Un desahogo, un alivio, un festejo merecido compuso Vélez en Liniers. Sin las luces de las mejores noches, pero con el nervio y el ánimo de aquellos equipos que pretenden quedar en la historia, el Fortín derrotó 1 a 0 a Tigre, rompió la serie de tres empates consecutivos y sostuvo la ventaja de tres puntos sobre Huracán, su inmediato perseguidor. Un partido donde la tensión se mantuvo hasta el final: la explosión y el festejo de jugadores e hinchas, una señal del valor de la victoria.

Con Huracán a la par y con Racing, Talleres, River, Unión y Atlético Tucumán al acecho, Vélez salió a jugar su partido. Descubrir cómo afectaría la presión era el primer acertijo que debieron sortear los velezanos en una cancha que entre recitales y la lluvia mostró múltiples manchas en el césped y un piso desparejo. Imponer condiciones fue la mejor respuesta frente a las preguntas de cómo reaccionaría: concentrado, dinámico, doblando el esfuerzo para recuperar rápido la pelota y con la vista en el arco del rival, el empuje del hincha fue un plus.

Dominador de la pelota con la conducción de Aquino y de Pizzini, tuvo en Tigre –arribó con una derrota en las diez últimas presentaciones en el torneo- a un rival que creció desde que Domínguez tomó las riendas. De un córner, Banegas a punto estuvo de marcar: Valentín Gómez, que cumplió 100 partidos en Vélez, despejó sobre la línea. El arquero Marchiori, en gran reacción, tapó más tarde ante Ferreyra.

Protagonista del campeonato, el calendario 2024 es una temporada completa para Vélez. Perdió la final de la Copa de la Liga en definición por penales con Estudiantes, pero no se desanimó. Es el equipo que más ganó en 21 fechas -12 triunfos- y la semifinal de la Copa Argentina también lo tiene como actor, aunque envuelto en una polémica por la fecha que dispuso la organización para el encuentro con Boca. El presidente Fabián Berlanga se mostró disconforme -el plantel viajará a Mendoza para medirse con Godoy Cruz y a las 96 horas jugará por el pasaje a la final. “No sabemos dónde vamos a jugar con Boca. Con la fecha que pusieron lo juego hasta en la cancha de Boca; prefiero jugarlo ahí, porque si no tengo que tomar cuatro o cinco aviones”, expuso el dirigente.

Incómodo fuera del campo, en el terreno tampoco Vélez tuvo fluidez en el inicio. Era Ordoñez el que con su movilidad y astucia para sorprender con su posición pretendía revelar los espacios para dañar a Tigre. El apuro del Fortín se evidenció en la resolución desde fuera del área del goleador Romero y en otra intervención del artillero, tras un tiro libre que ejecutó Aquino.

Ilusionado, aunque con la misión de quitarle presión a sus futbolistas, el entrenador Gustavo Quinteros explicó el recorrido. “En la primera parte del año llegamos a jugar la final, ahora conseguimos hace varias fechas estar primeros en el campeonato y en la Tabla Anual … entonces por qué no soñar. Nos tenemos que ilusionar y trabajar para lograr el objetivo”, relata Quinteros, quien como entrenador fue campeón en Chile, Bolivia y Ecuador y en Argentina solo dirigió a San Martín (San Juan), en el Nacional B.

Atropelló con fuerza y también con pinceladas de fútbol. Trazó diagonales, generó desbordes por las bandas, levantaron el nivel Thiago Fernández y Pizzini y se acopló a la ofensiva Bouzat, que desde hace dos partidos cumplía la función de lateral izquierdo, después del entredicho entre Elías Gómez y el DT Quinteros en el juego con River. El futbolista fue indultado y anoche volvió a integrar el banco de suplentes, y en el segundo tiempo reemplazó a Ordoñez.

Se hizo dueño Vélez. Presionó la salida de Tigre, provocó el error del zaguero Nardelli, pero Pizzini definió alto. El arquero Zenobio achicó ante el remate de Romero… Vélez derribó el dique combinando pases entre Fernández y Aquino, y con el infortunio de Nardelli, que anotó en su propio arco. Restan seis fechas para el desenlace y en la pulseada por el título, cuando asomaron nuevos retadores, Vélez con actitud tomó la responsabilidad y es el líder que sigue dando pasos para coronar la campaña.