Premios Oscar 2024: ¿quién se llevará la estatuilla al mejor actor de reparto? Una victoria segura para Robert Downey Jr.
Nominados al Oscar al mejor actor de reparto: Robert Downey, Jr. (Oppenheimer); Robert De Niro (Los asesinos de la luna), Ryan Gosling (Barbie), Sterling K. Brown (Ficción americana) y Mark Ruffalo (...
Nominados al Oscar al mejor actor de reparto: Robert Downey, Jr. (Oppenheimer); Robert De Niro (Los asesinos de la luna), Ryan Gosling (Barbie), Sterling K. Brown (Ficción americana) y Mark Ruffalo (Pobres criaturas).Va a ganar el premio: Robert Downey, Jr.
Resulta difícil no visualizar a Robert Downey Jr., el próximo domingo 10 de marzo, llevándose la (¿o su?) estatuilla dentro de la categoría mejor actor de reparto. Quien fuera Iron Man durante poco más de una década (“una de las más grandes decisiones de casting en la historia del cine”, según Christopher Nolan), y que se consideraba a sí mismo encerrado en esa armadura de acero de muchos millones y escaso prestigio, encontró en el rol de Lewis Strauss la combinación perfecta.
Por un lado, le permitió jugar al biopic desde un lugar alejado de la mímica, armando su propia versión de Strauss y no limitándose a esconderse detrás de prótesis y gestos y, por otra parte, le permitió ponerse a las órdenes de un director como Nolan, una especie en extinción en Hollywood, capaz de combinar una mirada autoral y una vocación taquillera. No es poca cosa. Sin embargo, Downey Jr. encuentra en su terna varios rivales que bien podrían arrebatarle el sueño de colocar un Oscar en su vitrina. Teniendo en cuenta que los premios más importantes de la temporada (Bafta, Globo de Oro y SAG) ya lo reconocieron, sería el plot twist del año verlo irse con las manos vacías.
En la vereda opuesta, los otros nombres postulados son pesos pesados, figuras ciertamente capaces de protagonizar un improbable cambio de pronóstico. Por su composición de Cliff, un cirujano plástico atormentado por su sexualidad, Sterling K. Brown despliega un tono muy acorde al cinismo que impera en Ficción estadounidense, y logra un genuino retrato en el marco de una propuesta que, en otras circunstancias, podría haber pisado mucho más fuerte en la ceremonia.
Otro actor dentro de esta categoría que difícilmente gane -no por falta de mérito sino más bien por exceso de credenciales- es Robert De Niro. En Los asesinos de la luna, el veterano actor compone a uno de los grandes villanos de su carrera, un ser inmoral teñido de buenas intenciones que se revela como autor intelectual de una verdadera masacre. Desde luego (y trágicamente) que no todas las películas están a la altura de De Niro, aunque él siempre sí esté a la altura de cualquier proyecto, y en Los asesinos de la luna, ensambla a un villano absoluto de naturaleza horrorosamente fascinante. Junto a su histórico socio Martin Scorsese, el intérprete sale de su zona de confort, deforma su mueca característica y le recuerda al público que solo unos pocos talentos como el suyo son capaces de resignificar la pantalla grande.
Ryan Gosling tiene un andar cinematográfico errático: algunas de sus películas son buenas a pesar de él, otras son buenas películas gracias a él, pero en Barbie se produjo el algoritmo perfecto. En una actuación en la que cuesta no concluir que Ryan se ríe un poco de sí mismo, de esa postura forzadamente relajada, de mascar chicle y mirar de reojo, su Ken es encantadoramente inconsciente en su torpeza y logra divertir a partir de una galantería oxidada. Y ese muñeco de plástico se convierte en el epítome de la masculinidad frágil, hasta reconciliarse con su esencia al ritmo de una colorida melodía. De hecho, “I´m Just Ken” es una canción tan pegadiza que el mismísimo Gosling va a interpretarla durante la noche de los Oscar, soñando quizá con pavimentar su camino hacia la estatuilla.
Otro nombre de mucho peso es el de Mark Ruffalo, otro de los nominados en este grupo debido a su labor en Pobres criaturas. Ruffalo es un animal de cine, alguien que logra personajes apagados pero de afilada puntería (En primera plana), superhéroes capaces de amigarse con sus demonios internos (Los Vengadores), enamorados que enamoran en su perseverancia (¿Puede una canción de amor salvar tu vida?) o como es el caso de este film, excéntricas caricaturas paridas de un clima surrealista. Y aunque la siguiente es una descripción perezosa, no deja de ser justa: Ruffalo puede hacerlo todo, y todo hacerlo bien. Nominado por cuarta vez como Mejor actor de reparto, es notablemente injusto que él aún no tenga un Oscar, y esa es una realidad que los votantes tienen la obligación de enmendar de forma urgente en un futuro idealmente no muy lejano. Por Pobres criaturas, Ruffalo puede ganar el Oscar (¡debería!), pero difícilmente lo logre frente a ese número puesto que parece Robert Downey Jr.
Todos los actores que forman parte de esta categoría cuentan con méritos para ganar en ese rubro, pero una vez más y volviendo al principio, cuesta imaginar triunfante a alguien que no sea Robert Downey Jr. Y es que este intérprete tacha todos los ítems que puede reunir un gran ganador de los Oscar. Los biopics siempre son los mimados de la Academia, y aquellos que buscan llevar luz a momentos oscuros de la historia de Estados Unidos, más todavía. En parte, Oppenheimer tiene que ver con eso, con lavar culpas y profundizar en la mente de un genio que terminó por convertirse en una herramienta ambigua, un héroe o villano según la administración que tocara. Dentro de esa estructura, la composición de Downey como Lewis Strauss lo arrastra hacia senderos desconocidos, y a través de ese personaje/persona, él se consolida como un antagonista perfecto, y un enorme motor que tracciona y hasta ordena una narrativa que por momentos se antoja algo caótica. Porque el talento de Nolan puede ser caótico, y aunque hay belleza en ese desorden, el director necesita de actores sólidos que ensamblen sus universos. Guy Pearce, Christian Bale, Cillian Murphy y ahora Downey Jr., son esas firmas capaces de expandir las historias y mejorar esa materia prima que es el talento cinematográfico de Nolan. Y probablemente por eso, es que este realizador llegó a decir sobre Robert, que era “generoso de espíritu”, y que “cuando él está en escena, se asegura que todos sus compañeros den lo mejor de sí mismos, porque los ayuda a aclarar sus conexiones emocionales”.
Sin embargo, y más importante que todo lo anterior a la hora de pronosticar un ganador es el hecho de que Robert Downey. Jr. es un Ave Fénix de esos que tanto gustan en Hollywood: el del actor talentoso nominado al Oscar (Chaplin) que sucumbió frente a los excesos, hizo penitencia en la televisión y supo regresar triunfante a la pantalla grande alternando proyectos de prestigio (Zodíaco) junto a otros de clara ambición taquillera (de nuevo, su Tony Stark). Downey Jr. invierte en la industria, confía en la industria y desde luego, es tremendamente rentable para la industria. Y ese camino de caída y redención, que culmina con él alzando una estatuilla dorada en el Teatro Dolby, es de esos finales felices que tanto ama y vende Hollywood. Claro que no se trata de un regalo, sino de un reconocimiento a uno de los mayores actores del cine actual.
Dónde verlosOppenheimer está disponible en alquiler en FlowLos asesinos de la luna está disponible en Apple TV+Pobres criaturas está disponible en salasFicción estadounidense está disponible en Amazon Prime VideoBarbie está disponible en Max