“Buenas señales”. Las nuevas autoridades de la Fundación El Libro se acercan al Gobierno nacional
A principios de diciembre de 2024, la Fundación El Libro (FEL), organizadora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, anunció el recambio de autoridades. ...
A principios de diciembre de 2024, la Fundación El Libro (FEL), organizadora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, anunció el recambio de autoridades. El presidente y CEO de la editorial Guadal, Christian Rainone (Buenos Aires, 1970), que presidía la Comisión de Profesionales de la FEL, reemplazó en la presidencia al escritor y coleccionista Alejandro Vaccaro, que en abril del año pasado había protagonizado un contrapunto con el presidente Javier Milei. Por primera vez en décadas, la secretaría de Cultura de la Nación no tuvo un stand oficial en la Feria del Libro porteña y el funcionario a cargo del área, Leonardo Cifelli, no asistió a la ceremonia de inauguración.
“Tendré el honor de ser el presidente de la FEL en dos aniversarios: en el 50° aniversario de nuestra Feria en 2025 y, en 2026, la 50ª edición, por lo que trabajaremos intensamente para organizar los festejos a la altura que nuestro evento se merece”, dice Rainone en diálogo con LA NACION.
Las autoridades de la FEL comunicaron que uno de los objetivos de la nueva gestión sería “tender puentes y generar consenso tanto entre los diferentes actores” del sector editorial y con el Gobierno.
Rainone lo confirma. “Mi intención es lograr un acercamiento con las autoridades del Gobierno que nos permita trabajar conjuntamente a favor de la cultura, la literatura y la actividad librera -dice-. La sociedad eligió a este Gobierno y un cambio, pero para que este cambio sea efectivo y permanente necesita de una fuerte inversión en educación y en cultura, y el libro es una herramienta fundamental”.
En los últimos meses, la FEL ha recibido “buenas señales del Gobierno nacional, poniendo a disposición el Palacio Libertad para la Feria del Libro Infantil y Juvenil en 2024 y 2025, retomando la compra de libros por parte del Estado y reincorporando programas para incentivar las exportaciones a través de la Agencia Argentina de Inversiones, que nos apoyará en el stand en la Feria de Bolonia, por lo cual estamos muy agradecidos”. Cifelli confirmó la información a este diario.
“Me propuse un desafío al interior del mundo editorial: restablecer un diálogo fluido entre las diferentes organizaciones y actores que conforman nuestro sector con el objetivo de trabajar conjuntamente en su desarrollo y crecimiento -agrega Rainone-. Y mirando hacia afuera, buscaré trabajar en conjunto con las diferentes instituciones culturales y educativas en todos sus niveles para seguir promoviendo la lectura y buscar medidas que fortalezcan a nuestro sector tanto a nivel nacional como internacional. Un eje central de mi gestión será atraer nuevos públicos a nuestra feria, sobre todo me interesa convocar a los más jóvenes. Si bien año a año va aumentando su presencia, pondremos el acento en desarrollar más experiencias y eventos pensados para ellos”.
La FEL trabajará para incentivar la venta de derechos internacionales. “Haremos convites especiales a compradores de países en los que vemos inmensas oportunidades, como Brasil -indica-. A su vez, en el área de capacitación a profesionales impulsaremos temas específicos y sumamente necesarios como la protección del medio ambiente. Si no nos ocupamos de esto de manera urgente, en unos años será una barrera de ingreso a otros mercados, me refiero puntualmente a envoltorios, trazabilidad del papel utilizado en el libro, contaminación por transporte logístico”.
Otro aspecto importante de su gestión será el fortalecimiento del área de innovación “para acelerar los cambios que modernicen la institución y nuestras ferias; en el mismo sentido, también trabajaremos para que la FEL amplíe su cronograma de Ferias tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el resto del país”.
Rainone enumera una serie de problemas del sector editorial en la Argentina. “La constante modificación de reglas de juego con cada cambio de gobierno terminó afectando considerablemente nuestro sector en su nivel de capitalización y en su crecimiento de mercado -sostiene-. Por eso, debemos recomponernos y estar preparados para enfrentar los desafíos de una economía abierta. Durante el gobierno anterior, enfrentamos restricciones a las importaciones y dificultades para cancelar las mismas; también imposibilidades de pago de servicios y de derechos a autores extranjeros de libros impresos en la Argentina. Las editoriales pagaban el costo de papel a un dólar de mercado y debían liquidar las exportaciones a dólar oficial, esto dio por resultado una acentuada baja en nuestras ventas al exterior”.
