La Estación Espacial Internacional (EEI) activó recientemente una notificación de evacuación que puso en alerta máxima a los siete astronautas a bordo. Esta medida de seguridad fue implementada debido a una amenaza inminente, que obligó a la tripulación a refugiarse en zonas designadas dentro de la estación. Actualmente, la EEI, que orbita a una altitud de 400 kilómetros sobre la Tierra, opera bajo estrictos protocolos de seguridad para proteger a sus ocupantes en caso de situaciones de riesgo.

Cabe destacar que la Estación Espacial Internacional, construida desde 1998 y continuamente actualizada, representa el compromiso global con la exploración espacial. La vida a bordo es única: los astronautas duermen en bolsas sujetas para no flotar, consumen alimentos especiales y hacen ejercicio diario para mantener su salud en gravedad cero. Con sistemas avanzados de reciclaje de agua y aire, la estación permite una vida sostenible en el espacio, siendo un emblema de cooperación internacional frente a los constantes desafíos del entorno espacial.

La NASA informó que esta medida de alerta se debe a la detección reciente de varias fugas y grietas en distintos módulos de la Estación Espacial Internacional, especialmente en el módulo ruso Zvezda. En este sector, las pérdidas de aire aumentaron de forma constante, lo que obligó a los astronautas a permanecer en la parte estadounidense de la EEI como medida de precaución.

Es fundamental conocer que la NASA y Roscosmos, como las principales agencias responsables de la EEI, gestionan la coordinación de operaciones y logística para el equipo a bordo. A su vez, otras agencias como la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) contribuyen activamente en proyectos científicos y en misiones específicas. Además, los astronautas llevan a cabo caminatas espaciales para realizar reparaciones y actualizar componentes esenciales, una tarea clave para asegurar que la estación pueda mantenerse operativa hasta, al menos, finales de la década de 2030.

Los peligros presentes en la base de la Estación Espacial Internacional que genera preocupación

La Estación Espacial Internacional enfrenta un peligro constante debido a los micrometeoritos y la basura espacial (MMOD), elementos que representan una amenaza seria para su estructura y el funcionamiento de sus equipos críticos. Aunque se implementaron medidas de protección, la acumulación de desechos espaciales mantiene el riesgo elevado. En consecuencia, las agencias espaciales continúan explorando opciones para mejorar la seguridad y mitigar las fugas actuales. Si bien por ahora los astronautas no corren un peligro inmediato, se siguen evaluando diversas soluciones para preservar la integridad de toda la estación y asegurar la continuidad de las operaciones.

Ante este desafiante panorama, la NASA informó que actualmente rastrea unas 50 áreas de riesgo, especialmente en el módulo de servicio ruso Zvezda, que sufrió una fuga inicial en 2019 y continúa siendo un foco de preocupación. A su vez, la empresa SpaceX, liderada por Elon Musk, fue contratada para desarrollar un vehículo que pueda desorbitar la estación de manera segura, con un proyecto valorado en aproximadamente 843 millones de dólares. Esta iniciativa también incluye un plan de evacuación destinado a garantizar un regreso seguro para los astronautas estadounidenses en caso de emergencia.

En julio pasado, la agencia estadounidense ya había firmado un acuerdo de contingencia con SpaceX para una evacuación de emergencia, con un costo estimado de 266,000 dólares, como medida preventiva ante cualquier eventualidad en la EEI.

“Retirar la ISS demasiado pronto ampliará la brecha entre la NASA y Elon Musk y hará que la NASA parezca una fuerza en declive, pero dejarla demasiado tarde podría conducir a un desastre”, afirmó Nick Pope, un exfuncionario que alguna vez dirigió el proyecto OVNI del gobierno británico, al portal MailOnline. Y agregó: “La actitud de esperar y ver de la agencia espacial podría tener consecuencias devastadoras, ya que dejarlo demasiado tarde podría conducir a un desastre que mataría no solo a los astronautas, sino también a la reputación de la NASA”.