Más chicos y mezcla de sustancia. Las nuevas tendencias en el consumo de alcohol entre adolescentes preocupan a los adultos
Federico, un adolescente de 15 años que vive en Caseros, probó alcohol por primera vez a los 12 cuando su tía le ofreció un fernet durante Navidad. A partir de entonces, el alcohol forma parte ...
Federico, un adolescente de 15 años que vive en Caseros, probó alcohol por primera vez a los 12 cuando su tía le ofreció un fernet durante Navidad. A partir de entonces, el alcohol forma parte de su cotidianeidad y junto con sus amigos beben mayormente cerveza, vino y sidra.
Octavio, de 16 años y oriundo de Vicente López, también se inició en el alcohol con un fernet, pero a los 14 y en la casa de un amigo. “A mi edad se suele consumir vodka con jugo o fernet con Coca”, dijo. Y agregó una particularidad: “Entre mis amigos creo que las chicas toman más que los varones”.
Según el último informe de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, el 68% de los 18.000 jovenes de entre 12 y 21 años encuestados consumieron alcohol alguna vez en su vida, con una mayor prevalencia entre las mujeres (71,62%) en comparación con los hombres (67,23%) y personas con otras identidades de género (70,80%).
A pesar de que ese porcentaje viene bajando –en 2019 fue 83,3% y en 2021, 78,5%– el informe expone otras tendencias que preocupan a los especialistas: la mayor prevalencia en mujeres, el “binge drinking” –beber grandes cantidades de alcohol en poco tiempo–, la mezcla de alcohol con otras sustancias y, fundamentalmente, el gran aumento en el inicio del consumo antes de los 12 años.
“El punto de mayor preocupación es que la Argentina hoy ocupa el segundo puesto en consumo de alcohol en términos generales de toda América Latina, pero a la hora de analizar el inicio de la edad de consumo somos el país donde este fenómeno se da en edades cada vez más tempranas”, dijo Walter Martello, defensor adjunto del Pueblo de Buenos Aires y responsable del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos en dicho organismo. “Lo atribuimos a dos cuestiones fundamentales: una vinculada con la situación de pertenecer y la otra a la penetración vía la publicidad de la asociación entre el divertimiento y el consumo. Recordemos que uno de los slogans más popularizados fue “el sabor del encuentro”, explicó.
Con respecto a la edad en que los chicos prueban por primera vez una bebida alcohólica, el informe muestra que apenas el 1,30% de los entrevistados tomó alcohol por primera vez siendo mayor de edad tal como lo establece la ley. En cambio, más del 71% de los entrevistados comenzó a beber alcohol antes de los 15 años, siendo los 14 la edad más frecuente, y el 12,41% lo hizo durante la niñez, es decir, antes de los 12 años –porcentaje que era 6,40% en 2019 y 2,99%, en 2021–.
La informacion publicada por el Ministerio de Salud de la Nación confirma estas tendencias a nivel nacional. En jóvenes, la edad de inicio de consumo es a los 13 años y la tendencia es que cada vez sea a menor edad. Además, en adolescentes de entre 13 y 15 años, el consumo en mujeres aumentó y superó al de los varones.
Valentina, una adolescente de 17 años que vive en Carapachay, probó alcohol a los 15 en el cumpleaños de una amiga. “En mi opinión los varones y mujeres toman a la par. Más que nada se toma vodka, fernet, champán, Aperol, Dr. Lemon”, sostuvo. Con respecto a la mezcla de sustancias, reconoció que es algo que sucede. “Veo que bastantes amigos mezclan alcohol con porro o pastillas, más que nada en fiestas o boliches”, sostuvo.
“En mi grupo de amigos solían aguantar más los hombres, pero hoy considero que varones y mujeres tomamos a la par y que no es cuestión de género sino que depende el aguante de cada uno y la cantidad o mezcla de bebidas que tomen a lo largo de la noche. La gente que fuma y toma casi siempre procura hacer una cosa o la otra. Y si por alguna razón llegan a mezclar alcohol con porro o pastillas, no la pasan para nada bien “, dijo Candela, pilarense de 19 años.
En su caso, la primera vez que tomó alcohol fue a los 14 años en la casa de un compañero. “Cada uno llevaba botellas que encontrábamos en nuestras casas a escondidas. La primera vez que probé alcohol tomé demasiados shots de vodka y una o dos latas de cerveza. Claramente no terminó bien y hoy ninguna de las dos bebidas me gustan. Mayormente tomamos fernet y vino”, contó a LA NACION.
Francisco Dadic, médico especialista en medicina interna y toxicología y presidente de la Fundación Argentina de Toxicología, explicó que, como grandes tendencias en el consumo de alcohol en jóvenes, además de la baja en la edad de inico, hay paridad de género en el consumo. “Históricamente eran más los varones, pero ahora es prácticamente lo mismo. Y lo otro es que consumen grandes cantidades de golpe llevando a cuadros graves de riesgo como hipoglucemia, hipotermia, convulsiones, coma, entre otros”, señaló.
