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Reducción de retenciones: los pros y contras de la medida de Caputo y la expectativa por el largo plazo

El anuncio del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la reducción temporal de las retenciones al campo hasta el 30 de junio generó tanto entusiasmo como dudas en los diversos actores de la ca...

El anuncio del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la reducción temporal de las retenciones al campo hasta el 30 de junio generó tanto entusiasmo como dudas en los diversos actores de la cadena productiva. Entre los aspectos positivos, se destaca el alivio tributario para los productores de soja, maíz, trigo y otros cultivos, con reducciones de hasta un 20% que impactarán favorablemente en los márgenes de los agricultores y arrendatarios. En un contexto de precios internacionales bajos, la medida también busca incentivar la liquidación de granos en el primer semestre del año, garantizando un flujo de dólares al país. Los analistas consideran que esta política podría representar una ayuda inmediata para el productor, pero también hay dudas e inquietudes sobre los efectos colaterales, como el impacto en los precios de los granos para la industria nacional.

Claves de la baja de retenciones: el costo fiscal, el impacto en los precios y la mejora para las economías regionales

La reducción de las retenciones en la soja del 33% al 26% y el maíz del 12% al 9,5%, podría aumentar el costo productivo para industrias como la porcina, avícola y feedlots, lo que podría trasladarse a los precios finales. Se teme que una sobreoferta en plena cosecha reduzca los precios para los productores o limite la capacidad de compra de la industria en el segundo semestre. Los expertos subrayan que, aunque el Poder Ejecutivo puede reducir retenciones por decreto en julio, no tiene margen para incrementarlas nuevamente sin la aprobación del Congreso y a un paso de las elecciones legislativas. Esto dejaría una puerta abierta a la duda sobre el futuro de la medida más allá de julio.

En rigor, con la baja de las retenciones aumentarían los costos de los granos para las industrias y los sectores productivos como la carne porcina, feedlots y aviar. Hoy, la gran duda es cómo va a estar el precio pizarra en los próximos días. Si los valores van a aumentar en granos: maíz y soja, materia prima para estas industrias. En la avicultura, según señalaron a LA NACION, se espera que aumenten, por tanto, se convertiría en un traslado directo a los costos. Según mencionaron, al no bajar retenciones a las exportaciones, no se recupera ni siquiera en ventas. Vale recordar que en agosto pasado, el gobierno bajó las retenciones a la avicultura del 9% al 6,75%.

Juan Uccelli, de la consultora JLU, indicó que con esta reducción de las retenciones, los nuevos valores de retenciones aplicados al maíz y la soja representan un aumento directo del 3,5% en el costo de producción del cerdo. “Hoy es asimilable por el precio de venta, y es una ayuda necesaria a la agricultura porcina”, afirmó. Esto sale del costo que tenían en la actividad hasta ayer contra el costo que tienen hoy con la adecuación de las retenciones. “Ese aumento de costo de la producción para el sector porcino es totalmente asimilable por el precio actual del cerdo en pie. No afecta a la producción, ya que esto es absorbible”, precisó. Esta medida también impactaría en los feedlots.

Granos

Pablo Ioele, asesor de productores, consideró que la medida es positiva, especialmente si implica una mejora del precio que percibe el productor. “Es todo positivo. Es tanto positivo para el dueño del campo como para el que vive de la renta del campo . Lo más importante es que esto es beneficioso para el que alquila campo. Más del 60% del área sembrada es de arrendamiento en la Argentina, y si a vos, por ejemplo, dentro de la estructura de costos e ingresos te quedan tres o cuatro quintales de margen y esos quintales valen un poquito más, la situación mejora”, explicó.

Respecto de detalles de la medida, Ioele opinó: “Me gustaría que el plazo sea más extenso y que la baja sea mayor”, observó Ioele. A partir de esta medida, el Gobierno fijó cinco días para que se realice el pago de los derechos de exportación y 15 días para que los exportadores presenten la declaración jurada. Históricamente, para este caso los plazos han sido de 30 días.

Gustavo López, experto consultor del mercado de granos, dijo que hay que ver cómo reacciona el mercado de granos, al margen del tema climático que afecta hoy a los productores. Por eso, señaló que más allá de la sequía, lo que hay que seguir y estar atento es si la baja de retenciones va a ser hasta el 30 de junio, efectivamente, o se va a sostener en el tiempo.

