Hace casi dos años, el 24 de agosto de 2022, José Enriquel Del Rio y María Mercedes Alonso, fueron asesinados a balazos. Sus cuerpos fueron hallados con los cinturones de seguridad puestos en un automóvil Mercedes Benz, que estaba estacionado en la cochera de la casona de Vicente López, donde vivía el matrimonio, Por el doble crimen está preso el hijo menor de las víctimas, Martín Del Rio. El 9 de diciembre próximo comenzará a ser juzgado. Un jurado popular, integrado por 12 ciudadanos, deberá definir si es culpable o no del parricidio.

Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. El debate estará a cargo de la jueza María Coelho, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 7 de San Isidro. El Ministerio Público estará representado por los fiscales Alejandro Musso, Martín Gómez y Marcela Semería, funcionarios que estuvieron a cargo de la investigación.

El acusado, que el próximo 25 de noviembre cumplirá 50 años, cumple la prisión preventiva en la Unidad 48 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en San Martín. Está imputado de “doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por criminis causae (matar para lograr la impunidad), y por el uso arma de fuego”.

El recorrido que hizo el sospechoso seis días antes del doble homicidio

Se espera que durante las cinco audiencias previstas declaren 50 testigos, entre Diego Del Rio, hermano del acusado e hijo mayor de las víctimas, y Ninfa Aquino Aquino, conocida como Nina y empleada doméstica del matrimonio asesinado, que estuvo presa 12 días y finalmente sobreseída.

“Mi clienta dirá todo lo que sabe, y su testimonio será clave para que Del Rio sea condenado a prisión perpetua”, afirmó el abogado Hugo López Carribero, letrado que defendió a Nina Aquino.

En la lista de testigos también figura Paola Coaquira, una mujer con la que el acusado mantenía una relación sentimental, extramatrimonial. Se trata de una figura clave porque, según la investigación, el 18 de agosto de 2022, seis días antes del doble crimen, fue quien acompañó a Del Rio en una caminata desde Núñez hasta Vicente López, en lo que los detectives calificaron como una “preparación del plan homicida”.

Los investigadores están convencidos de que el imputado planificó los homicidios, y para eso midió el tiempo que le tomaría hacer el trayecto a pie desde Núñez y, además, observó las ubicaciones de las cámaras de seguridad públicas y privadas instaladas en la zona.

Según las imágenes de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Vicente López, el 18 de agosto de 2022 a las 18.04, Del Rio y su acompañante cruzaron la avenida General Paz, desde Núñez, por la avenida del Libertador y continuaron a pie por la calle Zufriategui.

Dos minutos después, el sospechoso y Coaquira fueron captados por una cámara de seguridad en Zufriategui y Azcuénaga, a pocos metros del paso a nivel del ferrocarril Mitre, a la altura de la estación Rivadavia. Caminaban agarrados de la mano.

Del Rio y su acompañante continuaron su trayecto por Zufriategui hasta la calle 25 de Mayo, donde doblaron a la derecha, según informaron a LA NACION fuentes judiciales. A las 18.13, una filmación registró a la pareja en 25 de Mayo y Aguado.

En un determinado momento, el imputado siguió el camino solo. Fue hasta lo de sus padres: a las 18.26 una cámara lo grabó en Melo y Monasterio, a unos 100 metros de la casona de las víctimas. El día del doble crimen, según la acusación del Ministerio Público Fiscal, Del Rio repitió la caminata desde Núñez hasta Vicente López.

El llamado del Martín Del Río al 911'

Además de las declaraciones de los testigos, el jurado popular deberá evaluar las pruebas documentales como filmaciones, el protocolo de la autopsia, informes de registros telefónicos y el resultado de la “inspección ocular” en la escena del doble crimen.

El doble crimen ocurrió la tarde del 24 de agosto pasado en la casona de las víctimas, situada en Melo 1101, en Vicente López. Del Rio, de 74 años, y Alonso, de 72, fueron asesinados con una pistola calibre nueve milímetros que aún no pudo ser hallada por los investigadores.

Los cuerpos fueron hallados la mañana siguiente, cerca de las 9. Las víctimas estaban dentro de un automóvil Mercedes Benz, con los cinturones de seguridad puestos, estacionado en la cochera de la casona.

Pocas horas después del hallazgo de los cadáveres, fue detenida la empleada doméstica de las víctimas, Nina Aquino. La mujer, de 64 años, estuvo en prisión 12 días. Se pensó, en un primer momento, que había sido la entregadora que aportó el dato para que una banda de ladrones ingresara a robar en la casona de las víctimas.

Pero, con el correr de los días y la incorporación de distintas pruebas, el sospechoso principal del doble crimen pasó a ser el hijo menor de las víctimas. Fue detenido por detectives de la Delegación Departamental de Investigciones (DDI) de San Isidro el 7 del mes pasado cuando llegaba a su casa del barrio Barrancas del Lago, en Nordelta, Tigre.

Para los fiscales existe una prueba clave. Se trata de una serie de las filmaciones donde el sospechoso fue grabado por una cámara de seguridad a las 18.37 del 24 de agosto de 2022, cuando caminaba por la calle Gaspar Campos, a unos 50 metros de la casa de sus padres. Llevaba puesto un barbijo, una gorra y una campera que luce, por lo menos, un talle más grande. Cargaba un bolso-cartera cruzado a la espalda y en una de sus manos tenía una bolsa de tela de una reconocida empresa inmobiliaria.

En su primera declaración indagatoria, el sospechoso “refirió no reconocerse como la persona que aparece en los videos”. También sostuvo que el bolso y la vestimenta que se ve en las imágenes no le pertenecen.

Pero su hermano menor; su por entonces suegro, Jorge Sánchez, y Coaquira, una mujer con la que mantenía una relación sentimental, lo reconocieron como el “hombre encapuchado”.

Según la imputación, el doble crimen fue consecuencia de un “plan previamente diagramado”. “El 24 de agosto, entre las 17.33 y las 18.30, aproximadamente, Martín Santiago Del Rio, se hizo presente en el domicilio de sus padres, en Melo 1101, en Vicente López, y, en base al plan previamente diagramado, ingresó en la vivienda por el garaje. Una vez dentro, decidió, en base al plan estipulado, quitarles la vida, de manera clara e inequívoca”, sostuvieron los fiscales en uno de sus primeros dictámenes.

El móvil del doble crimen, para los investigadores, fue económico. “La decisión de segar la vida de sus padres tuvo como móvil la circunstancia de no poder prolongar la mendacidad en torno a la operación inmobiliaria referente a la Unidad N°31 B del edifico Château Libertador, en Núñez, y de poner al desnudo la imposibilidad de que las víctimas se mudaran a dicho inmueble, tal como se lo habían encomendado a partir del poder amplio general y de disposición que le habían conferido para ocuparse de ese tipo de transacciones”, explicaron los representantes del Ministerio Público.