Imponente hallazgo: desentierran las huellas de personas que escaparon a una erupción del Vesubio hace 3000 años
Esta semana, un equipo de arqueólogos italianos descubrió una roca en la que quedaron impregnadas las huellas de personas que huyeron ...
Esta semana, un equipo de arqueólogos italianos descubrió una roca en la que quedaron impregnadas las huellas de personas que huyeron a una erupción violenta del volcán Vesubio, hace 3000 años. Según explicaron, datan de la Edad de Bronce y aparecieron junto a las de animales.
Tanto en el Parque Arqueológico de Pompeya como en las ciudades circundantes es posible hallar diferentes vestigios que sobrevivieron a las explosiones de lava del Vesubio. La más famosa sucedió en el año 79 d.C, pero no fue la única, sino que recientemente un equipo de expertos de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Salerno y Avellino descubrió que hubo otra de magnitudes similares mil años antes.
No solo Pompeya se vio afectada por el volcán, sino otras pequeñas urbes romanas cercanas, como la de Salerno, donde se desenterraron estas huellas de pies humanos y de patas de animales que quedaron fijas por milenos en el suelo.
Durante un proceso para renovar el gasoducto de la ciudad en 2022, los obreros municipales detectaron algo inusual y de inmediato se comunicaron con las autoridades competentes para proteger el patrimonio histórico. Gracias a los trabajos de los arqueólogos, estas marcas hoy pueden exhibirse en público.
“Destacan las huellas dactilares de la Edad de Bronce, de origen antrópico y faunista, encontradas cerca del arroyo Casarzano”, dice el comunicado de prensa de la Superintendencia. Según advirtieron, estas pistas son una clave importante para comprender la furia de la erupción.
Pese al desastre que provocó, las personas volvieron a habitar ese sitio, que experimentó en años posteriores otros fenómenos similares, como el del 79 d.C, que destruyó a Pompeya y parcialmente a Murano.
Tras los análisis sobre el material histórico, que demandaron dos años, se estipuló que la catástrofe ocurrió entre el final de la Edad del Bronce y el comienzo de la Edad de Hierro (alrededor de 1200 y el 1150 a.C.).
En las excavaciones los arqueólogos retiraron elementos de la vida cotidiana, como vasijas, platos y herramientas. Incluso se registraron restos de cabañas similares a las que se levantaron durante la Protohistoria.
Ese sitio conformó parte de una red de pueblos y ciudades comerciales, donde además se hallaron más de 40 caminos que conservaban las marcas de los carros que transitaron por allí.
Las huellas de pies humanos pertenecen a las de habitantes de dos villas rústicas, que después de la destrucción parcial volvieron a reconstruirlas dentro de lo que a posteriori fue el Imperio Romano y que en la actualidad es la ciudad de Salerno.
Por último, los expertos encontraron surcos de arado, lo que confirmó que esa población era productora agrícola. En el comunicado de prensa destacaron que se trató de “todo un mundo” bajo tierra que permaneció oculto por milenios.
Cerca de donde se ubicaron las huellas y los objetos de cerámica, los expertos indicaron que se detectó “un grupo de entierros hechos de tumbas cubiertas de toba, algunos de los cuales están decorados con grabados, pertenecientes principalmente a niños”. Las mismas datarían de entre la edad romana y la antigüedad tardía.
En una región contigua, se desenterraron los cimientos de edificios que con el paso del tiempo transformaron sus funciones. “En esta área existe una coexistencia de ritos cristianos y paganos, como evidencia es una tumba monumental con sarcófago, probablemente perteneciente a una figura de alto rango”, informaron los arqueólogos.