A lo anterior se sumó el proceso inflacionario. “Una inflación descontrolada que erosionaba los ingresos; nuestro mercado requiere financiación a largo plazo: un editor comienza a financiar un proyecto en promedio un año antes de su lanzamiento, con anticipos a autores y colaboradores para luego, una vez lanzado el libro, consignarlos y cobrar con plazos superiores a noventa días -detalla-. Por otro lado, el ecosistema de nuestro sector es bastante complejo y depende de la interacción entre editores de todo tipo de catálogo, librerías y distribuidores para mantener una oferta diversa y tanta intervención a nuestro mercado terminó afectando nuestra bibliodiversidad”.
Para el presidente de la FEL estos “desbarajustes” explican el precio actual de los libros, que la mayoría de los lectores considera elevado. “Los diferentes actores del sector incluían dentro de su costo la imprevisión del tipo de cambio y el costo inflacionario; además, la escasez generada por problemas de importación de papel y de libros impresos daba por resultante que los editores, distribuidores y papeleras cuidaran de sus stocks, dando lugar a especulaciones en algunos casos excesivas, como en el caso del papel que contiene un componente impositivo superior a los de los demás países. Sin embargo, el precio actual del libro en Argentina no es caro en relación con el resto de los precios: vestimenta, alimentación, juguetes, pero sí es caro con respecto a los valores internacionales”.
“Entiendo que el Gobierno está trabajando en la flexibilización del papel destinado al sector editorial y por ende con beneficios impositivos”, agrega, y remarca que el costo del libro “está relacionado con la cantidad que se imprime y por la situación económica estas disminuyeron sustancialmente”. Una tirada promedio en el país es, con viento a favor, de mil ejemplares.
Según Rainone, la baja del precio de los libros en el corto plazo dependerá de la adecuación del costo del papel a los valores internacionales, la disminución de la tasa inflacionaria y previsibilidad cambiaria, el aumento del consumo y la apertura de las importaciones que generaran mayor competencia. “El sector está desinvertido y se requerirá una fuerte capitalización que permita a editores recomponer capital de trabajo, actualizar catálogos y modernizar operatoria logística y administrativa para lo cual sería fundamental el acceso a créditos a tasas razonables”, observa.
“Las medidas tomadas por el Gobierno que flexibilizaron las importaciones para nuestro sector ayudarán a recomponer nuestra diversidad de oferta -dice-. Por otro lado, la reducción de la inflación nos permite seguir trabajando sin afrontar caídas considerables y la reducción de la brecha cambiaria nos permite tener alternativas para cancelación de obligaciones en el exterior. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer: en 2024 la baja del consumo afectó al volumen del sector entre un 15 y un 30%, dependiendo el tipo de libro”.
En su opinión, Alejandro Vaccaro ha realizado una “excelente gestión” en la Fundación, en especial en materia cultural. “Por eso acordamos que continúe sus funciones como secretario de Cultura de la FEL y así complementarnos, ya que yo me ocuparé específicamente de las cuestiones profesionales e institucionales”.
Sobre la nueva edición de la Feria del Libro, que se extenderá del 24 de abril al 12 de mayo, informa que se cobrará entrada a excepción de algunos horarios y públicos específicos: docentes, menores de 12 años y jubilados y pensionados, entre otros. “Estamos trabajando junto con Ezequiel Martínez en los invitados, que pronto daremos a conocer”, promete.
La capital de Arabia Saudita, Riad, resultó elegida “ciudad invitada de honor” para la nueva edición de la Feria. “Debo admitir que no formé parte del proceso de elección de Riad, aunque no tuve objeciones cuando se anunció -afirma-. Algunos consejeros mostraron sus disidencias y dieron las razones. El proceso de convite es bastante complejo porque la ciudad o país invitado debe tener un presupuesto asignado para aceptar la propuesta y no siempre podemos llegar a acuerdos que satisfagan a ambas partes, por lo que cada año se manejan dos o tres alternativas de manera confidencial. Es muy difícil definir el criterio por el cual un país no debe ser invitado. ¿Por la ideología de sus gobiernos? ¿Por temas culturales? Es un debate que nos debemos dar internamente, pero es evidente que el mundo árabe se encuentra en un proceso de apertura hacia el mundo occidental, organizando e invirtiendo en diferentes eventos y para nosotros será una excelente oportunidad de seguir conociendo una cultura milenaria”.
Por último, Rainone destaca la “excelente relación con el gobierno porteño, que año a año apoya tanto nuestra feria como a nuestro sector con diferentes programas”. En 2024, el Ministerio de Cultura porteño auspició el ingreso gratuito a la Feria en horario nocturno. A su entender, el vínculo debe profundizarse. “La Feria no es un evento más, es el mayor evento cultural del país y se hace en la ciudad de Buenos Aires. Hace más de veinte años que recorro diferentes ferias del mundo, y estas, durante el evento pasan a ser el epicentro de la ciudad. Con hoteles completos y restaurantes llenos, dando un impulso extra a la economía y turismo. Debemos seguir trabajando para darle más visibilidad a la Feria tanto a nivel local como internacional”, concluye.