Campeones argentinos: cuando el Boca de Carlos Bianchi y el Atlético del Cholo Simeone pusieron de rodillas al Real Madrid
Así como alguna vez la frase que daba la vuelta al mundo era “el fútbol es un deporte que juegan once contra once en donde a la final siempre llega Alemania”, ahora podría actualizarse (en f...
Así como alguna vez la frase que daba la vuelta al mundo era “el fútbol es un deporte que juegan once contra once en donde a la final siempre llega Alemania”, ahora podría actualizarse (en función del contexto) con “el fútbol es un deporte en donde juegan once contra once y la final siempre la gana Real Madrid”. Después de que el equipo blanco ganara el sábado su 15° Champions League al vencer en la final a Borussia Dortmund por 2-0 en Wembely, el planeta parece rendirse ante la evidencia. ¿Es así? ¿Todos pelean por el segundo puesto? ¿Más ahora que hizo oficial la contratación de Kylian Mbappé? Si se toma como referencia las últimas 20 finales internacionales que jugó el Real Madrid, ganó 18. ¿Con quiénes perdió? Contra el Boca de Carlos Bianchi y el Atlético de Madrid de Diego Simeone. El Virrey y el Cholo están en el club de privilegiados de haber vencido en un choque decisivo al gigante español en los últimos años.
Carlo Ancelotti prende un habano, Florentino Pérez ya le exigió al técnico multicampeón ganar la Copa de Europa número 16°… sigue invirtiendo en refuerzos. ¿El mundo a sus pies? De las últimas 20 finales internacionales que jugó Real Madrid desde el 2000 para acá, se quedó con 18: Champions League 2002 (2-1 a Bayer Leverkusen), 2014 (4-1 a Atlético Madrid), 2016 (1-1 y 5-3 en penales a Atlético Madrid), 2017 (4-1 a Juventus), 2018 (3-1 a Liverpool), 2022 (1-0 a Liverpool) y 2024 (2-0 a Borussia Dortmund).
También levantó la Supercopa Europea en 2002 (3-1 a Feyenoord), 2014 (2-0 a Sevilla), 2016 (3-2 a Sevilla), 2017 (2-1 a Manchester United) y 2022 (2-1 a Eintracht Frankfurt). Y conquistó el Mundial de Clubes en 2014 (2-0 a San Lorenzo), 2016 (4-2 a Kashima Antlers), 2017 (1-0 a Gremio), 2018 (4-1 a Al Ain) y 2022 (5-3 a Al Hilal). Y hay que sumarle la Copa Europea-Sudamericana 2002 (2-0 a Olimpia).
No puede decirse que todos los argentinos le ganan finales al Real, porque en el recorrido el propio Cholo Simeone cayó más veces de las que venció al conjunto blanco; también perdieron Nery Pumpido como DT de Olimpia y Edgardo Bauza como entrenador del Ciclón en las finales mencionadas anteriormente. Pero el dato concreto es que, de las dos caídas, ambas fueron ante técnicos argentinos. La más recordada (e importante) contra el Boca de Bianchi en Tokio, la Copa Europea-Sudamericana 2000. ¿La otra? La Supercopa de Europa contra Atlético de Madrid; el equipo del Cholo venció por 4-2 en 2018, en Tallín (Estonia).
En el medio de las 20 finales internacionales hubo cinco en donde perdió el Real, pero en el ámbito español: 2014/15, Supercopa España, 1-1 y 1-0 Atlético de Madrid; 2011/12, Supercopa España, 2-2 y 3-2, Barcelona; 2007/08, Supercopa España, 1-0 y 5-3, Sevilla; 2013, Copa del Rey, 2-1, Atlético Madrid, en el Bernabéu y 2002, Copa del Rey, ante La Coruña, 2-1, también en el Bernabéu.
La conquista del mundo en 6 minutosEl Boca de Bianchi dio la vuelta al mundo en 916 días, desde aquel debut en Rosario, en un amistoso ante Central (4-2), hasta los viajes que hizo a Bolivia, Uruguay, Chile, Ecuador, México y Brasil para adueñarse de América como plataforma para lanzarse a la conquista de Japón por su histórico triunfo ante Real Madrid, por la Copa Europea-Sudamericana. Eso si se cuenta el proceso global, que incluyó el arribo del Virrey en el invierno de 1998 y que edificó un imperio subiendo escalones con el Apertura 98, el Clausura 99 y la Copa Libertadores 2000. Hasta ahí, esos eran los logros, aunque luego vendrían más.
¿Se puede conquistar el planeta en 6 minutos? Eso fue lo que hizo Boca. Como ese boxeador que parece agazapado pero sale con todo y en dos manos deja casi knock-out a su adversario. “Fue el triunfo de la inteligencia”, lo calificaría Bianchi luego. El equipo xeneize convirtió con dos estiletazos de Martín Palermo, el primero tras un centro desde la izquierda de Marcelo Delgado, el segundo tras recibir un lanzamiento largo de Riquelme. Para no ser menos, enseguida descontó Roberto Carlos y así el conjunto de Vicente del Bosque regresó al partido, pero el resultado ya no se modificaría. Y Boca volvería a conquistar el mundo luego de 22 años.
