Un perro tuvo que ser rescatado por un grupo de personas en un parque estatal en Connecticut. Primero pensaron que había sufrido una herida al caminar por el sendero, pero luego notaron que había sido mordido por una serpiente venenosa. Con el comienzo del verano boreal y las altas temperaturas, estos reptiles salen de sus refugios para reproducirse y hay mayores probabilidades de encuentros con humanos y mascotas.

El ataque de una serpiente “cabeza de cobre” en Connecticut

El pasado miércoles, desde las redes sociales de la división Control de Animales de Hamden, un pueblo del condado New Haven, en Connecticut, mostraron las imágenes de un perro asistido por un grupo de personas. “Hoy, los bomberos Mike Onofrio, J.P. Christini, los oficiales de control de animales Bárbara Godejohn y Sarah Roberts, el dueño del perro y el buen samaritano Brian Schacht llevaron a un perro herido a un lugar seguro en una camilla, después de que se lastimara la pierna en el Parque Estatal Sleeping Giant”, comunicaron.

En el posteo se explica que, en un primer momento, los especialistas creyeron que el animal se había hecho una herida mientras caminaba por el parque estatal, a donde había sido llevado por su dueño y el hijo de este. “El terreno era extremadamente traicionero”, explicaron. Sin embargo, la División de Control de Animales hizo el viernes una actualización del caso y señaló que se trataba de una mordedura de una serpiente cabeza de cobre, una de las venenosas que se encuentran en Estados Unidos.

“Le administraron antídoto y está en seguimiento”, indicaron en una nueva publicación. Todavía no actualizaron novedades sobre el caso, pero lanzaron una advertencia a los residentes y turistas que paseen por el parque Sleeping Giant, donde habita la subespecie de cabeza de cobre conocida como “Northern Copperheads” (cabeza de cobre norteña). “Su hábitat incluye laderas rocosas, bosques abiertos, así como bordes de pantanos y prados”, informaron.

Qué hacer si un perro es mordido por una serpiente venenosa

La Universidad de Queensland, en Australia, comprobó que, entre los animales domésticos, los perros se ven más afectados por una mordedura de serpiente en comparación con los gatos. Asimismo, también tienen mayores probabilidades de un encuentro con víboras, dado que explotar los terrenos con su hocico y su lengua, dos áreas sumamente sensibles.

Las serpientes venenosas arman sus nidos en las madrigueras y cuevas de otros animales, así como también debajo de rocas, pilas de madera o inclusive en matorrales. Es por este motivo que los especialistas señalan que se debe tener particular atención sobre los lugares a los que se lleva a un perro, para evitar un encuentro con una víbora.

Los especialistas señalan que, luego de ser mordido, el perro mostrará síntomas físicos del ataque, por ejemplo enrojecimiento e hinchazón de la zona del cuerpo afectada. En estos casos, hay que tratar de mantener calmada a la mascota, ya que cuanto más movimiento genera, más se acelera el proceso de coagulación y más la afecta el veneno.

La recomendación es llevar al perro inmediato al veterinario. Durante el viaje, se aconseja aplicar un vendaje de presión por encima y por debajo de la herida. En caso de que la herida haya sido en la cabeza, lo mejor es sacar los elementos que pueden generar problemas si la zona se inflama, como por ejemplo un collar o una correa.

En caso de ser posible, es importante sacar una foto de la serpiente que causó la mordedura, ya que tener identificada la especie permite administrar el antídoto más eficiente.