Actualmente, el cacao es uno de los productos consumidos a la hora de buscar disfrutar del inigualable sabor desde el chocolate, pero lo cierto es que se trata de un alimento milenario que comenzó a ser utilizado por pueblos originarios mexicanos para combatir diversas dolencias. Entre ellas las relacionadas con el funcionamiento del corazón, que hoy en día cobra gran relevancia en cuanto a su consumo para beneficiar al organismo.

El cacao proviene de un árbol americano de origen amazónico que puede alcanzar una altura de siete metros, y necesita un clima tropical para subsistir, por ello suelen ser comunes en países como Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela. Su fruto es una gran bola ovalada y su color puede variar desde el amarillo al violeta. De su pulpa se pueden extraer entre 30 y 40 semillas, que son las que se utilizan para el consumo con diversos procesos para potenciar su sabor y propiedades. Existen al menos 22 especies, cuyo sabor varía.

Lo cierto es que a lo largo del tiempo, este fruto fue utilizado tanto por el gran sabor que tiene como por sus propiedades como las proteínas, almidones, taninos, agua, sales y oligoelementos, ácidos orgánicos, teobromina y cafeína. También se destaca por tener vitaminas como la A, B, C y minerales como el hierro, calcio, fósforo y magnesio.

Es que estas semillas que contienen un alto contenido de flavonoides y antioxidantes que son fundamentales para reducir la inflamación, la capacidad de coagulación de la sangre y lograr una mejora en el flujo sanguíneo, según la información brindada por Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Se indica que tanto sus hojas como sus frutos eran utilizados por la comunidad maya para combatir afecciones como el asma, diarrea, debilidad, parasitismo, pulmonía, cólicos y tos, entre otras.

Pero puntualmente, el cacao está relacionado con la salud cardíaca debido a que aporta a la reducción de la presión arterial, sobre todo en adultos mayores, lo se traduce en una disminución del desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Asimismo, esta propiedad que posee beneficia a los vasos sanguíneos del cerebro, aportando a la salud cognitiva para el desarrollo del pensamiento, aprendizaje y memoria.

Entre otros beneficios que se destacan de este magistral fruto se puede resaltar el aporte de los polifenoles y teobromina que contiene, los que atribuyen a reducir los niveles de colesterol en sangre. También tiene un alto nivel de antioxidantes, cuestión que aporta notablemente al sistema inmune y ayuda a la salud de la microbioma intestinal.

Lo cierto es que debido a la gran industrialización del cacao hay diversas opciones a la hora de consumirlo, ya sea en polvo, suplementos y bebidas. Pero lo recomendado es elegir aquel que tenga el menor nivel de azúcar. Si bien la opción más conocida en su consumo es a través del chocolate, hay que tener en cuenta esta característica para evitar el exceso de glucosa y que no afecte negativamente al organismo.