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Recorremos una casa que se eleva para aprovechar sus alucinantes vistas patagónicas desde cada ambiente

Wanda Dubinicz, creadora de Design Lovers, y su marido, encontraron en el barrio Las Pendientes un lugar donde hacer base. Tien...

Wanda Dubinicz, creadora de Design Lovers, y su marido, encontraron en el barrio Las Pendientes un lugar donde hacer base. Tiene hastas pistas propias y medios de elevación para acceder al cerro Chapelco. Un año después de comprar el terreno, en 2008 empezaron la construcción, con el proyecto a cargo del arquitecto Waldo van der Heyden.

La casa está en un terreno en pendiente y su altura le da una vista increíble a San Martín de los Andes y el volcán Lanín. Entonces, la idea fundamental fue aprovecharla en todos los ambientes

Wanda Dubinicz, dueña de casa y creadora de Design Lovers

A la par del desarrollo, la dueña de casa decidió dejar su carrera de Comercio Internacional, para estudiar Diseño de Interiores. “Me enamoré del proceso y decidí volcarme a eso: fui mi primera clienta”, nos cuenta con humor. La obra duró unos tres años, durante los que debieron sortear vedas de construcción durante la temporada de nieve y la distancia desde Buenos Aires.

Calor interno

En una primera etapa, terminaron los interiores, y luego llegó el momento del exterior, que les aseguró muchísimo confort para pasar tiempo afuera: “Construimos la casa de a poco, a medida que crecía la familia y siempre abierta a nuestros amigos”. Casi quince años después, allí pueden quedarse a dormir una docena de personas, y encontrarse en espacios sociales que se viven con el mismo entusiasmo las cuatro estaciones.

“El corazón de la casa es el hogar. Nos encanta la comodidad de este living, sentarnos en los sillones y en el piso, entre el fuego y la vista”.

“No éramos fanáticos del Sur en verano, pero desde que tenemos nuestro lugar, venimos todo el año. La luz, el paisaje e incluso la casa cambian: nunca te dejás de sorprender”.

Pasión por la montaña

Al margen del paisajismo de Karina Querejeta, al afuera se le puso mucha imaginación. Por ejemplo, la pileta-jacuzzi, con jets y revestimiento de piedra Bali pulida (Design Lovers), se calienta con caldera y la cubren con una manta térmica para conservar la temperatura. El deck de roble pellín tiene escalones para sentarse alrededor del fogón, con tapa para convertirlo en mesa cuando está apagado.

“El garage es clave en esta casa. Lo llamamos así, pero es mucho más que eso”, cuenta Wanda. Está en el subsuelo, tiene acceso independiente desde la calle y conexión con el interior.

“Este espacio está especialmente pensado para entrar y salir cuando hacemos deporte en la montaña o el lago. Ahí tenemos las tablas colgadas y hay asientos para sacarse las botas mojadas”.

“Para que este ambiente tuviera un estilo rústico e informal alineado con su función, pedimos sobrantes de maderas en la carpintería para que las paredes tuvieran colores, vetas y anchos variables”.

Mirador

“Hay días de nubes bajas en los que parece que estás en el cielo; el otoño también es sumamente especial. La naturaleza se expresa. Y se siente”.

El techo de la cocina repite la fórmula elegida para el comedor: dejaron el encofrado a la vista, terminado con una laca mezclada con astillas de madera.

Acogedora y práctica

“Le dimos prioridad a la función: todo pensado para el uso intensivo y el bajo mantenimiento, como para vivir relajados. No es una casa llena de tendencias: es una casa de montaña”.

“En la planta alta hicimos dos suites en espejo. En total, en esta casa pueden dormir, cómodas, trece personas. Es ideal para recibir amigos y familia”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/recorremos-una-casa-que-se-eleva-para-aprovechar-sus-alucinantes-vistas-patagonicas-desde-cada-nid21072024/

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