Ricardo López Murphy: “No existe esa idea anárquica de que el Estado desaparece”
Hasta hace apenas tres años, Ricardo López Murphy era uno de los economistas más admirados y respetados por Javier Milei. Sin embargo, la campaña electoral de 2021 marcó un quiebre y deterior...
Hasta hace apenas tres años, Ricardo López Murphy era uno de los economistas más admirados y respetados por Javier Milei. Sin embargo, la campaña electoral de 2021 marcó un quiebre y deterioró con estrépito la relación que habían forjado al calor de los debates académicos y el resurgimiento de la derecha en el país. Ofendido desde aquel momento, el Presidente lo trata al exministro de Economía y Defensa, a quien llegó a llamar “mi segundo padre”, como si fuera el más encarnizado enemigo. Lo acusó de ser “un traidor” o de “disfrazarse de liberal”.
El diputado nacional del bloque Hacemos Coalición Federal evita el contragolpe frente a los “agravios” y “groserías” de Milei, pero quiere dar batalla en la discusión conceptual sobre la implementación del ajuste fiscal y la salida de la crisis. En una entrevista con LA NACION, López Murphy diferencia las ideas basadas en la libertad de la visión “anarcocapitalista” que promueve el Presidente y advierte que “no hay ninguna sociedad que carezca de Estado”. A su vez, sugiere que Milei debería inclinarse por el programa de la Constitución: “El país necesita funcionar con un presupuesto y marchar a la eliminación del control de cambios”, sostiene.
-Tras la firma del dictamen, ¿cuál es su balance de la negociación con el Gobierno por la nueva versión de la ley bases? ¿Hay un giro pragmático de Milei?
-En general, las leyes son producto de una larga conversación, discusión y aceptación de puntos de vista que no son propios. No hay ley que pase como si fuera una escribanía. Dicho esto, me hubiera gustado una reforma laboral más integral, dado que se ha planteado esta restricción. Reconozco que el grueso de los diputados cree que ese debate tiene que ser dado en una ley especial y no en una megaley como esta. Como se ha me adjudicado una posición que no es la mía, quiero aclararlo.
El proceso ha sido muy desgastante. Por eso, en diciembre sugerí que hiciéramos una ley por cada tema, para que no se produjera esa complejidad de negociación que ha habido.
-¿Milei cede por necesidad de conseguir un sustento jurídico a sus reformas y empujar la reactivación económica o porque aprendió después del fracaso de la ley ómnibus en enero?
-No, entramos en un dato adulto y de la realidad: el Congreso va a opinar y, a veces, yo estaré de acuerdo o no. Pero es una síntesis del estado de opinión y de la representación del pueblo en el Congreso. Eso va a salir.
Me hubiera gustado una reforma laboral más integral
-Aclara que lamenta que la reforma laboral que se aprobaría será acotada. ¿El Gobierno restringió la ley por falta de votos o para no provocar más a la CGT con un ataque directo a los recursos sindicales?
-El país necesita una reforma importante para generar empleo. Ese debate requiere que no venga disminuida en un megaproyecto porque, de lo contrario, para aprobar otras cláusulas, se ceden cláusulas de este tema. En ese campo yo simpatizo porque haya una reforma laboral integral donde haya voluntariedad de las cuotas y no obligación.
-Milei celebró el superávit fiscal a través de una cadena nacional. ¿El equilibrio de las cuentas se logró de manera eficiente y sostenible o es artificial?
-Creo que ha habido de todo ahí. Y con el tiempo se sabrá. Ha habido postergación de pagos, baja de gasto y depreciación en termino reales por la inflación. Para tener una solución permanente se necesita un presupuesto. Y sería muy importante que el gobierno enviara un proyecto de ley de presupuesto del 2024 y 2025, y que fuera un continuo. No hay forma más sólida de darle sostenibilidad que ponerlo en un presupuesto.
-¿Duda de que Milei pueda mantener el superávit fiscal en el próximo trimestre?
-Van a necesitar muchas reformas. Lo reconoce el propio gobierno. E imagino que no estamos aprobando la reforma fiscal para jugar.
-Además, el Presidente mantuvo el impuesto PAIS, cuya recaudación crece cada vez más. ¿Cómo evalúa la política económica?
-Bueno, eso no es sostenible a largo plazo. Creo que el país necesita funcionar con un presupuesto y marchar a la eliminación del control de cambios.
No veo una desesperación por invertir ni exportar ni generar empleo privado
-En materia monetaria, ¿por qué Milei no debería demorar el levantamiento del cepo?
-Hay que establecer reglas muy precisas de cuáles son las postas que hay que cumplir. Personalmente, creo que el primer paso tendría que ser sacar a la Comisión Nacional de Valores de los controles y, luego, el Banco Central tendría que ir, gradualmente, acercándose al sistema que prevalece en el resto de los países que nos rodean. Me resulta inaceptable idea de que la Argentina no puede vivir sin control de cambios.
