Ojos bien cerrados es un film emblema de finales de los noventa. La película póstuma de Stanley Kubrick es un broche de oro a la altura de una filmografía mítica, llevada a cabo por uno de los mayores realizadores del siglo XX. Y entre los muchísimos atractivos de ese proyecto, se encontraba el protagónico compartido por Tom Cruise y Nicole Kidman. De ese modo, una de las parejas más glamorosas del Hollywood de aquella época, componía en pantalla a un matrimonio atravesado por la particular mirada de Kubrick. Y en una reciente entrevista, la actriz compartió varios recuerdos vinculados a ese enorme film.

En diálogo con Los Angeles Times, Kidman sugirió que Kubrick estaba explorando la dinámica íntima en el vínculo de ambas estrellas, y cómo eso podía trasladarse a la pantalla. Más adelante, la actriz agregó: “Había ideas en las que Kubrick estaba interesado. Él hacía un montón de preguntas. Pero tenía una idea muy clara con respecto a qué historia estaba contando. Recuerdo que decía: ‘Los triángulos son difíciles. Tenés que ir con cuidado cuando es un triángulo’. Lo decía porque cualquiera puede sentirse menospreciado. Pero él estaba muy al tanto de eso, y sabía cómo manejarnos”.

Sobre ese mismo tema, Kidman especificó que jamás se sintió menospreciada, porque ella y Cruise tenían formas diferentes de colaborar con el realizador. “Había algo especial en ser la mujer adentro de esa ecuación, porque a Stanley le gustaban las mujeres. Él tenía una relación distinta con Tom. Ellos trabajaban mucho más de cerca en su personaje”.

Con respecto a los ensayos, la intérprete detalló el meticuloso proceso de Kubrick y reveló: “Había una escena en la que estábamos con Tom, que comenzaba conmigo fumándome un porro en la cama, y yo reía y comenzaba un extenso monólogo. Eso tomó varias semanas. Mucho de eso salió de un ensayo en una habitación, en el que a él no le gustaba lo que hacíamos. Entonces reelaboramos todo, a partir de lo que sí funcionaba. No había apuros de ningún tipo. Stanley jamás se iba del presupuesto. Lo que él compraba era tiempo”. Y en la misma línea, ella luego añadió: “Cuando Tom y yo comenzamos con Stanley, fue en su casa, y ni siquiera íbamos al set de rodaje. Habían pasado unas seis, ocho semanas, y empezábamos a preguntarnos si alguna vez íbamos a empezar a filmar. Pero nos estábamos poniendo cómodos el uno con el otro, lo suficiente como para tirar ideas. Para esa escena, improvisamos el inicio a partir de esos ensayos”.

Estrenada a mediados de 1999, Ojos bien cerrados fue uno de los lanzamientos más importantes de ese año, y no solo el último film del realizador, sino la última vez que Kidman y Cruise compartieron pantalla. Poco tiempo después, ambos se divorciaron.

Dueña de una extensa carrera, Kidman trabajó en una innumerable cantidad de largometrajes. Desde comedias a dramas, pasando por musicales o cine de aventuras, la intérprete fue dirigida por varios de los realizadores más importante de la industria, desde el mencionado Stanley Kubrick hasta Lars Von Trier. Y en ese derrotero de grandes éxitos, hay un film que ella recuerda con especial cariño, pero porque le hubiera gustado conservar el vestuario que allí utilizó.

Durante una nota, y al momento de hacer referencia al vestido que desearía tener en su poder, Kidman expresó: “Me encantaría tener el de las plumas rosadas que utilicé en Moulin Rouge porque era muy hermoso”. Aunque en tren de confesiones, poco después sumó un artículo más a la lista de objetos que hubiera deseado conservar, y de ese modo agregó que también le gustaría tener los anteojos que utilizó su personaje en el film Ojos bien cerrados.