Era una mañana tranquila en una comisaría céntrica de la ciudad de Neuquén cuando un fuerte estruendo alertó a los uniformados. Un automóvil había colisionado contra una de las paredes de la seccional y quedó colgado sobre un cantero, a más de un metro y medio de altura. Un joven automovilista de 26 años había perdido el control del rodado: no solo no contaba con los papeles correspondientes del vehículo, sino que estaba alcoholizado.

El hecho tuvo lugar alrededor de las 7.30 de este sábado, en la esquina de Ministro Joaquín González y Mendoza donde se ubica la comisaría primera. Cuando el joven que estaba al volante de un Volkswagen Golf transitaba por los alrededores de esa seccional, no pudo tener control sobre el rodado -se desconoce aún el motivo exacto-, se subió a la vereda y salió despedido contra uno de los costados de la comisaría.

El automovilista resultó ileso, por lo cual fue sometido en el lugar a un control de alcoholemia llevado adelante por los inspectores de Tránsito, procedimiento que resultó positivo y que arrojó que el joven tenía 1,61 gramos de alcohol en sangre, informó el medio local LMNeuquén.

El comisario José Luis Coliman, jefe de la División Tránsito de esa provincia, confirmó, además, que “se constató que carecía de toda documentación, por lo que se procedió al secuestro del vehículo”. Al momento del hecho, el automovilista iba acompañado por un hombre de 32 años al que se le otorgó la libertad, mientras que el hombre en infracción debió ser retirado por su madre.

La particular posición en que quedó el rodado colgando en la pared no pasó desapercibida para peatones, vecinos y otros automovilistas que pasaban por esa esquina céntrica de la ciudad de Neuquén. Tras las respectivas diligencias judiciales, el vehículo fue removido del lugar y trasladado a un depósito policial.