La lluvia no aguó la fiesta. Si bien hubo algunas goteras ocasionales, como sucedió hace una semana en el Grand Palais mientras alojaba Art Basel París, los galeristas, artistas, curadores, funcionarios e invitados especiales convocados hoy al Pabellón 8 de La Rural ni se inmutaron. Tal como auguraba el pronóstico, el ánimo de celebración primó en el comienzo de la vigésima edición de Pinta BAphoto, la feria de fotografía más importante de América Latina, que abrirá al público desde mañana hasta el domingo.

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“Hoy vemos a los grandes maestros que hemos homenajeado en importantes instituciones, y a su vez seguimos descubriendo artistas jóvenes, lo que nos da una buena proyección”, dijo a LA NACION Diego Costa Peuser, director ejecutivo de Pinta, el grupo que impulsa esta y otras ferias de arte latinoamericano a nivel global. “No es fácil sostener un proyecto cultural durante dos décadas en la Argentina”, sostuvo por su parte Irene Gelfman, curadora general de este esfuerzo titánico que continúa creciendo en variedad y calidad.

“Ya vendí casi todas, me falta una”, anunció por su parte en plena inauguración Marina Pellegrini, codirectora de la galería Vasari, en referencia a cuatro fotos exhibidas en su stand del artista homenajeado en esta edición: Jaime Bolotinsky. Según ella, que participa de esta feria desde sus comienzos y en otras internacionales –como Paris Photo, hacia donde viajará el domingo-, Pinta BAphoto “ayudó a posicionar la fotografía como obra de arte cuando la Argentina no estaba acostumbrada. Hizo que la gente empezara a ver la foto de otra manera y a coleccionarla”.

Al mismo tiempo, las compras también habían comenzado en la sección Next/Fuera de foco, dedicada a los espacios emergentes. “Vendimos una de Gastón Reboredo, por 800 dólares”, dijo animado Torcuato González Agote, uno de los directores de la galeria Grasa. A su lado posaba en el piso para una foto uno de los responsables de Primor, galería federal itinerante que se presenta como “un puente entre el Litoral y Buenos Aires”.

En el stand contiguo volvía a sorprender la cordobesa The White Lodge con las “esculturas fotográficas” de Sandro Pereira: autorretratos tridimensionales cubiertos con partes de fotografías del rostro de este artista tucumano, cuyas pinturas fueron compradas por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en la última edición de arteba. Ahora, la primera venta fue un original retrato que hizo de su maestro Guillermo Kuitca.

Un poco más allá debutaba Hans Petersen –hijo de Chris, el cocinero a cargo del almuerzo inaugural- con Departamento 112, el espacio de Martínez que abrió el año pasado con dos amigos veinteañeros. También es la primera vez en la feria para Linse, galería dirigida por Lincoln Brown y Sebastián Vidal Mackinson. “El año pasado eran cinco espacios y ahora son diez”, señaló con orgullo Joaquín Rodríguez, curador de esta sección junto con Bárbara Golubicki. Él y Abel Guaglianone -que oficiará además de jurado con Cecilia Remiro Valcárcel-, otorgarán mañana allí a las 17 el premio In Situ, de 800.000 pesos.

En este sector con aires de renovación se detuvieron a conversar y posar para las cámaras varios funcionarios: Gabriela Ricardes, ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, acompañada por Alejandra Cuevas, subsecretaria de Gestión Cultural, y María Victoria Alcaraz, directora general de Cooperación Internacional; Hernán Lombardi, vicepresidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación, y Federico Brunetti, subsecretario de Promoción Cultural de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina.

También había motivos para celebrar en el otro extremo del pabellón. “Fuimos la primera fotogalería a nivel institucional de Buenos Aires, el año próximo cumplimos cuarenta años, y es la primera vez que participamos de la feria”, observó Claudio Larrea, director de la Fotogalería del Teatro San Martín, fundada por Sara Facio en 1985. Un retrato de esta pionera de la fotografía en la Argentina se exhibe ahora junto con otros de colegas como Adriana Lestido, Facundo de Zuviría y Juan Travnik.

“Los hizo Fredy Heer con su cámara Holga, de plástico, que es totalmente impredecible porque no permite enfocar”, explicó Larrea sobre este múltiple homenaje, ya que Heer falleció en julio último. El stand se completa con ejemplos de otras muestras realizadas durante su gestión, iniciada en febrero: fotografías de Gonzalo Lauda, Oscar Pintor y Germán Romani.

Más reconocimientos a la trayectoria de quienes contribuyeron a la escena de la fotografía en la Argentina llegarán el sábado. Junto con Aldo Sessa, tal como anticipó LA NACION, serán homenajeados Luz Castillo y Pedro Roth. Ambos fueron amigos de Jorge “Coco” Costa Peuser, padre de Diego y otro gran promotor del arte desde su revista Arte al Día.

“El aporte de BAphoto fue muy importante. La fotografía pasó de ser la sobrina pobre a la tía rica. Convertirla en arte fue un largo proceso, y Diego le dio una jerarquía muy particular”, dijo a LA NACION Castillo, impulsora junto a su marido Alfonso de la Fundación Arte x Arte, que nació como galería en 1995 y luego se especializó en fotografía. “Voy siempre a la feria. Es un aporte para que la fotografía deje de ser un oficio y se convierta en arte”, opinó por su parte Roth, artista y fotógrafo de las obras de muchos colegas, cuyo extenso archivo comenzó a ser digitalizado gracias al apoyo de Fundación Proa. Otro ejemplo de que, para mirar hacia el futuro, es necesario rescatar la historia.

Pinta BAphoto, hasta el domingo en La Rural (Av. Sarmiento 2704). Viernes y sábado, de 14 a 20.30; domingo, de 14 a 20. Entradas en laruralticket.com.ar/event/pinta-baphoto. General: $8000; estudiantes y jubilados, $4000. 2x1 con Club LA NACION. Mañana a las 17 se entregará el premio In Situ en la sección Next/Fuera de foco. En el foro, a las 19 se presentará el libro Afganos, de Rodrigo Abd.