Las orquídeas son la mejor opción para ofrecer a tu casa un toque de frescura y color de manera natural. Este tipo de planta es una de las más requeridas por su aroma y presencia. Tiene una capacidad para florecer hasta tres veces en el año; sin embargo, no siempre sucede. Para ello existe un truco casero que pude ser la solución perfecta para que esté repleta de flores. Conocé cómo hacerlo.

Las orquídeas requieren de un cuidado óptimo para que la salud de la planta permanezca fuerte con el cambio de las cuatro estaciones. En un principio, el riego periódico y una tierra llena de nutrientes, son los dos elementos que asegurarán un florecimiento maravilloso. Pero, si esto no resulta, un cubo de hielo podría ser la solución perfecta.

El truco casero para que las orquídeas florezcan en abundancia

El frío moderado actúa como un estimulante para las raíces de la orquídea, lo que facilitará un crecimiento y florecimiento vigoroso y radiante. Es preciso advertir que el cubo de hielo no debe colocarse directamente en las raíces o en el tallo de la misma, ya que esto podría dañarla por completo, e incluso destruirla. Lo mejor es depositar el agua congelada sobre la tierra de la maceta.

Se recomienda agregar de uno a tres cubos de hielo en el sustrato de la planta y al derretirse, el agua helada se filtrará hacia las raíces de forma equilibrada. Esto proporcionará la humedad justa, sin que represente un riesgo para la orquídea. La planta es sensible al exceso de líquido, por lo que así se asegurará una absorción justa y eficiente. El truco tiene que aplicarse en la temporada de floración.

Tips para preservar las orquídeas fuertes y sanas

Las orquídeas cuentan con una gama de colores variados que van desde el blanco hasta el lila. Son bellas y estéticas, capaces de sumar alegría en cada rincón de nuestro hogar. Para asegurarnos de que tengan una vida útil prolongada, el sitio web español El Mueble definió ciertos pasos previos para respetar en su cuidado.

En primer lugar, es necesario que revises la salud de la planta. Tenés que conocer el estado en que se encuentra, ya que si presenta alguna afección, puede que no florezca de la forma esperada o peor aún, que ni lo haga. Para ello, agregarle un sustrato de calidad que ayude a drenar el exceso de agua, le permitirá absorber los nutrientes necesarios.

En segundo lugar, verificá que recibe la luz solar suficiente en el espacio que le designaste. Asegurate de que no esté expuesta durante mucho tiempo bajo los rayos del Sol o que no tenga lo necesario para generar la fotosíntesis.

Mantené las orquídeas bien hidratadas y para ello, utilizá un abono hidratante foliar con el que conseguirás que florezca en cantidad y que las hojas se encuentren siempre verdes y relucientes. Además, algunos jardineros sugieren envolver la planta con una bolsa de plástico transparente y una banana madura. Dejalo así por unos días, ya que se generará una atmósfera húmeda que la revitalizará.

Por último, si tu orquídea no florece hace tiempo, a lo mejor necesita de más espacio. Para ello, es recomendable trasplantarla a otra maceta más grande. Al hacerlo, tendrá tierra nueva, por lo que la planta estará cómoda para extender sus raíces y absorber otros nutrientes.