La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es una enfermedad que afecta a las arterias del cuerpo y por la que el corazón debe trabajar más para bombear más sangre, según el portal Mayo Clinic. Aunque existen muchas medidas que puede tomar una persona para prevenirla, existe un hábito oculto y muy frecuente, que con una simple modificación puede ayudar a tener una presión normal.

Se trata del consumo de alimentos con un alto contenido de sodio añadido y grasas saturadas, que se encuentran en la comida de muchos restaurantes y en los productos ultraprocesados. Estos alimentos, como las papas fritas, los horneados y los snacks, también tienen un alto contenido de azúcares añadidos y conservantes.

Según el Ministerio de Salud de la República Argentina, debe hacerse todo lo posible para evitar consumirlos. “Son productos que no deberían formar parte de nuestra alimentación diaria, ya que su consumo en exceso puede dañar la salud, aumentando el riesgo que aparezcan condiciones de salud como la diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovascular y cerebrovascular, entre otras”, remarcó la entidad.

Además, sus componentes son en su mayoría aditivos como aglutinantes, cohesionantes, colorantes, edulcorantes, emulsificantes, espesantes, espumantes, estabilizadores, aromatizantes, saborizantes, conservantes y solventes. Lo que hace que cueste más a lo largo del tiempo poder abandonarlos por completo.

“Estos alimentos representan un riesgo para la salud humana por distintas razones, tienen una calidad nutricional muy mala y, por lo general, son extremadamente sabrosos, a veces hasta casi adictivos; imitan los alimentos naturales y se los ve erróneamente como saludables”, afirmó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en guía para la disminución del consumo de alimentos ultraprocesados.

Cómo disminuir el consumo de ultraprocesados de manera fácil

El consumo de ultraprocesados está muy naturalizado en nuestra cultura, por lo que cada vez más médicos buscan concientizar sobre la importancia de un cambio en la alimentación desde la niñez. Si aprendemos a cuidar nuestro cuerpo desde pequeños, sabiendo qué es lo que estamos ingiriendo y cómo afecta a nuestra salud, se podrían prevenir una gran cantidad de enfermedades.

Aunque tomar gaseosas, aguas saborizadas, jugos de fruta endulzados, bebidas energizantes y deportivas es muy rico, puede volverse adictivo. Por lo que los especialistas recomiendan disminuir en principio su consumo diario, dejándolas como una opción para momentos especiales de la semana. La hidratación principal de nuestro cuerpo debe ser a través del agua.

Muchas personas también disfrutan después de la cena comer un postre o chocolate para saciar por completo su hambre. Un cambio positivo sería cambiar estos ultraprocesados por una fruta dulce o por un fruto seco, como las almendras, las nueces y las pasas.

En el mundo de la inmediatez, las comidas listas para consumir son de lo más vendidos en los mercados. Por ello, los nutricionistas aconsejan utilizar los momentos libres del día o el fin de semana para elaborar comidas caseras para toda la semana, una buena manera de disminuir el consumo de estos productos dañinos para el cuerpo. Volver a las recetas caseras de nuestros abuelos y padres es una buena forma de conectar con las artes culinarias y cuidar a nuestro cuerpo de enfermedades a largo plazo.