Generales Escuchar artículo

De inversión, a flechazo: tres socios conservaron este departamento para pasar en familia sus días de ciudad

En pleno Retiro, el departamento que recorremos hoy tiene vista a una postal única de Buenos Aires. “Por si fuera poco, está a una cuadra de la calle Arroyo; hay algo en la energía del lugar q...

En pleno Retiro, el departamento que recorremos hoy tiene vista a una postal única de Buenos Aires. “Por si fuera poco, está a una cuadra de la calle Arroyo; hay algo en la energía del lugar que te atrapa”, apunta la arquitecta Cecilia Fidanza, a cargo del interiorismo.

Patrimonio Arquitectónico de la Ciudad, el edificio de 1910 es obra de los arquitectos Jacques Dunant (suizo) y Gastón Mallet (francés), ambos radicados en Buenos Aires. Trabajaron juntos en el Centro Naval de Buenos Aires, la fábrica de chocolate Águila y el hotel Carrasco de Montevideo, entre otros del estudio. Un dato interesante: Dunant llegó a ser presidente de la Sociedad Central de Arquitectos.

Entramos

“Al hall, que estaba pintado de marrón, lo pensamos como una especie de cuevita. Por eso, decidimos mantenerlo oscuro, pero con un tono más ajustado al gusto de los clientes. Al espacio social contiguo, en cambio, lo pensamos más claro. “El living tenía un gris muy frío y optamos darle un tinte más cálido. Con este color, se creó una atmósfera tan suave que te hace sentir como entre las nubes, junto con la luz que se filtra por las cortinas”, nos cuenta la arquitecta Fidanza.

“El plan original era simple: hacer el departamento flexible y atractivo para alquilar. Primero, llegó una mesa, y los socios la aprovecharon para hacer alguna que otra reunión de trabajo; después, una cama, y uno de ellos vino a pasar unos días con su familia durante las vacaciones de invierno, en ‘modo turista’ en su propia ciudad”, detalla la arquitecta.

“Los propietarios viven en la zona sur del Gran Buenos Aires y, de a poco, comprendieron que el departamento sería una base perfecta para disfrutar de la ciudad de una manera diferente. Les permitió planear escapadas breves, recorrer puntos icónicos, moverse en tren o subte, e incluso quedarse a dormir tras una cena o una obra de teatro sin mirar el reloj para emprender la vuelta a casa”.

“El departamento estaba en excelente estado. Las reformas previas resultaron un punto de partida favorable, y me permitieron enfocar la intervención en resaltar sus cualidades sin realizar cambios arquitectónicos”, explica Fidanza.

“Elegimos muebles funcionales y atemporales. Creo que en un edificio de gran valor, los muebles deben ser cómodos y clásicos, pero discretos, para dejarle el protagonismo a la arquitectura”.

Aprovechando la luminosidad, se pintó el escritorio contiguo al living-comedor de oscuro, para darle su impronta y carácter.

“La reforma anterior abrió un vano en el segundo cuarto, lo que nos vino muy bien para hacer un espacio conectado al living-comedor que funciona como escritorio; cerrando las puertas, vuelve a ser dormitorio”.

Desvío al comedor diario

“El comedor diario no tenía personalidad. Hicimos un ranurado negro en la pared, que luego se convierte en banco, para darle apariencia de pub irlandés. Así revivimos un espacio que quedaba triste, como perdido”.

Un gran cuarto

“El dormitorio, resultante de la unión de dos cuartos, es tan grande que el placard original, que restauramos, encaja perfectamente en el espacio. Además, suma enorme valor a la ambientación y a la dinámica de tres familias que alternan sus visitas”.

   

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/de-inversion-a-flechazo-tres-socios-conservaron-este-departamento-para-pasar-en-familia-sus-dias-de-nid02032025/

Comentarios
Volver arriba