-¿Visualiza que Milei tiene una hoja de ruta para eliminar las restricciones cambiarias?
-Yo no la conozco. Debería ser muy importante, en primer lugar, el debate. En la Argentina existen dos ideas que creo que están equivocadas: que somos el único país que no puede vivir sin control de cambio y que podemos multiplicar los impuestos por veintisiete y no pasa nada. De 0,25 en el impuesto de bienes personales pasamos a casi 6 con la ley de 2020.
-Teniendo en cuenta la herencia que recibió, ¿es comprensible que Milei, que llegó al poder como el gran exponente del liberalismo, no haya bajado aún los impuestos?
-Él se define como libertario y anarcocapitalista; y eso está proponiendo. Lo que hacen las fuerzas liberales en el mundo es otro camino. También es verdad que la situación que el nuevo gobierno recibió era catastrófica.
-¿El tipo de cambio está atrasado? ¿Puede afectar la cosecha del campo?
-Mi argumento es el siguiente: la Argentina necesita un superávit en cuenta corriente significativo para reponer sus reservas internacionales, cancelar la sobre deuda con proveedores que se recibió y, además, como un insumo vital del proceso de reducción del riesgo de invertir en la Argentina. Cuánto de tipo de cambio se necesita, depende de qué superávit de cuenta corriente estamos procurando alcanzar. Usted puede decir: “no me preocupa el superávit mientras no surja de operaciones fiscales”. Yo sería más prudente y cuidadoso. La Argentina necesita salir de esto en base a exportación e inversión y consolidar su posición externa. El país debe revertir la posición deudora que tiene por los riesgos que eso implica.
-¿Hubo más “motosierra” o “licuadora” en el plan de ajuste que aplicó Milei para llegar al superávit?
-Las principales reformas que hay que hacer, no han sido hechas todavía, así que tiene que haber habido otros factores.
-Entonces, ¿considera que hubo más “licuadora” de jubilaciones y salarios que una reducción de los gastos del Estado?
-Hubo más impuestos. ¿No? El impuesto PAIS ha sido elevado de una manera extraordinaria. Los propios impuestos externos han generado muchísima recaudación. Creo que ignorar eso, no es realista. Y, sin duda, ha habido gastos que no se han pagado. Pero repito: no hay presupuesto. Entonces, es difícil saber cuál el verdadero presupuesto que vamos a ejecutar.
En el artículo 75° de la Constitución dice que deberíamos funcionar con un presupuesto. Recuerde que el principio constitucional y liberal por excelencia es no hay tributación sin representación. El gasto no lo determina el Poder Ejecutivo, sino el Congreso. La norma que determina eso es el presupuesto. ¿Y dónde está? Esto nace de los episodios del segundo semestre. En ese momento, los candidatos Massa y Milei decidieron reducir el impuesto a los ingresos, que ahora estamos subiendo, y no tratar el presupuesto. Eso fue un inmenso error, porque si lo hubiéramos tratado, hoy estaríamos con otro debate. Entonces, ahora tendríamos claro qué está bajando y qué no.
El país necesita funcionar con un presupuesto y marchar a la eliminación del control de cambios
-¿Milei frenó una hiperinflación? Dice que Massa la dejó “plantada”.
-La situación era extremadamente grave. Y no se explicó lo suficientemente bien. O sea, la situación es más grave de lo que expresó el Presidente.
-Sin embargo, hay economistas que discrepan de las cifras que usa Milei en sus discursos. ¿Son datos falsos o exagerados?
-Había reservas negativas. ¿Cuál es el precio de algo tan negativo? ¿Cuál es el precio del tipo de cambio libre? No lo sé y no creo que nadie lo sepa. ¡Mire cómo será el miedo que tienen que seguimos con un control de cambio extraordinario!
-¿La abrupta devaluación de diciembre, cuando se llevó el dólar a 800 pesos, fue un error de Milei?
-A fin de la gestión anterior había un sobrante monetario y reservas negativas de un volumen extraordinario. Me gustaría que alguien haga la cuenta del equilibrio que había ahí.
-En relación con la crisis, ¿aventura que habrá una rápida reactivación económica o que será difícil que el país salga de la recesión en el corto plazo?
-Más que todo, yo creo que los factores expansivos: las exportaciones, las inversiones y el crédito privado están sin mucho margen. Claramente, no hay espacio por el lado del crédito doméstico y del fisco. No veo una desesperación por invertir ni exportar ni generar empleo privado.
-En la cadena nacional, el Presidente dijo que “la era del Estado presente se terminó”. ¿Se trata de un mensaje ligado a la historia del liberalismo o de una proclama de un anarcocapitalista?
