Palestina les pregunta a la FIFA y el COI: ¿un muerto en Ucrania vale más que un muerto en Gaza?
La Federación de Fútbol de Palestina da nombres. Más de cien jugadores y entrenadores asesinados. Desde el goleador de leyenda Khan Younis al DT del equipo olímpico Mohammed Barakat. Hay cerca ...
La Federación de Fútbol de Palestina da nombres. Más de cien jugadores y entrenadores asesinados. Desde el goleador de leyenda Khan Younis al DT del equipo olímpico Mohammed Barakat. Hay cerca de 35.000 víctimas que lleva acumuladas el ejército israelí, represalia tras el brutal ataque de Hamas del 7 de octubre pasado (más los rehenes que aún siguen en cautiverio). La Corte Internacional de Justicia de La Haya le pidió a Israel que evitara actos de genocidio. Palestina denuncia además la destrucción de los estadios donde jugaban las cuatro categorías del fútbol en Gaza, como el histórico Al-Yarmouk, hecho escombros. Clubes también destruidos. Otros, con sede en asentamientos ilegales. Pero la FIFA, más conservadora que Naciones Unidas, difícilmente evalúe sancionar a Israel en el congreso que abrirá este viernes en Bangkok. ¿Mantendrá su supuesto “apoliticismo”? Lleva una vida así. Este martes celebró sus 120 años de vida.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ya rechazó excluir a Israel de los Juegos que inaugurará el 26 de julio en París. Palestina alegó ante el COI la destrucción de cerca de cuarenta escenarios deportivos y las muertes de 256 atletas. Futbolistas, pero también basquetbolistas, voleibolistas, judocas, culturistas, tenistas de mesa, paralímpicos, y dirigentes, árbitros, entrenadores, fisiólogos, y hasta periodistas deportivos. Thomas Bach, presidente del COI, sí garantizó que en París habrá entre seis y ocho atletas palestinos. No podrá estar la karateca Nagham Abu-Samara, que procuraba su clasificación, muerta tras uno de los tantos ataques del ejército israelí. Para la Alemania de Bach, Israel es obviamente sensibilidad extrema. El gobierno prohibió conferencias propalestinas. La policía cortó luz, confiscó micrófonos, detuvo a participantes (algunos de ellos, activistas judíos) y vetó a otros. El ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis ni siquiera pudo hablar por Zoom.
Pero ahora hay un reclamo central que denuncia “doble vara”: ¿por qué la FIFA y el COI sí fueron en cambio implacables para suspender a Rusia por su invasión a Ucrania? ¿Vale más un muerto ucraniano que un muerto en Gaza? ¿No violó Israel la Carta Olímpica que establece que “la práctica del deporte es un derecho humano”?. Se lo preguntan hasta atletas de Irlanda, el país que invitó a jugar en Dublín a la selección femenina de fútbol de Palestina. La selección masculina, a su vez, está cerca de lograr un boleto histórico para la rueda final asiática clasificatoria para el Mundial 2026. Esos futbolistas, mujeres y hombres, representan a un pueblo palestino que sigue vivo, pese a décadas de violencia (también interna), encierro y bombardeos. Silencios y omisiones. Y mucha censura.
En Estados Unidos, cientos de estudiantes de las principales universidades que reclamaron por Palestina fueron brutalmente golpeados por grupos paradójicamente ultraderechistas, esvásticas incluidas, como sucedió en Los Ángeles. Los estudiantes sufrieron además represión policial. Los detuvieron por acampar y por exigir que sus universidades informaran “cuántas de las bombas que caen sobre Gaza son financiadas con el dinero” de sus matrículas. Un aviso del estallido había sucedido el 18 de noviembre pasado en New Haven, cuando unos trescientos estudiantes irrumpieron con cantos y banderas palestinas en un partido de fútbol entre las universidades de Yale y Harvard. Hay un lobby que dificulta el análisis. Criticar la masacre de un pueblo, como sucede también en calles y universidades europeas, equivale a antisemitismo. A ser “cómplice” de Hamas. “Entiendo el miedo a hablar porque hay mucho lobby”, dijo este fin de semana Gary Lineker. “Pero lloro cuando veo esas imágenes de niños muertos. Y no puedo quedarme callado”.
Israel, dice la prensa en Tel Aviv, inició una campaña para evitar que el reclamo palestino pasara siquiera a votación del congreso de la FIFA. Un ministro israelí amenazó con arrestar al líder del reclamo, Jibril Rajoub, presidente de la Federación y también del Comité Olímpico de Palestina, político nacionalista, ex condenado a cadena perpetua. En pleno ataque a Gaza, la Conmebol acordó con Israel una posible participación en futuras Copa América. La Unión Europea recibió esta semana una queja contra Gianni Infantino, porque desatendió un comité creado en 2015 por Sepp Blatter que obligaba a Israel a cumplir con los reglamentos de la FIFA. En el último Mundial, Infantino dijo que se sentía qatarí, árabe, africano, gay, discapacitado y migrante. “Pero no puede sentirse palestino”, ironizó la abogada serbia Katarina Pijletovic.
“¿Y si estuvieras en Gaza? ¿Y si ésos fueran tus hijos?”, canta el rapero irlandés estadounidense Macklemore. Canta por los miles de niños asesinados. Especialmente Hind Rajab, de seis años, sobreviviente única de un ataque a su familia, pero fallecida cuatro horas después, desangrándose, porque los médicos de la Cruz Roja jamás llegaron. Fueron asesinados cuando el proyectil de un tanque israelí destrozó la ambulancia. “El problema no es la protesta, sino aquéllo por lo que están protestando”, dice la letra de Hind’s Hall. “Ya es demasiado tarde”, sigue Macklemore. “Hemos visto la verdad / damos testimonio. / Hemos visto los escombros, / los edificios, / las madres y los niños”.