Wall Street y los primer 100 días de Milei: euforia en los mercados, cautela en los análisis
WASHINGTON.- Transcurridos los primeros 100 días de la presidencia de Javier Milei, Wall Street levanta el pulgar y vuelve a mirar a la Argentina con interés, desterrando la indiferencia de los ...
WASHINGTON.- Transcurridos los primeros 100 días de la presidencia de Javier Milei, Wall Street levanta el pulgar y vuelve a mirar a la Argentina con interés, desterrando la indiferencia de los últimos años. El rally alcista de bonos y acciones argentinas dejó altos réditos a los inversores que apostaron primero por el giro libertario. Pero, luego de los reiterados tropiezos de la Argentina en la tarea de poner en pie a su economía, la cautela tiñe los análisis de los informes de los bancos, analistas y fondos de inversión sobre el futuro. La duda central es la misma del principio: si Milei logrará que el ajuste sea sustentable para sacar al país del pozo, o si el nuevo intento por encarrilar la economía volverá a zozobrar. “Estamos lejos de dar un veredicto”, sintetizó una fuente avezada en los avatares argentinos.
El diagnóstico y el rumbo adoptado por Milei y el equipo económico que lidera Luis “Toto” Caputo reciben un apoyo unánime, y el primer balance es positivo, según la mirada que predomina en el mundo de Wall Street. La Argentina vuelve a estar en las conversaciones, apuntalada por el giro que imprimió Milei, un imán que ha captado una inusual atención en la arena global para un mandatario argentino.
“Hay una convicción y cohesión dentro del Gobierno acerca de atacar decididamente los desbalances macroeconómicos, sobre todo reducir el déficit fiscal y el tamaño del sector público, identificándolos correctamente como las causas primordiales del descalabro macroeconómico”, señala Mauro Roca, director de TWC Group y, antes, economista de Goldman Sachs. “El esfuerzo para limpiar el balance del Banco Central y acumular reservas también es auspicioso”, completa.
Los “peros” entre los analistas aparecen a la hora de desgranar la forma en la cual Milei está logrando sus objetivos, en particular, el déficit cero en las cuentas públicas. La “licuadora” tiene sus límites, y quienes miran a la Argentina parecen convencidos de que el Gobierno necesitará que ocurran dos cosas en los próximos meses para sostener su programa económico: un acuerdo fiscal en el Congreso y un rebote de la economía en forma de “V”.
Una nota del banco de inversión J.P. Morgan señaló que el hecho de que una parte considerable del ajuste dependa de la licuación del gasto social –principalmente, jubilaciones– “establece un límite” a la consolidación fiscal. Para el banco, un repunte de la actividad en el segundo semestre “es una condición necesaria” para el éxito de esa consolidación. Y el Gobierno deberá además retocar su estrategia a medida que caiga la inflación y el efecto de la “licuadora” se licúe, valga la redundancia. J.P. Morgan cree que “sería necesario un acuerdo político” que le permita al Gobierno obtener ingresos adicionales, una referencia al paquete fiscal que murió junto con la Ley Ómnibus original.
Pilar Tavella, directora y economista para América latina de Barclays, espera que el Gobierno siga mostrando resultados en el frente fiscal, el aumento de las reservas y la baja de la inflación. La contracara, dijo, es una recesión “muy profunda”, con una caída estimada del producto bruto del 4% para este año.
“Hay aspectos importantes del plan inicial que seguramente tendrán que ajustarse en los próximos meses para que sea sostenible”, sintetiza Tavella. En su lista aparecen los demorados aumentos de tarifas y la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, además de “un programa de estabilización” en el frente monetario y cambiario.
“El principal riesgo del proceso de estabilización sigue siendo el mismo que cuando el Gobierno asumió: la incertidumbre no es acerca del compromiso con el ajuste y las reformas, sino que se vuelvan políticamente insostenibles a medida que la recesión se profundiza”, apuntó. Este riesgo queda entrelazado con el contexto político y la falta de sustento territorial y parlamentario de La Libertad Avanza, que aportan anclas “débiles” de gobernabilidad. “A eso se le suma un continuo salto entre esquemas de confrontación y negociación con la oposición que, si bien pueden ayudar al Gobierno a mantener el apoyo, su discurso e identidad, agregan incertidumbre en la medida en que se demora la aprobación de leyes, especialmente las relativas al plan fiscal”, cerró.
Roca coincidió con esta mirada. “La apropiada dirección de políticas y la capacidad y convicción del equipo económico priman sobre las medidas circunstanciales, que en definitiva están forzadas por las numerosas restricciones políticas. En general, el punto más preocupante es el alto grado de conflictividad política que ha imposibilitado el avance en reformas más estructurales. La reducida gobernabilidad en un contexto de una recesión económica profunda genera incertidumbre acerca de la sostenibilidad de los avances que se han logrado en estos meses”, afirmó. Para Roca, un acuerdo político sobre el ajuste de las jubilaciones –ahora en discusión– y cambios impositivos, que están vinculados a las transferencias de recursos a las provincias es “indispensable”.
Lucila Bonilla, de Oxford Economics, remarcó que el Gobierno tiene un mandato muy fuerte de la gente, y que los argentinos “están convencidos de que necesitan un cambio y están dispuestos a hacer ajustes en su nivel de vida”. Pero la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones vuelve la situación social “muy frágil e inestable”, apuntó.
“Este gobierno tiene un mandato muy fuerte de parte de la población, pero la falta de apoyo parlamentario y su discurso anticasta le está costando caro en términos de poder avanzar con la agenda legislativa”, dijo Bonilla.
La analista indicó además que se sorprendió de que el “crawl”, la tasa a la que se actualiza el tipo de cambio oficial con el dólar, quedó en un 2% mensual, y que esperaban una devaluación real “más pronunciada”. El tipo de cambio real, advirtió, está al mismo nivel que antes de la devaluación posterior a las primarias en agosto del año anterior, y ese desfasaje, junto con la baja de la tasa de interés, “aleja la liberación del cepo cambiario”. Ese combo, remarcó, es inconsistente con los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para Alejo Czerwonko, chief Investment Officer para mercados emergentes del banco UBS, el saneamiento de las cuentas públicas orquestado por Milei y Caputo ha sido “notable”, aunque de “baja calidad”, dadas las herramientas disponibles para la Casa Rosada.
“Milei y su equipo son conscientes de que la calidad del saneamiento tiene que mejorar para que sea sostenible. Y es por eso que siguen empujando y negociando para lograr la aprobación de reformas estructurales, aquellas que impactan en el sistema jubilatorio, la coparticipación y los impuestos en general son centrales”, indicó. “Creo que emerge una situación en la que los intereses de varios gobernadores y el gobierno nacional se alinean, y es más probable que se firme algún tipo de Pacto de Mayo a que fracase la iniciativa. Esto generaría suficiente consenso para lograr la aprobación del plan de reformas en versión diluida”, evaluó.