La práctica de consumir grandes cantidades de alcohol concentrado en un período de tiempo que se reserva expresamente para este fin se conoce como “Binge Drinking” (BD) o Consumo Episódico Excesivo de Alcohol” (CEEA). El informe de la Defensoría muestra que el 13,88% de los adolescentes encuestados suele consumir más de cinco copas/cerveza, lo que los especialistas consideraron como un nivel “preocupante”. El índice más elevado vinculado al DB se registra entre la población encuestada que no se percibe como varón ni mujer (29,9%), mientras que el porcentaje es mayor entre varones (16%) respecto a mujeres (14%).
Silvia Cabrerizo, pediatra toxicóloga del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y secretaria del grupo de trabajo de Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), explicó que en los últimos años se observa la preferencia de los jóvenes por consumir bebidas de alta graduación alcohólica. “El vodka y el fernet están entre las más consumidas y son bebidas destiladas, algunas con 40° de alcohol, lo cual tiene el riesgo implícito de que cuando beben lo que ellos asumen como pocas cantidades, uno o dos tragos, en realidad están tomando mucha cantidad de alcohol en poco tiempo. Por eso podemos encontrar signos de intoxicación alcohólica aguda temprana en adolescentes”, dijo.
La preferencia por el fernet está bien marcada entre los encuestados varones (34%) del mencionado informe, mientras que las mujeres registran niveles muy similares en sus preferencias respecto a esa bebida (27,76%) y el vodka (26,66%).
“Dentro de los riesgos de esta práctica , podemos tener rápido deterioro sensorio, terminando en un coma alcoholico o episodios de black out, que son pérdidas transitorias de la memoria, situaciones de mucho riesgo porque por más que para los demás estén conscientes, los chicos no recuerdan qué es lo que sucedió durante un lapso de tiempo. Es frecuente la consulta en guardias al otro día para saber si les pusieron algo en la bebida, sin registrar que los black outs se pueden producir solo por consumir alcohol”, dijo Cobrerizo.
El estudio de la Defensoría también indagó en los lugares donde los adolescentes consumen alcohol. Luego de los boliches, una de las opciones más elegidas fue “en la casa de mis amigos”, seguida de su propio hogar. Y un dato a tener en cuenta es que más del 40% de los adolescentes consultados, en su gran mayoría menores de edad, consumen las bebidas alcohólicas que ellos mismos compran. “En otras palabras, existe un incumplimiento sistemático de la normativa que prohíbe vender alcohol a menores de 18 años”, señalaron en el informe.
Los riesgos del policonsumo“Vemos una tendencia al policonsumo”, dijo Cobrerizo, para quien la mezcla más frecuente y a edades tempranas es la de alcohol con bebidas energizantes, que contienen altas dosis de cafeína y glucosa, “contrarrestando y enmascarando los efectos depresores del alcohol y manteniéndolos más despiertos para seguir consumiendo”.
Según la Defensoría, este tipo de coingesta es reconocida por más del 57% de los jóvenes que beben alcohol.
“Pero también hay mezclas con tabaco, marihuana, vapeo, que está tan de moda ahora. Y otras veces vemos que mezclan pastillas como benzodiacepinas o algún tipo de psicofármaco para potenciar el efecto depresor del alcohol. Obviamente que cuando mezclamos depresores el efecto es aditivo y las complicaciones son más graves”, advirtió Cobrerizo.
Según Dadic, la mezcla de alcohol con otras sustancias es una práctica que se observa hace ya tiempo. “Hace rato que se consume lo que se conoce como jarra loca, que es el consumo de alcohol mezclado con psicofármacos en general como benzodiacepina, neurolépticos, anticonvulsivantes. También se ve la mezcla de alcohol con otras sustancias como cocaína, éxtasis, GHB, lo cual afecta el efecto del alcohol”, indicó.
Esta situación, explicó Dadic, está relacionada con el hecho de que la Argentina es uno de los países con mayor consumo y autoconsumo de psicofármacos en América Latina: “Esto tiene que ver con una cuestión social. Hay mayor aceptación del consumo y esto hace que haya más facilidad al acceso y la mezcla”.
Martello, por su parte, también reconoció que se observa una asociación incipiente, de porcentaje muy bajo, que tiene que ver con los policonsumos.
La citada encuesta muestra que, entre quienes beben alcohol, más del 17% afirma haber fumado marihuana alguna vez en la vida y casi el 10% reconoció que alguna vez consumió otras drogas.
“Fundamentalmente la asociación entre ansiolíticos y antidepresivos como el clonazepam, más conocido por los jóvenes como el “clona”, con bebidas de alta graduación alcohólica, por ejemplo vodka o gin. También empieza a aparecer en algunos datos entre los jóvenes hombres la mezcla de Sildenafil y bebidas alcohólicas”, sostuvo.
Según Martello, urge desandar rápidamente los mensajes dirigidos hacia los jóvenes que promueven el consumo de alcohol y disociar la diversión y la pertenencia con el consumo. “Hasta el año pasado el fútbol llevaba como principal sponsor a una cervecera, la copa tenía directamente el nombre una marca de cerveza y al mejor jugador de la fecha se le otorgaba el premio con dicha marca. Es solo un ejemplo, pero países en desarrollo y otros muy cercanos como Chile han impedido el sponsoreo y la publicidad en todo lo que tenga que ver espectáculos no solamente deportivos sino sociales o musicales”, concluyó.