-No sé qué quiere decir “un Estado presente”. Un Estado quebrado, insolvente, sin reservas es un Estado inerme, inútil y bobo. Yo creo que la Argentina necesita un Estado capaz de asegurar el monopolio de las fuerzas, la Justicia, la defensa, la seguridad y, seguramente, promover el capital humano. Eso no lo hacemos con un Estado quebrado, elefantiásico o en imposibilidad de pagos o que vive sometido a un control de cambios absurdo, como no hay ningún otro país del mundo. Bueno, Corea del Norte, pero no viene al caso.
-Es decir, coincide con la visión de Luis Lacalle Pou, quien dijo esta semana que “se necesita un Estado fuerte para gozar de libertad”.
-La idea de que el Estado es un instrumento insustituible de una sociedad organizada, libre, abierta y pluralista es imprescindible. Sin ese monopolio de la fuerza, la violencia del más fuerte sobre el más débil sería inevitable. No existe tal cosa como la ausencia del Estado, esa idea anárquica de que el Estado desaparece o la utopía de Marx, que decía “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”. Eso no forma parte de mi agenda.
-¿Cree que Milei es un fundamentalista que pretende que el Estado desaparezca en la Argentina?
- Ni la marxista ni la anarquista. Yo no conozco ninguna sociedad que tenga esas características.
“Hubiera deseado un programa económico más transparente, claro y elaborado
-¿Sugiere que el Presidente apunta en esa dirección, es decir, eliminar el Estado antes que hacerlo eficiente? ¿Este programa de gobierno está basado en las ideas de la libertad?
-No digo lo que quiere el Presidente. No hay ninguna sociedad que carezca de Estado. Ese Estado no puede ser el que tiene la Argentina, que está quebrado, desfinanciado y tiene unos riesgos extravagantes. Para tener claro: el doble de riesgos que Mozambique.
-¿Fue invitado a la cena del miércoles último de la Fundación Libertad o Milei lo vetó de la lista? Usted siempre asistió a esos eventos y tiene una estrecha relación con las autoridades de la organización.
-Yo no fui. Si eso simplificaba que ellos pudieran hacer la reunión a pleno, no pretendo ser un obstáculo para que se realicen actividades sociales en la Argentina.
-¿Pero fue invitado o no? ¿Sospecha que Milei, que lo trata de “traidor y basura”, pidió que usted no estuviera?
-Haga usted la reflexión del caso. Yo, a pesar de los insultos, agravios y de las exorbitancias que han ocurrido, voy a seguir cumpliendo mi deber y voy a procurar que todas las organizaciones de la sociedad civil hagan su tarea. Y si en algún caso mi presencia hace que partícipes necesarios, por sus funciones, tomen parte, voy a hacer la cooperación de disfrutar de la lectura en mi casa en ese tiempo.
-¿Milei tiene actitudes antidemocráticas? ¿Le preocupan sus ataques verbales al Congreso o sectores de la prensa que discrepan con su visión?
-Hace muchos años yo recibí la enseñanza de que el agravio no es parte del programa de la Constitución. Se sabe que nuestra Constitución convoca a la unidad nacional y a la paz interior. Se imagina que voy a evitar hacer lo que hacen aquellos que creo que cometen un error enorme. Mi bandera es de concordia y paz interior, no de antagonismo, odios y descalificaciones.
-¿Y le inquieta que Milei no exhiba apego a la institucionalidad democrática?
-Me parece mal que el Presidente utilice expresiones groseras para comunicar. No simpatizo con eso. Las groserías no son propias del ejercicio de la primera magistratura, mucho más si constituyen agravios y descalificaciones a periodistas y diputados. Eso me parece mal. No coopera, no ayuda, no forma parte de la experiencia de ningún país sensato de la tierra.
-¿Nota deficiencias en el esquema de gestión del Gobierno y falencias en la implementación de medidas? Hubo renuncias masivas en áreas clave, como el Ministerio de Capital Humano u organismos públicos.
-Yo manifesté en la campaña que era un partido lugareño, que no tiene cuadros ni intendentes ni gobernadores, y cuenta con una fracción muy pequeña del Congreso. Es evidente que tenían una organización política frágil; no necesito ahondar sobre eso.
-¿La marcha universitaria generó un cambio de clima político? ¿La oposición dialoguista podría tomar una mayor iniciativa después de la aprobación de la ley bases con proyectos que condicionen a Milei?
-El problema más importante es hacer el presupuesto de 2024 y 2025. Gran parte de todas estas discusiones se zanjarían allí. Es la forma que nuestra Constitución indica para resolver este problema. A su vez, el sistema de educación superior necesita muchas reformas. No quiero omitir eso.
-¿Qué tipo de reformas promovería en esa área?
