El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una serie de nuevas imposiciones arancelarias sobre las importaciones que llegan desde China. En total, el volumen de estas transacciones ascienden a los 18.000 millones de dólares. Los impuestos están pensados para proteger la industria local y recaerán sobre los vehículos eléctricos, células solares, acero, aluminio y, a partir de 2025, en los semiconductores.

En un comunicado de prensa, el gobierno de EE.UU. sostuvo que la medida se tomó porque “las transferencias forzadas de tecnología y el robo de propiedad intelectual de China contribuyeron a su control del 90% de la producción global de los insumos críticos necesarios para nuestras tecnologías, infraestructura, energía y atención médica, lo que ha creado riesgos inaceptables para las cadenas de suministro de Estados Unidos”.

Cuál será el nuevo impuesto sobre los autos eléctricos y cómo afectará al mercado

Los aranceles sobre vehículos eléctricos chinos importados ascenderán del 25% al 100%, según informó la administración Biden. Desde AutoForecast Solutions, en diálogo con Yahoo Finance, explicaron que la medida no tendrá un gran impacto en la población norteamericana, debido a que los consumidores mayormente no compran autos fabricados en el país asiático.

Aunque los impuestos se trasladen a precios, solo la marca Polestar importa un vehículo eléctrico de fabricación china a EE.UU. Por su parte, Lotus comenzó a enviar su auto de lujo en cantidades limitadas, mientras que KBB vendió 1,2 millones de coches en territorio norteamericano en 2023, según informaron.

Paneles solares, acero, aluminio e insumos médicos, otros aranceles se elevarán

Los aranceles a los autos eléctricos no serán los únicos que aumenten. También se duplicarán los impuestos a la llegada de paneles solares (del 25% al 50%) y en el caso del acero y el aluminio, pasarán a estar desde el 7,5% actual hasta el 25%.

Además, explicaron que el presidente Biden tomó la decisión de triplicar los impuestos sobre las baterías de iones de litio para vehículos eléctricos y las baterías de litio destinadas a otros usos. Finalmente, le ordenó a la representante comercial de EE.UU., Katherine Tai, que desde 2025 lleve los aranceles sobre los semiconductores chinos del 25% al 50%.

La Casa Blanca también extenderá aranceles sobre productos no tecnológicos, como en el caso de las importaciones de agujas y jeringas médicas. Los guantes que utiliza el personal de la salud que están hechos con caucho y algunos respiradores y mascarillas, que también se verán afectados por tasas arancelarias más altas.

En última instancia, se impondrán impuestos con períodos de aplicación más largos para las baterías y el grafito natural. Desde el gobierno estadounidense explicaron que esta medida se produce en parte para darle tiempo al sector manufacturero norteamericano para escalar hasta un punto en el que se produzcan suficientes productos en ese país para satisfacer la demanda del mercado local.

La explicación del gobierno de EE.UU. y la pronta respuesta de China

Desde el gobierno norteamericano sostuvieron que China está con niveles de producción tan altos que va a terminar por superar la demanda de sus propios ciudadanos. Los funcionarios de EE.UU. consideran que cuando eso suceda, “se va a inundar el mercado global con una oferta que socava nuestra posibilidad de crear capacidad productiva en casa y nos deja a todos en todo el mundo más vulnerables a la coerción económica”, dijo un funcionario a CNBC.

Los funcionarios de la Casa Blanca señalan que, en las últimas semanas, el gobierno chino implementó un plan de subsidios internos para la fabricación de energía limpia. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en marzo de este año sostuvo: “El exceso de capacidad de China distorsiona los precios globales y los patrones de producción y perjudica a las empresas y trabajadores estadounidenses, así como a las compañías y mano de obra de todo el mundo”.

Cuando los nuevos impuestos aún eran rumores, en la última conferencia de prensa que realizó el Ministerio de Comercio de China, el portavoz aseguró que, “los países y regiones relacionados no deben blandir el palo del proteccionismo mientras defienden la bandera del desarrollo verde”. Además, consideró que los aranceles son “un caso típico de autocontradicción” y que esa práctica no solo podría frenar la transición verde global, “sino que también debilitará la determinación de las empresas de participar en el comercio exterior y la cooperación en materia de inversiones”.