Tomás Belmonte, a pedir de Boca: “Soñaba jugar con la cabeza cortada, vendado y, si llovía, mejor”
Mide 1m81, y se impone con el juego aéreo para atacar y defender, pero su especialidad no es el cabezazo. Se anima a pisar la pelota y gana duelos individuales, pero no fue tapa de diarios por gam...
Mide 1m81, y se impone con el juego aéreo para atacar y defender, pero su especialidad no es el cabezazo. Se anima a pisar la pelota y gana duelos individuales, pero no fue tapa de diarios por gambetear. Hace goles, de cabeza y con un remate potente o llegando desde atrás, atacando el espacio, pero no es goleador. Traba con la cabeza desde el piso para marcar si es necesario, como hizo en un partido con Lanús ante Vélez, pero tampoco se puede decir que es un experto en la marca. Recupera mucho, pero no es un cinco – cinco clásico. Suele rendir mejor como volante llegador, un box to box dirían en la Premier League. Cuesta encasillar a Tomás Belmonte (26 años) en un puesto específico o ubicarlo en tal especialidad, sin embargo, en la suma de las partes ofrece un ADN de jugador que generó el interés de Juan Román Riquelme para comprarlo como refuerzo de Boca.
Sí, en el actual mercado de pases, el presidente xeneize tiene el sí del mediocampista para volver al fútbol argentino e inició negociaciones con Toluca. El club mexicano estaría dispuesto a venderlo si recibe 3.500.000 dólares por la mitad de la ficha. Las charlas recién comenzaron, pero es una apuesta firme teniendo en cuenta que Diego Martínez debe armar una línea de volantes nueva para enfrentar (cuando llegue el momento) a Independiente del Valle, por la Copa Sudamericana.
“Soy un jugador agresivo. Trato de ser solidario con el equipo para recuperar la pelota y cuando la tenemos ser opción de pase, tanto en lo defensivo, en las salidas desde el fondo como en ataque. Si jugamos con un doble 5, depende de la posición de mi compañero y yo me puedo mover. No tengo problemas en jugar un poco más adelante o un poco más atrás, en ambos casos con mucha movilidad. Lo pude hacer en las dos posiciones. Esas son mis características. Soy un jugador agresivo con muchas ganas”, dice quien de chico tenía como ídolos a Agustín Pelletieri, Iván Marcone y el Pulpo González, aunque creció mirando videos del Conde (Fernando) Galetto, por sugerencia del padre. Ya consolidado en primera, miraba a Europa para incorporar cosas de Toni Kroos y Keitá. “Ojalá algún día pueda alcanzar esos niveles”, se proyectaba mientras era dirigido por Luis Zubeldía.
Empezó a jugar al fútbol a los 3 años, en el club Guido. Categoría 98, llegó a Lanús a los 5 años, por eso aprendió a querer tanto al club. Y siempre elogió cómo trabajaba el Granate en las inferiores: “Es una gran escuela en todo sentido, cómo te forman, las posibilidades que te dan para crecer en lo deportivo y humano. Soy hincha-hincha de Lanús, la final del 2016 (contra San Lorenzo) la vi desde la tribuna. Es el club más grande del mundo”, grita a los cuatro vientos. ¿En qué posición se siente más cómodo? “De 5 o de 8 me siento bien, en cualquiera de las dos”, dice quien jugó como volante central solo en un 4-1-4-1 en el Granate o como doble 5 en un 4-2-3-1 o como interior derecho en un 4-3-3. “Si juego de interno, como 8, puedo llegar más al gol, me puedo soltar más para arriba y presionar también”.
▶️ ‘Toto’ Belmonte para el 1-1 entre Lanús y Banfield en el clásico.
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En Toluca no jugó tanto como titular, como le hubiera gusta en el último tiempo, pero suele ingresar para reemplazar al doble 5 compuesto por Claudio Baeza (volante chileno que además es el capitán del equipo) y Marcelo Ruiz. Disputó 14 partidos en la última liga mx, en la que sumó dos goles.
Lautaro Acosta, que lo conoce desde chico, una vez le preguntó cuál era su sueño a cumplir en un partido. ¿Qué le respondió Belmonte? “El sueño mío en un partido era cortarme la cabeza y jugar con la cabeza vendada. Y, si encima llovía, que esté lloviendo… mejor. Soñaba eso. Ojalá pase algún día”. Toda una definición de la garra con la que luego se lo ve luchar por una pelota.
