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“Sistema perverso”: satisfacción en los frigoríficos por el fin de una controvertida protección que duró 50 años

La semana pasada, en medio de los anuncios de la baja temporal de retenciones que hizo el ministro de Economía, Luis Caputo, también se conoció que, después de 50 años de idas y vueltas en tor...

La semana pasada, en medio de los anuncios de la baja temporal de retenciones que hizo el ministro de Economía, Luis Caputo, también se conoció que, después de 50 años de idas y vueltas en torno de un régimen, la Argentina podrá meterse de lleno en el negocio internacional de los cueros bovinos. En rigor, se eliminaron los derechos de exportación de la actividad, medida anhelada por los frigoríficos. Desde este sector indicaron a LA NACION que desde hace años venían trabajando para destrabar este tema.

Situación crítica. Lluvias muy desiguales en la principal región agrícola profundizaron una fuerte diferencias en los cultivos

Si bien dentro de los anuncios oficiales se presentó la reducción de las retenciones de los cueros bovinos, en las redes sociales el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, sostuvo que esta medida potenciará otro mercado de “exportaciones premium”. El funcionario se refirió a un histórico conflicto que había devastado un potencial mercado de exportación de la Argentina y que se resolvió con la baja de retenciones. “Tiene que ver con la industria del cuero”, develó. En base con los planteos del funcionario, las curtiembres, encargadas del procesamiento, “no querían que este producto se pudiera exportar porque de esa forma lograban que el precio a nivel local fuera lo más bajo posible”.

Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), dijo a LA NACION que la medida anunciada sobre la eliminación de las regulaciones de exportación de cuero es muy positiva. “Acá no solo se trata de los derechos de exportación, sino también de un sistema perverso que, mediante una norma del Ministerio de Economía, establecía que la base de cálculo dependiera de una referencia en el mercado de Chicago. Esto hacía que la exportación de cuero crudo salado fuera comercialmente imposible”, precisó.

La idea del Gobierno, según señalaron, permite revalorizar el cuero y establecerlo como un producto premium. De esta forma, se beneficiarían tanto productores ganaderos, como los frigoríficos y consumidores. Según dedujo el ministro, esta operación permitirá “abaratar la carne”.

Esta situación de protección duró más de 50 años. En todo este tiempo se suponía que el sector tendría que haberse modernizado y transformado en un competidor fuerte a nivel mundial. Sin embargo, de acuerdo con el empresario, esto no fue posible. El mercado internacional del cuero lleva más de una década en declive, según señaló Urcía. “Esto está relacionado con nuestra solicitud de reducir la alícuota del IVA al servicio de faena, ya que la pérdida de valor de los subproductos ha generado distorsiones. Necesitamos que el Congreso aborde este tipo de temas, porque son clave para la reforma fiscal y la recuperación de la competitividad”, mencionó.

Javier Peralta, secretario de Fifra, coincidió en que el conflicto de las curtiembres fue siempre un tema que estuvo dentro de la agenda del campo. “Fue un tema que estuvo permanentemente en agenda desde hace décadas. No hay reunión que se tenga con la cartera de la Secretaría de Agricultura, el Ministerio de Economía, la Secretaría de Producción o lo que sea que no se plantee. Ahora, con esto va a dejar de ser un tema en agenda”, precisó.

En tanto, Urcía resaltó que los frigoríficos que antes estaban “prisioneros” del mercado doméstico y recibían como respuesta “no te retiro el cuero”, no tenían alternativa más que la disposición ambiental -enterrar el cuero-. Ahora pueden salar el cuero, agruparse o formar clústeres con otras plantas de menor escala y realizar las exportaciones. Esto era algo impensable anteriormente. “Esto es el punto final a un viejo reclamo sectorial que teníamos desde hace 50 años. Ahora tendremos la cancha nivelada y veremos lo que ocurre con los valores”, especificó.

Las curtiembres en la Argentina estuvieron marcadas por regulaciones que limitaban la exportación de cueros sin procesar. Los principales condicionantes eran las retenciones y las distorsiones del mercado que llevaron a que los frigoríficos llegaran a enterrar cueros por falta de demanda. Esto generaba un impacto ambiental y económico negativo.

Los cueros estaban sujetos a una retención fija por unidad, independientemente del tipo de cuero, su peso o el precio de venta. Esta retención se calculaba tomando como referencia el precio del cuero en el mercado de Chicago y ascendía a US$1,30 la unidad.

“Ha sido una protección histórica de toda la cadena de ganados y carnes hacia un sector determinado. Ahora, al eliminarse estas restricciones, lo que podemos hacer es arbitrar precios a valores internacionales. Si mi comprador local paga un precio inferior al que se podría obtener en el mercado de exportación, indudablemente se buscará la opción más rentable”, relató Urcía.

Más repercusiones

“Siempre estuvieron en contra de las exportaciones del cuero salado. La Argentina no era un exportador de cueros salados. El rubro curtidor ha ido disminuyendo. El 50% se produce en el país y el 50% se exporta como cuero salado”, dijo Enrique Fontela, un empresario del rubro a LA NACION. Exporta a China, Vietnam, India, entre otros destinos. En total, en la industria se calcula que hay 10 exportadores.

El principal consumidor del cuero argentino es China. Las exportaciones chinas de cueros terminados, que es su fuerte, están paralizadas por las subas de aranceles de Estados Unidos. Los precios que se ofrecen son muy bajos y ya estaba tornándose imposible con los precios de la actividad, según señaló el empresario.

En rigor, precisó que las curtiembres han ido desapareciendo por temas ambientales, el mercado y las transformaciones de la industria. Resaltó que el cuero no tiene el mismo volumen y utilidad, ya que la moda ha cambiado y con el tiempo han salido sustitutos del cuero.

El empresario sostuvo que en la Argentina los frigoríficos y curtiembres no trabajan en conjunto, contrario a lo que sucede en los países vecinos como Brasil o Paraguay.

Los precios de exportación varían y se calculan por unidad. Por ejemplo, al exportar un cuero de 20 kilos o de 40 kilos se aplica una fórmula específica a esa unidad. Con el tiempo, la alícuota aplicable ha ido cambiando. El mayor aumento en el volumen de cuero en los últimos años en el país ocurrió durante la pandemia por Covid-19, cuando los cueros eran enterrados en cinturones ecológicos debido a la falta de demanda.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/sistema-perverso-satisfaccion-en-el-sector-de-los-frigorificos-por-una-proteccion-que-duro-50-anos-nid27012025/

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