Con una nueva sala dedicada al agua como recurso vital del planeta y, también, como medio donde viven distintas especies de animales, el Museo Nacional de Ciencias Naturales ubicado en Parque Centenario vive en estas vacaciones de invierno un renovado furor de visitantes. Un promedio de dos mil personas por día visita el edificio de avenida Ángel Gallardo 490, que cobra una entrada de $2800 (los chicos de hasta seis años entran gratis). Durante la semana pasada, con el clima primaveral a favor, hubo filas de tres cuadras para ingresar. Todas familias con chicos.

A los clásicos esqueletos de dinosaurios exhibidos se sumaron esta temporada (hasta el domingo 28) actividades de lunes a viernes, de 14 a 19, que combinan arte y ciencia. Entre ellas: “Secretos de la vida acuática”, que ofrece recorridos por las salas con divulgadores científicos; las visitas guiadas “Sobre esqueletos y dentaduras”; “Bajo la lupa”, donde los investigadores muestran los materiales con los que trabajan y cuentan sobre su trabajo, y un rincón de juegos con una exploración 3D con cascos de realidad virtual, un memotest marino, sorteos y premios. Además, en las salas hay códigos QR para escanear y participar de desafíos.

El museo cuenta con un guion basado en cuatro ejes fundamentales: Biodiversidad y evolución, Tierra, Aire y Agua. La inauguración de la nueva sala temática permite que los guías puedan abordar el “eje agua” en su totalidad para destacar la importancia que tiene este recurso para la vida en nuestro planeta.