Milei en el cielo con unicornios: los días de delirio místico y recaudación libertaria
El tuitero tomó una decisión difícil en la barra. Pidió un whisky y le ofrecieron un Johnnie Walker etiqueta roja. Prefirió ir por un Old Fashioned, un cocktail clásico para matizar un poco l...
El tuitero tomó una decisión difícil en la barra. Pidió un whisky y le ofrecieron un Johnnie Walker etiqueta roja. Prefirió ir por un Old Fashioned, un cocktail clásico para matizar un poco los sabores sin perder sofisticación. Nada podía empañar la noche en el Yacht Club de Puerto Madero. Funcionarios del Gobierno e influencers libertarios se codeaban con decenas de hombres de negocios, de los más ricos de la Argentina. Un empresario comentó al día siguiente: “No recuerdo una cena de recaudación donde se haya puesto tanta plata”.
La gala de la Fundación Faro del pasado miércoles no fue solo la presentación en sociedad del primer think thank libertario ni el anuncio de la “cuarta fase de la batalla cultural”. Fue la escenificación del apoyo del empresariado al gobierno de Javier Milei, un compromiso sellado con jugosas donaciones en dólares, desembolsadas a la luz del sol. Si bien los organizadores aseguraron que el cubierto no tenía tarifa, varios comensales comentaron que aportaron un piso de U$20.000. Hubo 400 invitados.
El evento fue cerrado y la lista de asistentes permaneció en secreto. Pero en el salón fueron vistos empresarios de peso como José Luis Manzano, Marcelo Mindlin, Claudio Belocopitt, Eduardo Elzstain, Gustavo Weiss, Mario Montoto y Eduardo Bastitta (involucrado con los libertarios desde la fiscalización de la campaña). El rubro de las startups y los venture capital dieron el presente a través de Martín Migoya junto a sus socios de Globant. De acuerdo a distintos testigos, hubo exponentes de grupos inversores como Karina Román (Puerto Asís Investments) y de conglomerados agropecuarios como Enrique Duhau y Luis Colmegna (Lartirigoyen). Y una buena presencia de los laboratorios y otros rubros de la salud, a través de Daniel Sielecki (Elea), Eduardo Macchiavello (Cilfa) o Luciano Boccardo (Roemmers), entre muchos otros.
"Caminante tu que observas, ve hacia la playa de las arenas argentadas, allí aguarda la paz"
FARO DE FAROS!
Benjamín S. Parravicini - 1972 pic.twitter.com/mPozGVkUwf
Los tragos y el champagne permitieron amenizar la velada hasta que llegó la bondiola braseada, cerca de las 23. Para ese momento, el director ejecutivo de la Fundación Faro, Agustín Laje, y Milei habían dado discursos largos. El Presidente llegó para subirse al atril y se fue sin comer. El centro de las miradas pasó entonces a la mesa de los Caputo: “Toto” -que asistió junto a su equipo de Economía- y Santiago.
El asesor presidencial, que ideó toda la escena hace más de tres meses, hizo la fila como uno más. Hubiera querido ser el invitado a la boda sin vínculo con los novios, pero Milei lo subió: “Gracias, Santiago. Gracias por un montón de cosas”. Su hermano mayor, Francisco -el otro maestro de ceremonias- también quiso pasar bajo los radares. No pudo: en X, Alberto Benegas Lynch -titular del Consejo Académico Internacional de la Fundación Faro- agradeció “la muy eficaz coordinación de Fran Caputo”.
“Lo del miércoles fue impresionante, no faltó nadie. El clima empresario es muy alentador para nosotros”, dijo un libertario de llegada directa a los hermanos Milei. Laje dijo públicamente que la Fundación Faro “no es la estructura orgánica de La Libertad Avanza (LLA)” y que las donaciones para la organización civil sin fines de lucro no serán para la campaña electoral del año próximo. “Está todo bancarizado y va a estar todo en los balances de la fundación”, aseguró en LN+. ¿Los empresarios hicieron donaciones en dólares para colaborar con la batalla cultural contra la agenda woke, las políticas de género y la dialéctica del opresor y el oprimido? ¿O para apoyar al Gobierno? Todo termina, en definitiva, en la misma causa.
Éxtasis oficialistaLos libertarios pasan por días de éxtasis. Los tuiteros e influencers -que ahora se autodenominan “los cruzados de Milei”- están, directamente, místicos. En X, uno de ellos creyó ver a Elon Musk en un dibujo de Benjamín Parravicini, el “nostradamus argentino” que predijo la llegada del “hombre gris”. Con la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos, la consolidación del descenso de la inflación, la confirmación de la condena a Cristina Kirchner y el fracaso de la sesión que buscaba limitar a los decretos de necesidad y urgencia (DNU), los militantes de Milei comienzan a creer, en serio, en las fuerzas del cielo. Lo terrenal, la vida de los ciudadanos con dificultad para llegar a fin de mes, ya no aparece en su narrativa.
Para encender la mística, una cuenta de X llamada “Las Fuerzas del Cielo” convocó a una misteriosa reunión esta tarde en el partido de San Miguel, a donde sólo se puede acceder con lista, con “participación limitada a quienes estén afiliados o dispuestos a afiliarse a LLA”. La invitación incluye la sigla SPQR (Senatus Populusque Romanus) y un escudo templario.
