Misterio en Retiro: quedó bajo sospecha una amiga de la modelo brasileña que murió al caer desde un sexto piso
Emmily Rodrigues Santos Gomes fall...
Emmily Rodrigues Santos Gomes falleció la mañana del 30 de marzo del año pasado al caer al vacío desde un sexto piso de un edificio de Retiro. En la causa donde se investigan las circunstancias que rodearon la muerte de la joven modelo brasileña el empresario Francisco Sáenz Valiente está procesado sin prisión preventiva por los delitos de suministro gratuito de estupefacientes, facilitación de un lugar para su consumo, homicidio culposo y tenencia ilegítima de un arma de uso civil condicional. Ahora el expediente tiene una segunda persona imputada.
Se trata de Juliana Magalhes Mourao, una médica amiga de Rodrigues Santos Gomes. Según informaron a LA NACION fuentes con acceso al expediente, el juez en lo criminal y correccional porteño Luis Schelgel hizo lugar al pedido del fiscal Santiago Vismara y de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), conducida por Mariela Labozzetta, y citó a prestar declaración indagatoria a la amiga de la modelo fallecida.
“Se le atribuye a Magalhes Mourao el hecho ocurrido el 30 de marzo de 2023, entre las 7.00 y 9.18 horas, en el domicilio de la calle Libertad 1542, piso 6, de esta ciudad, consistente en no haber asistido ni procurado la asistencia médica que Emmily requería frente al grado de ausencia de autodeterminación que la damnificada presentaba”, sostuvieron los representantes del Ministerio Público Fiscal en un dictamen al que tuvo acceso LA NACION.
El mes pasado, tras un pedido de los abogados defensores de Sáenz Valiente, Rafael Cúneo Libarona y Facundo Orazi, el juez Schelgel había decidido que el empresario no sea más monitoreado con una tobillera electrónica. Pero dejó firme las prohibiciones de salir y de acercamiento a los familiares de la damnificada y testigos que han prestado declaración en el expediente.
Ahora, en la introducción de su último dictamen, los fiscales Vismara y Labozzetta sostuvieron: “Habida cuenta la abundante prueba producida desde la última intimación de los hechos formulada a Sáenz Valiente, el avance de la investigación y lo resuelto por la Cámara del fuero al momento de decretar el procesamiento del aquí imputado1, entendemos que resulta necesario ampliar su declaración indagatoria. Ello, a fin de adecuar la imputación de los hechos con las circunstancias conocidas con posterioridad, que han permitido alcanzar una reconstrucción histórica de lo sucedido más fidedigna que aquella con la que se contaba originariamente”.
Y explicaron: “Se acreditó que Sáenz Valiente suministró drogas prohibidas por la ley y que facilitó su domicilio particular para el encuentro. Así también, que el consumo se prolongó por varias horas y que, pese al estado de excitación psicomotriz que padecía la víctima, omitió impedir que esta siguiera consumiendo estupefacientes y requerir, a tiempo, la asistencia médica que la situación ameritaba. Estos actos crearon una situación de peligro concreto en la salud de la víctima que se concretaron en el resultado reprochado. Si bien en un primer momento se puede sostener que la víctima consumió en forma libre y autónoma los estupefacientes, la duración del evento y la situación en la que se encontraba, tal como surge de la prueba testimonial incorporada, amerita evaluar que el imputado podía reconocer que Rodrigues no estaba en condiciones de continuar tomando las sustancias que él le había proveído y que requería de una asistencia médica”.
Sobre la amiga de la modelo, afirmaron: “Magalhaes Mourao fue quien llevó a Rodrigues a la reunión y permaneció allí durante todo su transcurso, y no obstante su condición de profesional de la salud -médica-, no actuó como tal para prevenir el desenlace fatal en definitiva sucedido. No asistió a Emily cuando se descompensó psíquicamente producto del consumo de estupefacientes y tampoco intervino cuando Sáenz Valiente le pidió ayuda, mientras forcejeaba con Rodrigues cerca de la ventana antes de su caída. Su conducta negligente elevó el riesgo en la salud de la víctima, riesgo que, como dijera, se concretó en el fatal desenlace de aquella. Así pues, compartiendo con Sáenz Valiente la posición de garante respecto de la víctima, le es comunicable entonces, la responsabilidad culpable por su fallecimiento”.
Fuentes con acceso al expediente explicaron que por el momento no se fijó la fecha para la ampliación de la declaración indagatoria del empresario y de la indagatoria de Magalhaes Mourao.
“Desde que estoy en el expediente presenté muchos requerimientos donde solicité la ampliación de la indagatoria de Sáenz Valiente y la imputación de Magalhaes Mourao. La médica brasileña era la única defensa que tenía el empresario”, sostuvo a LA NACION la abogada Raquel Hermida Leyenda, que representa al padre de la modelo fallecida.
Rodrigues Santos Gomes tenía 26 años y murió a las 9.18 del 30 de marzo del año pasado cuando, según el expediente judicial, en un estado de aparente desesperación eufórica, terror y llantos, que podría haber estado causado por el consumo de los estupefacientes y el alcohol, cayó al vacío por una ventana del departamento de Sáenz Valiente que da a un pulmón del edificio.
La joven brasileña llegó al departamento del empresario a las 3.21 del 30 de marzo pasado en su camioneta 4x4. Estaba acompañada por Magalhaes Mourao y Dafne Gutiérrez Santana. Sáenz Valiente estaba con su amiga Lía Figueroa Alves. Los cinco tomaron bebidas alcohólicas, escucharon música y consumieron drogas.
“Mili parecía como poseída, que tenía una mirada rara y en un momento algo le pasó”, sostuvo el empresario en parte de su declaración indagatoria. Y agregó: “Decía cosas sin sentido en portugués, después comenzó a gritar cosas religiosas, gritos muy fuertes, insultaba, incluso gritó ´policía´. En ese momento nada tenía sentido”.
La autopsia determinó que la modelo brasileña murió como consecuencia de “politraumatismos” y “hemorragias internas y externas” y en las consideraciones médico-legales se dejó asentado que una caída desde un sexto piso como en este caso –de menos de 50 metros–, en medicina legal se conoce como “defenestración”.