Sobre el aspecto jurídico de la medida, observó que el Poder Ejecutivo tiene la facultad de bajar las retenciones, pero no las puede subir. Cuando los gobiernos anteriores quisieron hacerlo por decreto, fueron rechazados, es decir, tienen que pasar después por el Congreso Nacional. “Nadie sabe si al 30 de junio van a tener más o menos retenciones”, observó.

Las alícuotas de los derechos de exportación a la soja bajarán de 33% a 26%; las de los derivados de la soja se reducirán de 31% a 24,5%; en el caso del trigo la baja irá del 12% a 9,5%; en la cebada de 12% a 9,5%; para el sorgo será de 12% a 9,5%; para el maíz de 12% a 9,5%; y en el caso del girasol irá de 7% a 5,5%. Se incluyó la eliminación permanente de retenciones para las economías regionales como el azúcar, tabaco, foresto industria, arroz, algodón y cueros vacunos, que tenía retenciones desde el 2,5% hasta el 5% como máximo. Tras conocerse la noticia, la industria molinera también comenzó a vivir una suerte de incertidumbre dado que la industria paga un 7% de retenciones, pero no fueron anunciados dentro del listado.

Con el valor FOB y la reducción de los 7 puntos en la soja se estima que la mejora en el precio para los productores sería de 25 dólares por tonelada, en principio. En ese sentido, López sostuvo que hay que ver cómo acompañan los exportadores la medida.

“En la Argentina va a haber mucha oferta de soja vieja; de la campaña anterior hay 13 millones de toneladas y toda la soja nueva son 49 millones de toneladas, se cayeron cinco millones de la expectativa inicial que hacían las bolsas. Del stock se vendieron entre tres y cuatro millones de toneladas”, analizó López. El tema ahora es ver cómo va a reaccionar la oferta y la demanda y si se consolida con una oferta así. El otro tema que también es crucial es el clima que puede impactar en el precio de la soja.

“Hoy prima lo climático, el que tiene la soja la va a querer vender a buen precio. Hoy los exportadores estaban trabajando con quebranto tanto el trigo, como maíz y soja. Hay que ver si con esto mejora el precio o quedan los mismos precios o el exportador puede trasladar esa mejora al productor”, precisó López.

Todos coinciden en que es fundamental ver la resolución y analizar dónde está parado el productor, si deja la puerta abierta y si están las chances de que vuelvan los aranceles. “Es difícil que vuelvan por una cuestión política, no creo que el Gobierno se vaya a arriesgar. No se sabe si esto tiene retorno o no”, observó.

Según señaló, Javier Preciado Patiño, de RIA Consultores y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios, la idea del Gobierno es promover la liquidación de la soja en el primer semestre para asegurar el flujo de dólares. “No puede haber dudas de eso. Es una suerte de gran Dólar Soja pero bajando temporalmente retenciones (ya lo había hecho Guzmán en su momento) en siete puntos porcentuales (Guzmán lo hizo en 3) que serían unos 30 dólares más por tonelada”, planteó.

No obstante, sostuvo que “si bien hay que esperar a conocer la letra del decreto”, se presentan tres problemas: “Que por sobreoferta le baje el precio al productor en plena cosecha, que la industria aceitera se quede sin disponibilidad de materia prima y opere a media máquina en el segundo semestre dejando al productor sin un comprador y los extrusores, las pymes del interior que muelen y venden aceite en bruto y expeller, que van a tener que pagar lo mismo que la exportación”.

Agregó que la Argentina es un exportador marginal de poroto (4/6 MMT), en tanto que el grueso de la soja la compra la industria aceitera, que compra a lo largo de todo el año. “El acotamiento de la baja al primer semestre, más la reducción del diferencial con los subproductos a 1,5% puede llegar a hacer que haya una oferta de poroto que la industria no pueda absorber y que termine siendo exportada como poroto”, observó. También dijo que esto ya pasó con el primer dólar soja de Sergio Massa en setiembre del 2022. “Hubo una exportación impresionante de poroto, absolutamente fuera de temporada (lo que se exporta mayormente se hace en cosecha)”, sostuvo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/reduccion-de-retenciones-los-pros-y-contras-de-la-medida-de-caputo-y-la-expectativa-por-el-largo-nid24012025/

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