Recuperación “parsimoniosa y heterogénea” del nivel de actividad. Caída del consumo mayor a la contracción del PBI este año. Perspectivas favorables para 2025 y un “gran test” del programa asociado al valor del dólar para lo que viene. Ese es el escenario macroeconómico que definió el economista Hernán Lacunza, al describir la evolución de las principales variables en lo que va de la gestión de Javier Milei.

“La economía, que se deprimió mucho en el primer trimestre, entró a una meseta en el segundo y empezó a rebotar, de manera parsimoniosa y heterogénea, como siempre, en el tercer trimestre”, explicó el titular de la consultora Empiria.

No obstante, Lacunza también advirtió por el impacto aún demorado sobre el consumo. El economista analizó que los salarios privados formales están recuperando su nivel anterior a la devaluación, mientras que los informales y los empleados públicos se encuentran varios escalones por detrás. Fue en una entrevista con Radio con Vos, donde explicó que cayó “el ingreso disponible, que es lo que le queda a una familia después de cobrar el sueldo y de pagar los gastos fijos de luz, gas, transporte, expensas, alquileres”.

“Si en noviembre del año pasado le quedaban $100, ahora le quedan $86. Y eso es porque lo que llamamos gastos fijos del presupuesto familiar aumentaron proporcionalmente más que el resto de las cosas, porque estaban atrasados, pisados, al final del Plan Platita del año pasado”, explicó Lacunza, quien pronosticó que la caída del consumo en 2024 será del 7%, el doble de la contracción estimada del PBI (3,5%).

“Los promedios esconden heterogeneidades. Los que más se recuperaron son los empleados privados formales, con las paritarias y ahora se empezaron a amesetar un poquito. Una cosa nueva que no pasaba nunca es que los salarios públicos están bastante más abajo en ese rebote”, planteó el economista, quien luego planteó que el mercado laboral “se ha flexibilizado de hecho”.

“Cuando las normas no siguen la realidad, la realidad impera igual. Entonces, este mercado ajusta más por salarios que por cantidad de empleos. En los ‘90 teníamos un desempleo del 15% y ahora tenemos un 7,5%, pero los salarios son más flexibles”, planteó el titular de Empiria, al referirse a la caída de los ingresos del sector informal. De todas maneras, advirtió que “el piso del consumo estuvo entre marzo y mayo” y que “a fin de 2025″ el país podría “aspirar a tener los niveles de consumo de fines de 2023. “Seis trimestres tardamos en recuperar lo que caímos en dos”, resumió.

Y al analizar las perspectivas de la economía en los próximos meses, Lacunza planteó que “hay un riesgo” en cuanto a la evolución del tipo de cambio. “Este programa de estabilización ha sido eficaz en reducir una inflación del 25% al 2,5% mensual, porque no era tan obvio que eso ocurriera en 12 meses. Y lo hizo asociado a un anclaje cambiario”, planteó el economista, quien afirmó que “ya se erosionó el 90% de la competitividad cambiaria tras la devaluación de fines de 2023, y hoy es apenas 10% superior a la de noviembre del año pasado”.

En ese sentido, advirtió que “este tipo de cambio real puede ser insuficiente para las exportaciones y puede abaratar mucho las importaciones”. “Es el gran test o la gran intriga que hay con la continuidad del programa, porque empezaste a tener a mediados de este año déficit de cuenta corriente, déficit cambiario, y tenés más demanda que oferta en el balance cambiario, y eso te puede asfixiar como pasó muchas veces con los procesos de crecimiento y de rebote porque te faltan divisas”, concluyó.