También en el gabinete la algarabía es total. “Toto” Caputo está agrandado. “No te calientes por los acuerdos políticos que esto camina solo”, le dijo días atrás a Guillermo Francos. El jefe de Gabinete comentó risueño en una reunión de los últimos días: “Trato de no ser eufórico, pero soy el único”. El ministro coordinador sumó una máquina caminadora a su despacho y trata de estresarse menos desde su episodio de salud, allá por septiembre.
Milei, por su parte, hizo realidad su mayor fantasía en Mar-a-Lago como orador en la gala republicana con Trump y Musk. El libertario le propuso al presidente electo de los Estados Unidos formar “una alianza de naciones libres con nuevos lazos políticos, comerciales, culturales, diplomáticos y militares”. Después se sacó una foto con Sylvester Stallone y bailó “YMCA” en el ballroom.
El Presidente volverá de Palm Beach envalentonado con su cruzada ideológica. En Buenos Aires tendrá una estadía corta -recibirá a su par francés, Emmanuel Macron- antes de viajar a la cumbre del G20 en Río de Janeiro. La comitiva argentina no hizo ningún movimiento para que Milei pueda mantener una bilateral con el mandatario anfitrión, Luiz Inacio Lula da Silva. Es más, no se descarta que Milei busque un encuentro con su archirrival, Jair Bolsonaro. En la presidencia rotatoria del G20, Brasil promueve un documento final emparentado con la Agenda 2030 para hacer frente a los desafíos globales. Todo se perfila para que, en la principal cumbre de deliberación política y económica del mundo, la Argentina vuelva a ser la luz roja en el tablero.
Gerardo Werthein, en tanto, viajará a Río sin secretario de Relaciones Económicas Internacionales. El nuevo canciller despidió rápido a Marcelo Cima, con quien tenía pésima relación, pero no nombró un reemplazo mientras mantiene a todo el organigrama de “La Casa” bajo evaluación. No será sencillo administrar las externalidades diplomáticas y económicas de los posicionamientos extremos que viene teniendo la Argentina, que esta semana fue el único país que en la ONU votó en contra de una resolución sobre violencia contra mujeres.
Quien sí fue designado fue el embajador en los Estados Unidos, el fundador de OLX, Alec Oxenford. Milei primero le ofreció el puesto a Demian Reidel, pero él prefirió seguir como un alma libre como consejero presidencial. El jefe de Estado acudió entonces a un “unicornio” para ser representado en Washington. El mismo día de su designación, Oxenford visitó a Santiago Caputo en el Salón Martín Fierro de la Casa Rosada, una escala obligada para quienes entran en las fuerzas del cielo.
El Presidente no hizo este martes la reunión de “mesa chica” donde define su estrategia política. Tampoco invitó a Mauricio Macri a cenar milanesas en Olivos, como se esperaba. El Presidente venía pateando la cita con su antecesor desde la semana pasada y finalmente se embriagó en las mieles de los empresarios locales y los republicanos. Ahora los dos tienen viajes y no se sabe cuándo volverán a coincidir.
No hay solo un problema de agenda. Hasta acá, el jefe de Estado quería cuidar el vínculo con el líder de Pro. Ahora las broncas mutuas escalaron y algo se quebró. Pasó desapercibido, pero cuando Milei tuiteó sobre la condena a Cristina, hizo un tiro por elevación y criticó “a los que hoy hablan del respeto a las instituciones”. Media hora después, Macri posteó: “Un país que respeta a las instituciones siempre tiene futuro”.
Subidos como están a la cresta de la ola, los libertarios amagan con prescindir de Pro en 2025. Cuando miran hacia adentro, sin embargo, no queda muy en claro con qué candidatos jugarán. Hay un divorcio cada vez más evidente entre el armado territorial que encarnan Martín y “Lule” Menem -junto con Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires- y el plan de Santiago Caputo de sumar a emprendedores exitosos y outsiders a LLA. “Una cosa son los candidatos que vamos a mostrar al mundo, y otra la liga B, las listas provinciales, los ‘Nene’ Vera de la vida”, dijo un importante colaborador del oficialismo, en alusión al histórico puntero de Moreno que trabaja con los libertarios. La lapicera la tendrá Karina Milei, que pasa de los actos en el barro a los cócteles sin solución de continuidad.
La otra tensión velada que reeditó en el oficialismo es entre dialoguistas e intransigentes. Con Milei en otra galaxia, quedan dos semanas de sesiones ordinarias y el Presupuesto no tiene siquiera dictamen de comisión en Diputados. En el Senado, los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema también están lejos de prosperar. El primero tiene ocho de las nueve firmas que necesita el dictamen; el segundo sumó su quinta firma esta semana. Los negociadores del oficialismo en el Congreso aseguran que “se está trabajando en los acuerdos políticos”. Pero en la Casa Rosada advierten que no quieren convocar a sesiones extraordinarias. Si se impone esa postura, el Presupuesto se caerá y los jueces del máximo tribunal serán designados por decreto. ¿Se reactivarán las tratativas judiciales entre el Gobierno y el kirchnerismo tras la ratificación de la condena a Cristina?
Pese a que ya no queda tiempo, Karina y Santiago Caputo tienen una ambición más: cambiar las reglas de juego para los comicios de 2025. La secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzábal, redactó un proyecto que contiene una reforma electoral y elimina las PASO. El capítulo que más le interesa a la Casa Rosada, no obstante, es el del financiamiento partidario. La iniciativa propone eliminar los topes de recaudación bajo la premisa de que “no importa cuánto se gasta sino cómo se financia” el proselitismo. Después de la cena en el Yatch Club, el límite es el cielo.