Hace cuatro años, en plena pandemia por el Covid 19, en un vivo con hinchas granates organizado por la página oficial de Lanús mientras todo el país estaba encerrado, ya lo proyectaban como un futuro capitán y le preguntaron que cuente detalles de la pelea con Schunke, de Estudiantes, pero él dijo: “No, no, no. Lo que pasa en la cancha, queda en la cancha. Igual yo soy de pelearme con todos igual, jajajaja”. Lo mismo cuando tuvo un cruce con Carlos Tevez. Y ahí mismo respondió otras preguntas:
-Entre River y Boca, ¿cuál es elegís?
-Lanús, siempre.
-¿Ganar la Libertadores con Lanús o que Banfield se vaya a la “B”?
-Ufffff. Está difícil esa eh… La Libertadores con Lanús.
-¿El gol que más gritaste como hincha?
-El de Ale Silva a River, el 4-2.
-¿Champions o Libertadores?
-Los dos. Ahora Libertadores porque estamos acá en la Argentina, pero la Champions también.
-¿Quién es más ‘bocón’ en la cancha? ¿El Laucha Acosta o vos?
-Bueno, nos repartimos entre los dos, jaja. El Laucha tiene más experiencia, yo me quedo más callado.
-¿Con qué equipo jugás en la Play?
-Liverpool. O sino juego con Lanús, olvídate.
-¿Te imaginás en la selección mayor en un futuro?
-Sí. Como todo jugador, uno aspira a jugar en la selección mayor, en ser alguien reconocido por todo el mundo. Ya estuve en las juveniles y vamos por más.
Belmonte integró las selecciones nacionales juveniles. Representó a la selección Sub 20 en el Sudamericano 2017 en Ecuador e integró el plantel en el Mundial de ese año disputado en Corea del Sur. Con el seleccionado Sub 23 fue parte del plantel que ganó el Preolímpico Sudamericano 2020 y que participó en los Juegos Olímpicos de ese año. Cuando fue Sparring de la selección tuvo el placer de conocer a Lionel Messi: “Fue una locura poder estar con él en un entrenamiento”.
Belmonte iba a quedaba libre de Lanús en 2015, pero el DT Ezequiel Carboni pidió que permaneciera en el club porque quería probarlo. “Empecé a jugar, a tomar ritmo y a ganar minutos”, recuerda el volante sobre el entrenador que le reabrió la puerta. Bajo su tutela, varios de los juveniles que promovió el Granate se consagraron campeones invictos en la sexta división. Carboni fue también el que hizo debutar a Belmonte en la primera, frente a Patronato, en 2017.
Sigue jugando a la Play, la comida favorita es el pastel de papas, pero también pone en el podio las milanesas y la lasaña. El último clásico ante Lanús lo jugó sin estar recuperado del todo de un desgarro, pero lo jugó como siempre e hizo un gol. No tiene cábalas. “Soy muy creyente, en todos lados tengo mis estampitas, mis rosarios. Voy a la iglesia con toda la familia. Somos muy pegados a Dios”. Incluso cuando tuvo la oportunidad de elegir camiseta, tomó la número 13: “Mi hermana y mi papá cumplen un día 13, uno de abril y otro de septiembre, eso tiene que ver”.
El último medio campo titular que armó Diego Martínez en Boca contaba con Cristian Medina, Pol Fernández, Equi Fernández y Kevin Zenón. Pol está suspendido y los tres restantes se irían con la selección, por lo que no estarían ante Independiente del Valle por la Sudamericana. Sin embargo, en caso de que Belmonte llegue a Boca le daría al equipo otra característica. Tiene más gol que Medina y Equi, más presencia física para los duelos individuales y mejor cabezazo; disfruta marcar aunque también debe controlar el temperamento para no pasarse de la raya. En el último torneo disputado con Lanús sumó 2 goles y 7 amarillas en 21 partidos; en total, en el Granate hizo 16 goles en 172 partidos. En toda su carrera, anotó 18 goles y aportó 11 asistencias en 203 partidos.
Para que termine de entenderse cómo juega Belmonte, además de que reúne varias condiciones que lo hacen valioso en la suma de las partes, sirve como ejemplo una respuesta que dio en ese recordado chat con hinchas granates. En un momento le preguntaron: “Toto, ¿cuándo vamos a recuperar las Malvinas?” Y él respondió: “Cuando quieras, pero de cabeza eh…”