El Consejo de Asesores de la Presidencia ya ocasionó más polémicas que propuestas. Las salidas de Fausto Spotorno y Teddy Karagozian pusieron en primera plana esta estructura ad honorem del Gobierno y, tal como confirmó una fuente de Casa Rosada, sus puestos no serán ocupados con nuevos integrantes. Es decir, se cerraron las filas, hasta el momento, de este grupo cuyo funcionamiento no sigue las reglas formales de la gestión pública y, en consecuencia, carece de una agenda bien definida. Por esta razón, ahora trabaja en su “institucionalización” para evitar repetir errores del pasado, como la “Mesa del Hambre”, impulsada por Alberto Fernández.

Cómo funciona el Consejo de Asesores o qué hacen sus integrantes son dos preguntas claves. De hecho, el jefe del Consejo, Demian Reidel, publicó 157 mensajes en la red social X (antes Twitter) desde su reunión con el presidente Javier Milei, el 28 de marzo, cuando fuentes oficiales informaron la creación del grupo de asesores económicos. De todos esos posteos, ninguno informa sobre reuniones o temas trabajados por la estructura que lidera. Tampoco contestó las consultas y llamadas de LA NACION para conocer cómo es la dinámica de esta célula de expertos.

Solamente en una entrevista televisiva el 1° de mayo respondió una pregunta sobre qué hace el consejo. En aquella oportunidad, dijo que el mandato del grupo de asesores es dedicarse a “lo importante, pero no urgente”.

Tras la salida de Spotorno y Karagozian, los actuales asesores que trabajan bajo el ala de Reidel son Alec Oxenford, Eduardo Bastitta, Sebastián Braun, Ramiro Castiñeira, Miguel Boggiano, Julio Goldstein, Ariel Coremberg y Ramiro Marra.

Ante la consulta de LA NACION, un integrante del consejo describió que “carece de agenda formal” y afirmó: “Estamos trabajando en la institucionalización”. Esto implicaría tener una distribución de temas de trabajo entre los miembros, aceitar los mecanismos de funcionamiento interno y sentar las bases para que la figura del ente pueda implementarse más allá de la gestión de Javier Milei.

Para una de las personas que participó de las reuniones de esta estructura ad honorem del Gobierno, si no se delimitaran esas cuestiones formales, “esto podría ser una buena iniciativa, pero con un final parecido al de la Mesa del Hambre”.

El único tema del que Reidel comunicó que trabaja junto al Gobierno es inteligencia artificial. Las fuentes consultadas por LA NACION confirmaron que en el consejo se ha trabajado ese tema, aunque aún sin un proyecto concreto.

Según describieron dos de las fuentes contactadas, sólo hubo tres encuentros presenciales y solo uno de ellos habría sido “más formal”. Además, hubo otras reuniones virtuales, aunque “fueron parciales”, ya que no estaban todos los miembros del equipo.

En paralelo, comparten un grupo de WhatsApp cuyo nombre incluye la leyenda “Consejo de Asesores”. Allí, tal como explicaron, intercambian mensajes con publicaciones en medios o redes sociales realizadas por ellos o comentarios sobre la actualidad y otros vinculados con los temas de trabajo que les interesa.

Uno de ellos es “cómo bajar a tierra líneas gruesas del Pacto de Mayo”. En ese sentido, destacaron que una de las iniciativas se concentra en desarrollar una idea más clara sobre cómo debería componerse ese límite de gasto público del 25% del PBI y qué impuestos podrían aplicarse y cuáles no, entre otras iniciativas.

ORIGEN DE LA TRAICIÓN
Uno traicionó porque quería afanarse información confidencial para hacer más rentable la consultoría. El otro lo hizo después de fracasar en imponer su agenda prebendaria.
Hay muchos analistas que son muy ingenuos y/o intelectualmente muy deshonestos.

Tal como explicó Reidel en la entrevista televisiva, esta iniciativa trabaja con visión de mediano y largo plazo en temas que no sean llevados a cabo por el ministro de Economía, Luis Caputo, ni por el de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. En consecuencia, estos condicionamientos limitan la agenda del consejo, según la visión de uno de los integrantes que participó en sus reuniones.

Reidel no sólo es el jefe del Consejo de Asesores sino también el único que ha sido nombrado oficialmente. Si bien desde marzo el Gobierno informó la creación de esta estructura ad honorem, recién el 3 de julio su nombre apareció en el Boletín Oficial cuando se lo designó con rango y jerarquía de secretario.

De hecho, ese fue uno de los principales temas que se abordaron en la primera reunión, tal como detalló uno de sus participantes: el posible conflicto de intereses de la actividad privada de sus integrantes. En parte, esto explica por qué ninguno de los asesores tiene una designación formal, indicaron.

Además, dada la diferencia de perfiles que conviven entre los asesores, esta fuente dijo que “no está claro” si funcionan como representantes del oficialismo o agentes externos. En contraposición a esto, otro de sus integrantes aclaró: “Trabajamos para el Presidente”, al mismo tiempo que descartó que tengan la obligación de “salir en los medios”. Por esa razón, explicó su interpretación sobre las salidas de Spotorno y Karagozian. “Si formás parte y haces críticas hacia afuera, ¿para qué estás adentro?”, cuestionó. Más allá de las distintas visiones, dichas salidas no exentas de polémica se derivan de aquella zona gris que responde a la falta de institucionalización del funcionamiento del ente.