana, la banana y los aguacates, las familias norteamericanas optan por las uvas frescas como fruta favorita en sus mesas. En su mayoría, las uvas locales provienen de California, aunque una parte significativa de las que se consumen en los hogares son importadas, debido a que la producción vitivinícola absorbe el 70% del producto. Entre las variedades elegidas, el 80% de los consumidores prefieren las uvas sin semillas, que son más prácticas, pero tienen menos beneficios nutricionales.

Los expertos en nutrición están analizando detenidamente los hábitos de consumo de uvas entre los estadounidenses, una tendencia que ha crecido de manera constante en los últimos 10 años. Entre las preferidas, las uvas rojas y verdes son las más populares, aunque según los analistas del Global Grape Convention 2024, la variedad Cotton Candy - con su dulzor similar al del algodón de azúcar - gana adeptos rápidamente.

La principal discusión en torno al consumo de uvas es que, más allá de las variedades, los consumidores tienden a elegir uvas sin semillas. Esta preferencia deja de lado la oportunidad de incorporar nutrientes importantes que se encuentran en las pepitas de la fruta.

La semilla de la uva son una inédita fuente de nutrientes

Las uvas –ya sean enteras, en jugo, como pasas o las semillas– se conocen como un superalimento por sus propiedades que contribuyen a la salud cardíaca y del cerebro, detallan desde la Asociación Americana del Corazón. Lo cierto es que a la hora de consumirlas las semillas de esta fruta suelen descartarse o directamente se buscan aquellas que no las traen.

Muchos desconocen que las semillas de las uvas son pequeños tesoros nutricionales porque contienen gran cantidad de “nutrientes esenciales como ácidos grasos insaturados y poderosos antioxidantes” por lo que a la hora de consumir uvas es bueno comenzar a cambiar los hábitos para incorporar las pepitas a la dieta.

Beneficios de consumir semillas de uva

Desde News Science detallan que las pepas de uva tienen los siguientes beneficios:

Mejoran la circulación sanguínea: gracias a su contenido en flavonoides, tienen la capacidad de mejorar el flujo de sangre, reduciendo así la posibilidad de la formación de coágulos y problemas de hipertensión.Retrasan el envejecimiento: contienen antioxidantes que protegen las células de los efectos dañinos de los radicales libres, principales responsables del envejecimiento prematuro. Su absorción en el cuerpo minimiza el estrés oxidativo y fomenta la regeneración celular para evitar el deterioro de los órganos y tejidos.Mejoran la salud ocular: no solo disminuyen el riesgo de infecciones, sino que también brindan un efecto protector contra el daño causado por las toxinas. Su alto contenido de vitamina E mejora la agudeza visual y reduce la fatiga ocular provocada por el uso excesivo de dispositivos electrónicos.Refuerzan el cabello: las mujeres con cabello frágil y propenso a la caída excesiva pueden encontrar un excelente complemento nutricional en las semillas de uva. Su consumo moderado mejora la circulación en el cuero cabelludo y facilita su oxigenación.Aumentan las defensas: estas pequeñas semillas son una gran fuente de vitamina C, betacarotenos y resveratrol, nutrientes esenciales que apoyan el buen funcionamiento del sistema inmune. Sus compuestos fenólicos apoyan la formación de anticuerpos y reducen el riesgo de infecciones bacterianas y virales.Protegen la piel: la absorción de sus nutrientes y antioxidantes inhibe los daños causados por los radicales libres sobre las células y, además, ejerce un efecto rejuvenecedor. Además, su vitamina C y resveratrol ayudan a mantener niveles adecuados de colágeno y elastina, sustancias que preservan la firmeza y juventud de la piel.