-Tenemos un alto número de estudiantes en relación con la ciudadanía y un bajo número de graduados. Ha hecho muchas exposiciones el profesor Guadagni en numerables artículos sobre las limitaciones de nuestra educación superior. Además, creo que nuestra matrícula se ha sesgado hacia ciencias sociales en lugar de las especialidades de informática o las ingenieriles, es decir, las propias del mundo digital. Eso se debe a que hemos generado un sesgo por la preparación en la escuela primaria y secundaria y los mecanismos de incentivo hacia una oferta laboral que no es la más consistente con el empleo y crecimiento del país.
No hay ninguna sociedad que carezca de Estado
-Dice que la discusión entre el Gobierno y las universidades nacionales se zanjaría con el armado del presupuesto 2024-2025, ¿Milei desfinanció a la educación pública en esta etapa de ajuste?
-Con el presupuesto habría una discusión inteligente sobre cuánto es el esfuerzo que podemos hacer ahí. En segundo lugar, también es verdad que en toda la estructura administrativa de la Argentina hay un exceso de burocracia. En un artículo de hoy , Susana Decibe dice que el presupuesto burocrático debería ser tres por ciento del gasto educativo. Está diciendo algo importante la exministra de Educación.
-¿Qué opina del escándalo por la suba de dietas en el Senado? Más allá del ataque de Milei a la “casta”, ¿debe darse una discusión integral sobre los sueldos en la función pública?
-A partir del 2011, dado el surgimiento de la inflación, se fijó el criterio que cada vez que se aumentaba el salario del poder legislativo se incrementaban las dietas de diputados y senadores. Esa experiencia era una regla razonable. Se pueden admitir otras reglas, como las que tienen las provincias o países vecinos. Lo que no es bueno es la arbitrariedad ni de un lado ni del otro. Tiene que haber una regla razonable o sostenible.
-Patricia Bullrich, que era su candidata a presidente, apoya al juez Ariel Lijo como postulante para la Corte. Usted fue muy crítico respecto de la elección de Milei. ¿Lo decepciona?
-Me opongo en todos los términos.
Remarcó la editorial del diario @LANACION que afirma que esta "nominación ofende la idea de justicia" porque atenta contra la calidad institucional y la inteligencia de la ciudadanía. https://t.co/ht2xM18QoG
— Ricardo López Murphy (@rlopezmurphy) March 26, 2024-Bullrich dijo que era “un juez expeditivo”. ¿Le sorprende la actitud de la expostulante presidencial de Juntos por el Cambio o lo atribuye a su apuesta por Milei?
-Pienso que el pronunciamiento del editorial del diario LA NACION y del colegio de abogados es terminante sobre este punto. No es la persona que debería ser nominada para la Corte.
Me opongo en todos los términos a la candidatura de Lijo a la Corte
-¿El manejo exterior de Milei es exitoso? ¿Apoya el alineamiento a EE.UU. e Israel o el Presidente debería ser más precavido para reinsertar al país en el mundo dada la complejidad del escenario internacional?
-Creo que el país tiene que seguir sus intereses. No estamos en condiciones de ‘tutorear’ o de darle instrucciones a nadie. Tenemos que ser lo más cuidadosos en fomentar nuestra recuperación. Nuestra pobreza de medios y dificultades exigen que tengamos el mayor pragmatismo y cuidado en nuestras reglas internacionales, de defensa y seguridad.
-¿Valora la compra de aviones F-16 que hizo Milei en este contexto?
-Argentina tiene una situación de indefensión muy severa. Ha hecho un decaimiento de su capital en las fuerzas armadas nunca vista. He sostenido a lo largo de muchos años que esa actitud era enormemente imprudente y que no se puede resignar la defensa en ningún país que se sienta soberano.
Eso requiere que no creamos que depredar el capital de las fuerzas armadas es razonable. Entre otras cosas, no es razonable que no tengamos una armada que pueda navegar, ejercitar y combatir, una fuerza área que esté en las mismas condiciones o un ejército de tierra que tenga las aptitudes militares necesarias, al menos como las de nuestros vecinos.
-¿Cuánto tiempo más habrá esta tolerancia social al ajuste? ¿Teme que el impacto de la recesión o la depresión económica provoque un aumento de la conflictividad en las calles?
-La situación heredada era terrible. Sería un error pensar que de ese problema inmensamente grave que estábamos, se iba a salir sin dificultades. Eso no existe. Sin duda, el proceso iba a ser muy difícil en cualquier caso. Quizá me hubiera gustado hacerlo con un programa más transparente, claro y elaborado. Eso hubiera deseado.
-¿No hay un programa en el gobierno de Milei?
-Yo explique un plan muy preciso y claro de lo que había que hacer en la nota publicada en LA NACION el 2 de diciembre pasado. Ratifico el programa que estaba en esa presentación.