Luca Vildoza, campeón de la Euroliga de básquetbol: el campeonato menos pensado después de un año de tensión con su propio entrenador
Tanta jerarquía no puede pasar inadvertida. La historia de un deportista se escribe de varias maneras y una de ellas es su cercanía con los títulos, con las grandes finales y los certámenes des...
Tanta jerarquía no puede pasar inadvertida. La historia de un deportista se escribe de varias maneras y una de ellas es su cercanía con los títulos, con las grandes finales y los certámenes destacados. Más importante, claro, es el nivel de protagonismo y la incidencia directa en el curso del destino de un equipo. Esta vez no le tocó ser figura a Luca Vildoza, pero su participación en el triunfo de Panathinaikos sobre Real Madrid en la final de la Euroliga (95-80), le permite ser el sexto argentino en una lista muy pequeña de ganadores del máximo torneo del planeta, después de la NBA.
Su historia reciente, además, demuestra su capacidad para sobreponerse a una serie de adversidades inusuales. Porque más allá de esa alegría inevitable y genuina de la consagración, entre los contratiempos recientes figuran una rotura del menisco de la rodilla izquierda en el mes de enero y un insólito ataque sufrido por su propio entrenador.
Fue de perfil bajo, siempre. Con una exposición mediática escasa, ya que se siente incómodo ante la prensa. Vildoza, sin embargo, tiene una gran personalidad en la cancha. Ni siquiera pareció intimidarlo la tensa relación que tuvo con el entrenador de Panathinaikos, Ergin Ataman. El turco es uno de los DT más buscados en el básquetbol FIBA. Acaba de ganar su tercer título en cuatro años (los dos anteriores, en 2021 y 22 con Efes, de su país).
VykwjsTambién es conocido por su mal carácter, su exigencia inflexible y sus malos tratos en las relaciones del plantel. Cuando las cosas no salen bien, descarga su frustración contra los jugadores. Este mismo año, tras una derrota en la Liga, cargó contra el base marplatense. “Quiero quejarme de jugadores como Vildoza –empezó-. Nadie está en este club de vacaciones. Todos deben jugar todos los partidos por su rendimiento. Que no se quejen luego si no juegan en la Euroliga. No puede terminar con 1 de 7 en aciertos de campo. Claro que lo voy a atacar por eso. Igual, el rendimiento de Dinos Mitoglu fue peor”.
Vildoza se mantuvo en silencio. Apenas dijo: “Soy el primero en hacer autocrítica cuando no juego bien”. No confrontó y siguió con su seriedad habitual cada vez que Ataman lo puso en la cancha. Pero la agresividad del mensaje del turco desató fuego cruzado con Pablo Prigioni, entrenador de la selección argentina, que defendió a su compatriota. “Debería tener más respeto por sus jugadores y ayudarlos a jugar mejor en vez de culparlos en los medios”, fue el descargo del asistente de Chris Finch en Minnesota, que actualmente disputa la final de la Conferencia Oeste de la NBA.
Ataman tiene un frondoso prontuario de peleas con árbitros, jugadores rivales y propios. Hasta con hinchas de su bando y de los adversarios. Ha pagado decenas de miles de euros en multas que le impuso la competencia por inconductas. Por supuesto, también cargó contra Prigioni y pidió sanciones para él. “Es extraño para mí que un chico que es asistente en los Estados Unidos se involucre en la situación de mi equipo. Creo que la NBA es una organización muy seria. No le voy a responder a él. Espero que la NBA sea la que reaccione”, se quejó.
Todo esto pasó hace nada más que un mes y medio. ¿Con qué ánimo podía Vildoza afrontar lo que restaba de la temporada? Seguro que no fue fácil. Incluso el DT no lo tuvo en cuenta este viernes en el partido semifinal contra Fenerbahce, de Turquía (73-57). No lo puso ni un minuto. Vale una anécdota más para describir al turco. Tras el partido, se trenzó en una disputa de insultos con los hinchas de su rival (una historia que ya venía de años anteriores). El coach lo describió así: “Una pelea pequeña, con gente pequeña”.
Luca Vildoza having some problems to get down there😅#F4GLORY pic.twitter.com/PkB4PxsvqU
— Turkish Airlines EuroLeague (@EuroLeague) May 26, 2024Vildoza llegó a este Final Four en Berlín con 5,8 puntos de promedio por partido en la Euroliga y 6,8 por encuentro en la Liga Griega. El despreció que su técnico mostró por él hacía pensar que no jugaría en la final, pero… el destino le abrió una puerta.
Los norteamericanos y ex NBA Jerian Grant y Kendrick Nunn se cargaron de faltas y en el cierre del primer tiempo, Ataman llamó al argentino. Panathinaikos había llegado a estar 14 puntos debajo en el marcador. La primera pelota que tocó Vildoza fue en una transición y acertó un triple a la carrera para ayudar en la remontada.
Fue el único tiro que tomó en todo el partido, pero su traslado seguro del balón y temple para los partidos calientes hizo que jugara también el tercer cuarto completo. Al final estuvo 13 minutos en la cancha.
Su consagración se suma a las de Hugo Sconochini (Bologna, 1998), Manu Ginóbili (Bologna, 2001), Pepe Sánchez (Panathinaikos, 2002), Andrés Nocioni (Real Madrid, 2015) y Facundo Campazzo (Real Madrid, 2015 y 2018).
Es un jugador con habilidades fuera de lo común. Eso no hay que explicarlo demasiado. Basta con verlo. Y aunque siempre está cerca, su imagen no es proyectada entre las grandes figuras. Sin embargo, su carrera acumula una serie de hitos poco frecuentes para un basquetbolista argentino. Con la selección, es campeón continental y uno de los subcampeones mundiales de China 2019. Fue campeón y MVP de la final de la Liga de España en 2020. Se dio el gusto de debutar en la NBA, con Milwaukee Bucks, donde no jugó partidos de temporada regular, pero sí encuentros en playoffs.
El lado amargo de la final que enfrentaba a dos argentinos fue para Facundo Campazzo, el mejor base de Europa. Viene de ser elegido en el quinteto ideal de la Euroliga, y como el mejor jugador de la Liga de España, la más importante de ese continente. Estaba jugando en gran forma y con 12 puntos y 4 asistencias, podía entrar en la lucha por el MVP si su equipo ganaba. Pero salió por faltas en un momento crucial y se fue frustrado y enojado con los árbitros.
View this post on InstagramA post shared by Milica Tasic (@milicatasic12)
La noche fue para Vildoza, que terminó sentado a 3,05 metros y recostado sobre el tablero. En el aro y con una tijera para cumplir el ritual de los campeones de cortar las redes. “Es increíble. No esperaba jugar esta noche. Pero ahora soy campeón y hay que celebrar”, fue el escueto, aunque emocionado mensaje. Luego se sacó mil fotos con el trofeo, junto con su novia, Milica Tasic, una jugadora de voleibol de Serbia, a quien conoció en su paso por Estrella Roja, de Belgrado.
Tiene 28 años y su futuro, en medio de las tormentas que suele desatar un entrenador tan ganador como inestable, es una incógnita. Puede seguir en Grecia, o estudiar las múltiples ofertas que surgirán para seguir en algún equipo grande, de los que juegan Euroliga. Tal vez, si el destino le resulta más benévolo, el próximo paso sea con el protagonismo que quiere y que su talento merece.