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Pidieron seis años de cárcel para el policía acusado de “plantar” un arma en un caso de gatillo fácil

A Lucas González, un jug...

A Lucas González, un jugador de las divisiones juveniles de Barracas Central, lo asesinaron con alevosía y con odio racial, según afirmaron los jueces que condenaron a prisión perpetua a los tres oficiales de la Policía de la Ciudad que estuvieron detrás de la “cacería”, en noviembre de 2021. Hubo un uniformado que se comportó con “solidaridad criminal” e intentó la impunidad para sus compañeros. Ahora, si prospera el pedido del Ministerio Público Fiscal, podría recibir una pena de seis años de cárcel por haber aportado el arma de utilería que fue “plantada” en el auto donde viajaban la víctima y tres amigos para simular que eran delincuentes.

“Esto es un nuevo capítulo de la solidaridad interna de la corporación, donde prima más el código y el uniforme que la Constitución”, sostuvo el fiscal general Sandro Abraldes al alegar ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) porteño N° 27 y pedir la pena de seis años de cárcel para el oficial Facundo Torres.

La prueba fílmica de un caso de gatillo fácil

El representante del Ministerio Público Fiscal, después de hacer foco en la “solidaridad criminal”, sostuvo que “el papel de Torres fue determinante en la escena del crimen. Si el plantado del arma salía bien, la impunidad estaba garantizada y la condena y privación de la libertad de los chicos era segura”.

El fiscal Abraldes pidió que Torres fuera condenado por “encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave y por su participación en la “falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”.

En junio del año pasado, el TOC porteño N25 condenó a prisión perpetua a los oficiales Juan José Nieva, Gabriel Isassi y Fabián López por el delito de “homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, con alevosía, por odio racial, con el concurso premeditado de dos o más personas y abusando de su función siendo integrante de las fuerzas de seguridad”.

González fue baleado el 17 de noviembre de 2021 pasado por personal de la Brigada de Investigaciones de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad. El joven y tres amigos, después salir de entrenar en el club Barracas Central, volvían a su casas, en Florencio Varela.

Viajaban en un automóvil VW Suran cuando comenzaron a ser seguidos por un móvil no identificable ocupado por los oficiales Nieva, López y Gabriel Isassi.

Los policías se bajaron y les apuntaron, ante lo cual las víctimas intentaron esquivar la situación al creer que se trataba de un asalto. Los tres integrantes de la brigada dispararon contra el auto: uno de los proyectiles impactó en la cabeza de Lucas, que debido a las heridas falleció en el hospital El Cruce de Florencio Varela al día siguiente.

“Tras los disparos, se montó en la zona un operativo que duró hasta entrada la noche y que culminó con la detención de los otros jóvenes que acompañaban a González. En ese marco, y a pesar de que durante la primera modulación que se hizo a las autoridades judiciales se sostuvo que no se observaba un arma dentro del auto de las víctimas, luego se halló allí una pistola de utilería”, según informó el sitio de noticas de la Procuración General de la Nación, www.fiscales.gob.ar.

Ante los jueces Juan Ramos Padilla, Guillermo Friele y Sergio Paduczak, el fiscal Abraldes sostuvo: “Estos chicos fueron el blanco por ser jóvenes, los trataron de negros de mierda, los discriminaron por su piel marrón. La sociedad argentina tiene un componente racista y las fuerzas de seguridad tienen una marcada tendencia al respecto. Estos chicos lo único que querían era jugar a la pelota, estaban contentos porque habían quedado en Barracas. Solo querían y soñaban patear un penal como lo hizo Gonzalo Montiel en el Mundial 2022. Lucas no vio ese penal y sus amigos quizás sí lo hicieron, pero atravesados por lo que pasó”.

Según www.fiscales.gob.ar, para el fiscal Abraldes “debe considerarse como agravante de la pena el hecho de que Torres actuó amparado bajo su condición de oficial y que utilizó el vehículo que el Estado le proveyó para llevar adelante el delito” e hizo mención del daño causado en su intento de encubrir a quienes mataron a González y las consecuencias físicas y mentales que generó eso en los otros tres adolescentes y en las familias de todos.

“Se esperaba de él una conducta opuesta, obrar de ese modo es una traición a la sociedad que debía proteger. Torres tenía todo para cumplir con la ley y a pesar de eso no lo hizo Este es un caso que involucra un sesgo discriminatorio muy fuerte, donde tanto él como sus consortes de causa actuaron guiados por odio racial, ya que consideraban a Lucas y a sus amigos como inferiores, como ‘negros de mierda’ que merecían ese trato”, afirmó Abraldes.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/seguridad/pidieron-seis-anos-de-carcel-para-el-policia-acusado-de-plantar-un-arma-en-un-caso-de-gatillo-facil-nid24102024/

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