“Antes de salir a la cancha, en la charla técnica, les dije: acá no hay discursos que valgan, no es el momento del palabrerío. Este es el momento para usar la inteligencia. Si nosotros somos inteligentes, la final la ganamos. Y Boca fue inteligente en todo momento, a lo largo de los 90 minutos”, le dijo Bianchi a LA NACION el día después. Y sobre ese arranque frenético, explicó:
“En las finales, vos no te podés equivocar mucho. De eso no hay dudas. Y el adversario tampoco puede hacerlo. Hubo un arranque ilógico para un partido de semejante naturaleza. En sólo seis minutos no te podés imaginar, ni en el mejor de los escenarios, que vas a estar ganando por 2 a 0. Jamás... ¿Si tuvimos suerte? No sé si suerte o qué, pero fue impensado. En el banco de Real Madrid estaban blancos como el color de la camiseta. Y si me pasaba a mí me daba un paro cardíaco”.
La “foto” de esa final fue la de Figo marcando a Riquelme. Boca hizo ofensivamente lo suyo y Real Madrid casi no lo inquietó, más allá de un centro o pelotazo cruzado. Pero el 10 fue clave atacando y siendo el primer defensor. No le pudieron sacar la pelota, girando para un lado y para el otro, gambeteando y generando faltas que le sirvieron al equipo para “descansar” con la ventaja. Raúl, emblema del conjunto merengue, dijo –fascinado- tras el partido: “Nunca vi a un jugador pisar tanto la pelota”.
En lo previo, las cotizaciones de ambos planteles lo daban como favorito a Real Madrid, con futbolistas valuados en 1.072.216.000 dólares contra los 106.000.000 del conjunto xeneize. Sin embargo, en el campo de juego Boca fue un justo ganador. Golpeó de entrada y después sacó a relucir todo su oficio con las pisadas de Riquelme ante Geremi, Hierro y Guti, la presencia de Bermúdez y los piques de Delgado como estandarte.
Boca formó desde el habitual dibujo 4-3-1-2 con Oscar Córdoba; Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Cristian Traverso y Aníbal Matellán (la decisión táctica para anular a Figo); Sebastián Battaglia, Mauricio Serna y José Basualdo; Juan Román Riquelme; Marcelo Delgado y Martín Palermo.
Ante Talleres, en la victoria por 2 a 0 (escala previa al viaje a Japón), Palermo había tenido una floja actuación. Los goles los hicieron Riquelme y Delgado y, en la conferencia, le preguntaron a Bianchi por qué no lo había reemplazado. El DT esa tarde contestó: “Nunca pensé en sacarlo porque él, además, colabora mucho con los defensores. ¿Saben qué le dije no bien terminó el partido? Que no hacía falta que le hiciera goles a Talleres; dentro de diez días sí los vamos a necesitar...”. Esa tarde soleada se recuerda porque el Virrey les había aclarado que nadie debía pensar en Real Madrid antes que en el equipo cordobés. Y que, si intuía que estaba pasando eso con un jugador, no lo iba a subir al avión. Boca jugó con el cuchillo entre los dientes contra un equipo que también peleaba por el título. Nadie se quedó afuera.
Bianchi se levantó temprano esa mañana del 29 de noviembre de 2000, como siempre, y dejó la habitación 3711 que compartía con Carlos Ischia para desayunar en el restaurante, ubicado en el piso 44 del hotel Keio Plaza Intercontinental. Se sirvió un par de tostadas con dulce de frambuesa y manteca del buffet. Pidió un café en un jarro mediano y practicó con cierta dificultad el arigató -gracias en japonés- al mozo que le alcanzó el pedido. A su lado, un compañero de siempre como Julio Santella, el preparador físico. Esa mañana del día después de tocar el cielo con las manos, el Virrey dijo a LA NACION: “Real Madrid ya pasó, ya está. Ahora hay que pensar en el próximo. No hay que dormirse en los laureles que supimos conseguir. Ahora hay que pensar en San Lorenzo...”.
Boca, a los tres días, le ganó al Ciclón 1-0, con gol de Palermo, y dio el impulso decisivo para ganar luego el Apertura 2000. Es una frase común (“no dormirse en los laureles, ir por más”), pero que explica cómo el técnico edificó al equipo de Boca más ganador de la historia.
El noveno título del CholoEl 15 de agosto de 2018, en el estadio Le Coq Arena de Tallin, Estonia, el Atlético Madrid se impuso por 4 a 2 ante el Real Madrid, tras el 2 a 2 en el tiempo reglamentario y le quitó al conjunto “Merengue” un invicto en finales internacionales de casi 18 años. El Cholo rompió el hechizo después del Virrey.
Diego Costa puso el 1-0 a favor de los del Cholo tras un pelotazo largo, aguantó la marca de Sergio Ramos, dejó en el camino a Raphael Varane y el rompió el arco a Keylor Navas. Karim Benzema empató de cabeza tras un centro de Gareth Bale y el Real pasó a ganar 2-1 por un penal convertido por Sergio Ramos. Angelito Correa, que había reemplazado a Griezmann en el segundo tiempo, tras una buena jugada asistió a Costa para el 2-2. En el alargue, apareció una genialidad de Saúl para el 3-2 y Koke selló el resultado final: 4-2.
“Los cambios que entraron respondieron muy bien. Había mucho espacio para adelante y teníamos margen para recuperar y salir rápido. Necesitábamos mucho ganar. Madrid hacía mucho tiempo que no perdía una final. Esta vez los detalles fueron para nosotros; las veces anteriores habían sido para ellos”, había dicho Simeone tras el partido.
El campeón de la Europa League superó al de la Champions. Fue el noveno título de Simeone. Aunque no sería el último, ese tuvo un sabor especial.