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Tareas escolares: ¿sí o no?

Esta última semana se viralizó un video de una conocida madre protestando por las tareas escolares asignadas a su hija. Históricamente, los alumnos se han quejado de las tareas, lo nuevo es que ...

Esta última semana se viralizó un video de una conocida madre protestando por las tareas escolares asignadas a su hija. Históricamente, los alumnos se han quejado de las tareas, lo nuevo es que ahora, a esta queja se suman los padres, como si las actividades escolares para realizar en casa fueran un obstáculo que impidiera el disfrute del tiempo libre -que a menudo recae en el uso de tablets y smartphones-.

Los estudios de las últimas décadas que evalúan los beneficios de asignar tareas escolares a los niños han generado un debate continuo en la comunidad educativa. Aquí, un resumen, recopilado por la inteligencia artificial, de los hallazgos más comunes:

“Ventajas:

1. Refuerzo del aprendizaje: la tarea escolar puede ayudar a reforzar lo que se enseña en clase, permitiendo a los estudiantes practicar y consolidar conceptos y habilidades.

2. Desarrollo de habilidades de organización y gestión del tiempo: los niños pueden aprender a administrar su tiempo de manera efectiva, lo que es una habilidad importante para el éxito académico y profesional en el futuro.

3. Participación de los padres: la tarea escolar puede brindar a los padres la oportunidad de participar en una actividad educativa específica, lo que puede fortalecer la relación entre padres e hijos y apoyar el progreso académico.

4. Preparación para la vida universitaria y profesional: la capacidad para manejar la carga de trabajo y cumplir con los plazos de entrega es crucial en la educación superior y en la vida laboral, y la tarea escolar puede ayudar a los estudiantes a desarrollar estas habilidades.

Desventajas:

1. Desigualdad socioeconómica: los estudiantes de familias con recursos limitados pueden no tener acceso a los mismos recursos para completar la tarea escolar, lo que puede exacerbar las disparidades educativas y el rendimiento académico.

2. Estrés y ansiedad: un exceso de tarea escolar puede generar estrés y ansiedad en los estudiantes, especialmente si tienen múltiples asignaturas con tareas extensas y plazos ajustados.

3. Falta de tiempo para actividades extracurriculares y descanso: una cantidad excesiva de tarea puede dejar a los estudiantes con poco tiempo para participar en actividades extracurriculares, deportes, hobbies o simplemente para descansar y relajarse, lo que es importante para su bienestar general.

4. Menos tiempo para la exploración y la creatividad: una carga excesiva de tarea puede limitar el tiempo que los niños tienen para explorar sus propios intereses y desarrollar su creatividad, lo que es importante para su desarrollo integral.”

Es importante señalar que la mayoría de las desventajas se relacionan con la carga excesiva.

La Asociación Nacional de Educación y la Asociación Nacional de Padres y Maestros recomiendan que los estudiantes dediquen 10 minutos por grado por noche a la tarea. Eso significa que los alumnos de primer grado deben dedicar 10 minutos a la tarea, los de segundo grado 20 minutos y así sucesivamente. Pero un estudio publicado por The American Journal of Family Therapy encontró que los estudiantes obtienen mucho más que eso.

En síntesis, si bien el debate se ha trasladado a si “tarea si o tarea no”, la realidad es que la discusión debería focalizarse en qué cantidad de tarea es la adecuada. Es crucial que los educadores estén atentos a controlar el volumen de la misma para evitar que tareas de diferentes asignaturas se superpongan y generen una carga excesiva de trabajo.

Ahora bien, eliminar por completo las tareas escolares, como si fueran estas responsables de generar un malestar significativo en el alumno, es una incorrecta comprensión del tema. Cualquier actividad que requiera un esfuerzo (un examen, una tarea, un ejercicio difícil) puede ser un generador de estrés al que el niño debe adaptarse. La capacidad de adaptación al factor estresante se irá perfeccionando a medida que el alumno se enfrente a ese tipo de situaciones. Que los adultos fomenten conductas evitativas (eliminando los factores estresantes de la vida del niño para proteger su estado emocional), sólo contribuirá a “fabricar” adultos cada vez más frágiles. A transitar emociones negativas, tolerar la frustración, postergar la gratificación, también se aprende desde la infancia. Si creamos un mundo escolar sin correcciones, sin tareas, sin exámenes, sin calificaciones, -donde inclusive a los recuperatorios se les ha cambiado el nombre para evitar que los chicos se sientan frustrados-, estamos creando un mundo de ficción, que además está repercutiendo negativamente en el aprendizaje.

Mientras en la escuela, el tiempo y el espacio están ya asignados, para las tareas escolares, es el alumno quien decide dónde, cuándo y cómo las realizará (o no). La tarea escolar supone una dosis de estrés. El chico se enfrenta con una serie de interrogantes: ¿Podré completarla? ¿Podré hacerla correctamente? ¿Llegaré a tiempo? ¿En qué momento la haré? Alguien espera algo de él en un plazo de tiempo determinado y su conducta podrá satisfacer esa demanda o no. El alumno va adquiriendo autonomía mientras aprende a administrar sus tiempos. El grado de preocupación que experimenta antes de realizar la tarea se compara con el grado de satisfacción que transita al completarla a tiempo. Una vez entregada, el alumno ha realizado solo una actividad, ha comprobado que puede. Privar al alumno de esa experiencia, es privarlo de parte de su desarrollo.

Psicóloga

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/tareas-escolares-si-o-no-nid24032024/

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