Quién era Toto, uno de los personajes caninos más queridos de la cultura popular
Las películas s...
Las películas se convierten en una gran vía de escape para las personas que se adentran en la historia y el guion de las mismas. Algunas de ellas suelen trascender en el tiempo y se convierten en un clásico, como es el caso de El Mago de Oz, una producción estadounidense que se rodó en el año 1939 y fue protagonizada por Judy Garland, Frank Morgan, Ray Bolger, Jack Haley, Bert Lahr, Billie Burke y Margaret Hamilton.
Además de los actores mencionados, en las películas también sobresalen los protagónicos de los animales, que son una fiel compañía para cada uno de los presentes en el film. Dentro de esta legendaria película, el papel de Toto, la mascota que acompañó a Dorothy, fue trascendental a tal punto de robarse todas las miradas.
En la trama de El Mago de Oz, Dorothy, una niña nacida en Kansas, atraviesa una situación por demás traumática al perder su casa por un fuerte tornado. A raíz de este evento, ella, junto a Toto, viajan al mundo de Oz donde vivirán una gran cantidad de aventuras y conocerán a muchos personajes que interactúan con ellos en todo el film.
Con una fuerte historia de vida, Dorothy vivía junto a su tío Henry y su tía Em en una pequeña residencia en Kansas donde su única amiga era Toto, con quien jugaba todos los días y entabló una sólida relación.
Muy querida por los actores de la película y, a su vez, por el público que vio más de una vez esta película, Toto se convirtió en una estrella de la industria cinematográfica. Nacida en el año 1933, Terry -su verdadero nombre- era considerada una perrita muy tímida, aunque con el tiempo le agarró el gustito a estar enfrente de las cámaras.
Su dueña, llamada Carl Spitz, recibió una propuesta para adquirir los servicios de su mascota, quien debió afrontar un periodo de adaptación para que el papel de Toto saliera a la perfección. En dicho proceso, el can debió estar dos semanas en la casa de la actriz Judy Garland (Dorothy) para que pueda acostumbrarse a sus movimientos y así familiarizarse con quien sería su dueña en la película.
En el detrás de escena, desafortunadamente, Toto sufrió una fuerte fractura en una de sus patas, lo que provocó algunos desajustes en el rodaje y, por ende, se debió readaptar el guion para que el animal pueda explotar todo su potencial y así convertirse en la estrella del film.
A su vez, uno de los detalles de esta perrita de raza Terrier, que llamó poderosamente la atención, fue su salario. Al contratarla, Carl Spitz pidió un oneroso contrato, el cual fue cumplido a rajatabla por la producción y constaba de un cachet semanal de 125 dólares. La particularidad es que ese monto superaba al de algunos miembros del staff actoral, una situación que generó cierto repudio con el tiempo.
Terry, más conocida como Toto, logró una gran popularidad en la película y participó en otros films como Bad Little Angel, Calling Philo Vance, La vida es así, entre otros films. A sus 12 años de edad, aquejada por un severo problema de salud, la mascota falleció, pero dejó un grato recuerdo para los cinéfilos.