Godoy Cruz y San Lorenzo estaban 1-1 cuando los violentos decidieron jugar a las pedradas
Jornada triste para el fútbol argentino. Una más. En un duelo atractivo de equipos necesitados, San Lorenzo se probaba frente a Godoy Cruz en el estadio Malvinas Argentinas antes de viajar a Bras...
Jornada triste para el fútbol argentino. Una más. En un duelo atractivo de equipos necesitados, San Lorenzo se probaba frente a Godoy Cruz en el estadio Malvinas Argentinas antes de viajar a Brasil, donde el jueves intentará convertirse en uno de los 16 clasificados para los octavos de final de la Copa Libertadores. Terminó siendo una mala tarde: hubo un 1-1 por goles de Nahuel Ulariaga para el Tomba y Agustín Giay para el Ciclón, pero los ganadores fueron los violentos de las tribunas. Suspendido, el empate es parcial, hasta que se reanude el encuentro a los 7 minutos de la segunda mitad.
La de este sábado era un buen examen para San Lorenzo y su entrenador, Leandro Romagnoli. Enfrentarse en Mendoza con el equipo que lideró cómodo su zona de la Copa de la Liga (con algunos retoques ahora) antes de ir a San Pablo para medirse con Palmeiras por la última jornada de su grupo de la Copa Libertadores (necesita un punto para no depender de otros), era un compromiso importante. El entrenador había decidido no guardar a casi ningún titular, para consolidar una buena cantidad de nombres.
Sin embargo, los vándalos del público tuvieron otro plan. En la antesala había aparecido una suerte de aviso: en la llegada al estadio ambos ómnibus de la delegación azulgrana (el del plantel y el de los allegados) sufrieron roturas de vidrios. En el fútbol argentino este tipo de situaciones está tan naturalizado que pasa casi inadvertido.
El árbitro Nazareno Arasa inició el encuentro en el momento programado, pero recién una hora después volvió a pitar para dar por finalizado el primer tiempo. Todo fue sucediéndose de la mano de la aparición de los barrabravas. A mediados de esa parte inicial se dio el ingreso de encapuchados, con los rostros bien tapados, que ocuparon –como suele ocurrir– el centro de la popular local del Malvinas. Con ellos, una bomba de estruendo sonó cerca de uno de los arcos de Gastón Gómez, el arquero visitante. Primera pausa.
Hasta entonces, el desarrollo no terminaba de soltar amarras y predominaba un exceso de estudio y malas entregas de la pelota, en un campo veloz debido a una tenue llovizna que colaboraba para que el partido estuviera totalmente planchado. Después de ese incidente, empezó –y comenzó a terminar– el encuentro. Enseguida, la primera situación de peligro: Iván Leguizamón se encendió por el costado derecho a los 30 minutos, desbordó a Thomas Galdames en el área con una doble gambeta veloz y sirvió el gol en el área chica a Adam Bareiro, pero el paraguayo no pateó de primera, hizo un giro innecesario y cedió para la llegada frontal de Cristian Ferreira, que terminó rematando por encima del travesaño, de manera aun más insólita.
Cuatro minutos después, un tiro libre preparado salió impecable desde tres cuartos de campo, Lucas Arce lanzó un centro flotado y el pequeño Tomás Conechny le ganó la altura al joven y grandote lateral Elías Báez para cabecear hacia el centro, donde estaba sin marca Ulariaga para ejecutar un frentazo goleador.
A los cinco minutos, los bárbaros volvieron a intervenir, a pesar de que ganaba Godoy Cruz. En el área de Gómez cayeron pedazos de yeso, evidentemente surgidos de los sanitarios del estadio, y el arquero pasó a estar más pendiente de lo que podía caerle en la cabeza que de sus compañeros. Segundo freno. Y Chila ya jugaba fuera del área, por temor. Tuvo suerte: Godoy Cruz no atacó más, enfriado por la nueva interrupción.
San Lorenzo creció en los siete minutos que agregó Arasa. En medio, un gol de Bareiro que fue bien anulado a instancias del VAR por una patada previa del “Príncipe” a un codo de Franco Petroli. Se debía jugarse hasta los 52 minutos, pero volvieron a azotar el área de Gómez objetos que, de milagro, no lo lastimaron. “No se puede jugar”, decía el protagonista, mientras el juez demoraba la suspensión. Y le dio garantías: “Media piedra más que cae, y lo suspendo”. Llegaron varias más, pero el show continuó.
A los 58 minutos hubo un pase espectacular de Eric Remedi para una diagonal sorprendente de Giay, que paró de derecha el balón y lo tocó de zurda por encima de Petroli. Empate de San Lorenzo, grito eufórico y final del primer período.
Compacto de Godoy Cruz 1 vs. San Lorenzo 1, suspendidoPoco menos que final del partido, en rigor. Al minuto de la segunda parte, otra vez piedras, incluso con el arquero local en el lado del campo más cercano a la tribuna problemática. Y entonces sí, Arasa suspendió el juego. “No estaban dadas las garantías. Se pone en peligro la integridad física de todos nosotros. Empecé a escuchar los balazos de goma y ahí creí que lo más sano era la suspensión”, declaró el referí, aunque esas situaciones ya habían sucedido en la mitad inicial.
“Es una lástima no poder hacer lo que tanto queremos. No suma para nada esto. Esto es un espectáculo, venimos a brindarnos. Es triste”, lamentó Petroli, y su compañero Ulariaga agregó: “Preparamos el partido toda la semana. Duele mucho que pasen estas cosas. Nos paran el partido tres veces en medio del frío”. Y del otro lado, Giay mencionó qué escucharon de su arquero: “Chila nos decía que no se podía jugar, le tiraban piedras. Todos queremos jugar, pero así no”.