500 Millas de Indianápolis: un exceso de velocidad derrumbó las chances de Agustín Canapino
Una tarea que asomaba para convertirse en histórica, un clasificador que se enseñaba para ofrecerse dorado para el automovilismo nacional se diluyó en la última parada en los pits, con 30 giros...
Una tarea que asomaba para convertirse en histórica, un clasificador que se enseñaba para ofrecerse dorado para el automovilismo nacional se diluyó en la última parada en los pits, con 30 giros para el final: un exceso de velocidad en la calle de boxes, una penalización y la segunda participación de Agustín Canapino en las 500 Millas de Indianápolis terminó en una posición que no se ata a la actuación en la pista.
Un 22° puesto indicará la estadística en la legendaria competencia de IndyCar, que cumplió 108 capítulos, aunque el desarrollo lo mantuvo en durante el mayor segmento entre los puestos 11 y 8. El arrecifeño, del Juncos Hollinger Racing, es el segundo argentino en ver la bandera a cuadros, aunque no superó el registro de Raúl Riganti que, en 1933, con Chrysler, se clasificó 27° y finalizó 14°. La victoria fue por segundo año consecutivo para Josef Newgarden (Team Penske), que en el giro final superó a Pato O’Ward (Arrow-McLaren), recuperó la punta en la Curva 3 y se llevó el premio en el óvalo más riesgoso del mundo.
De gradas vacías a que no exista un espacio libre. Con la zona del Fan Fest a pura música, mientras los autos desandaban las 2,5 millas a un promedio de 370km/h. El show y la velocidad se combinaron en el Indianápolis Motor Speedway y aunque la lluvia retrasó cuatro horas la largada, las 500 Millas de Indianápolis enseñaron porqué las 200 vueltas en el tradicional óvalo son una leyenda del automovilismo mundial.
Este año, la mítica carrera compartió cartel con el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, dos de los tres episodios que le dan forma a la Triple Corona, que tiene en las 24 Horas de Le Mans al restante vértice. ¿Un ejemplo de su singular atractivo? Zak Brown, director ejecutivo de McLaren, eligió acompañar a los pilotos de IndyCar y no a sus pupilos del Gran Circo, donde Lando Norris venció dos carreras atrás en el GP de Miami. A punto estuvo de celebrar una épica victoria.
La tensión le ganó a la emoción en el arranque y antes de la primera vuelta el primer accidente. Sin temperatura de neumáticos, con una condición de pista desconocida –la lluvia la lavó y nadie conocía el grip-, Tom Blomqvist (Meyer Shank Racing) conservó demasiado y sin aceleración dibujó un trompo que el sueco Marcus Ericsson (Andretti Global) –ganador hace dos años, pero que debió lidiar en el BumpDay para clasificarse entre los últimos tres- no pudo esquivar. Pietro Fittipaldi (Rahal Letterman Lanigan Racing) zafó del incidente, pero Callum Ilott (Arrow-McLaren) lo atropelló y el brasileño terminó impactando contra el muro. Tres autos fuera de la carrera en apenas unos pocos metros.
Lo mejor de las 500 Millas de IndianápolisEn una carrera de 200 vueltas frenéticas, los motores Honda empezaron a fallar en el cuarto giro. Marcus Armstrong (Chip Ganassi Racing), el primero en caer por la rotura de los impulsores de la fábrica japonesa que se retiraría de la categoría. Khaterine Legge (Dale Coyne Racing), la única mujer en tomar parte de la prueba, fue la segunda víctima, y Felix Rosenqvist (Meyer Shank Racing), el tercero en padecer las flaquezas de un motor que en la prueba de clasificación se enseñó inferior a Chevrolet.
Canapino fue conservador en el comienzo: perdió una posición en la largada con Sting Ray Robb (A.J.Foyt Enterprises), aunque lentamente empezó a avanzar: con 80 vueltas, el arrecifeño era uno de los de mayor avance, con 11 posiciones ganadas, las mismas que Colton Herta (Andretti Global), aunque el estadounidense que estuvo en el radar de la F.1 tuvo una extraña maniobra en el giro 86, no pudo dominar el auto y se fue contra la pared; con 17 vueltas menos volvió a la pista y finalizó en la posición 23ª, por detrás del Titán.
Las primeras detenciones de Canapino en los pits fueron acertadas y la segunda posibilitó un avance en el clasificador hasta llegar al 11° puesto, mezclándose con gigantes como Helio Castroneves (Meyer Shank Racing), Will Power (Team Penske), O’Ward, Scott Dixon (Chip Ganassi Racing)… Con el accidente de Herta, los pilotos ensayaron la tercera detención y en la calle de boxes también hubo rispideces: Kyle Kirkwood (Andretti Global) impactó desde atrás a Ilott, que terminó detenido en el espacio de Ed Carpenter (Ed Carpenter Racing), que no podía realizar el cambio de neumáticos.
Los pilotos del Team Penske, que se adueñaron de la primera fila en la clasificación, no lograron mantenerse unidos al frente: Will Power cayó en su rendimiento y luego se accidentó, mientras que Newgarden y Scott McLaughlin –autor de la pole este año- batallaban con Santino Ferrucci (A.J.Foyt Enterprise); Alex Rossi (Arrow-McLaren), ganador en 2016 en su primera participación, y el español Álex Palou (Chip Ganassi Racing), puntero del campeonato, quienes completaban el quinteto de punta cuando se relanzó en la vuelta 113, partida que se abortó con rapidez porque un histórico como Marco Andretti (Andretti Herta) cometió un error por la crisis de la temperatura de los neumáticos y, tras un trompo, golpeó contra el muro.
Canapino marchaba en el octavo puesto, expectante para redondear una tarea destacadísima personal y para el automovilismo argentino. La última parada en los pits derrumbó un trabajo espectacular. No fue una carrera para los latinoamericanos: el Titán no pudo redondear la actuación y el mexicano O’Ward fue derrotado en los últimos metros por Newgarden, un especialista en óvalos y en las 500 Millas de Indianápolis.