Mientras tropezamos con los obstáculos cotidianos, fenómenos maravillosos ocurren en el cosmos. Por supuesto, no pueden ni deben confundirse las escalas. Nuestros problemas son tan importantes para cada uno de nosotros como lo es un eclipse o el descubrimiento de un nuevo exoplaneta. Pero a veces levantar la vista puede darnos un instante de eternidad.

Estos días (es imposible predecir exactamente cuándo; se espera desde febrero y hasta septiembre) aparecerá una nova en el cielo. Para nuestras latitudes pasará mayormente inadvertida, pero para los que quieran prestar atención, aparecerá una nueva estrella en Corona Borealis, una constelación que puede verse mirando hacia el norte, sobre el horizonte. Hasta ahora, uno de sus integrantes, un sistema binario llamado T Corona Borealis (o T CrB), compuesto por una gigante roja y una enana blanca, es prácticamente invisible para el ojo desnudo, con una magnitud de +10.8. Pero de forma recurrente, la interacción entre ambas eleva esa magnitud a +2, lo que la coloca en la zona de Polaris o las Tres Marías. Para los que quieran ver, pues, de acá a fin de año, una estrella nueva aparecerá, durante más o menos una semana, en el cielo nocturno. Luego, se apagará durante otros 80 años.