Los Pumas, ante un desafío mayúsculo y el impulso de transitar un terreno inexplorado
Los Pumas llegan a la definición del Rugby Championship con una ventaja mucho más valiosa que las matemáticas, que favorecen a Sudáfrica. Los Pumas ya ganaron: entrarán en el Mbombela Stadium ...
Los Pumas llegan a la definición del Rugby Championship con una ventaja mucho más valiosa que las matemáticas, que favorecen a Sudáfrica. Los Pumas ya ganaron: entrarán en el Mbombela Stadium sin nada que perder. La presión está del lado de los bicampeones del mundo.
El electrizante triunfo del fin de semana en Santiago del Estero por 29-28 puso al seleccionado argentino en un terreno inexplorado en toda su historia al regalarse la posibilidad de definir el título en la última fecha. La revancha ante los Springboks, el próximo sábado en Nelspruit a las 12 del mediodía, se convirtió en una definición mano a mano. Pero no alcanza meramente con ganar el partido. Sudáfrica tiene una ventaja de cinco unidades (19 contra 14), por lo que para alzarse con la corona por primera vez los Pumas deben ganar con punto bonus ofensivo (tres tries de diferencia) y evitar el punto bonus defensivo del rival (perder por siete o menos).
Además de ese margen numérico, los locales cuentan con el aliciente de tener a la mayoría de sus principales figuras descansadas, ya que para el partido en la Argentina el entrenador Rassie Erasmus optó por un equipo mixto, con mayoría de suplentes. Más allá de la profundidad y paridad de su plantel y de que confiaba asegurar el título con anticipación, la primera mitad de la jugada no resultó exactamente como esperaba y ahora está obligado a revalidar su condición de favorito ante el fervor de su público. Jugadores como Cheslin Kolbe (mejor wing del mundo), Pieter-Steph du Toit (el mejor jugador de la final del Mundial), Bongi Mbonambi (hooker titular), Frans Malherbe (uno de los mejores pilares derechos en el scrum), Damian de Allende (12 titular) y Willie le Roux (experimentado fullback) estarán en condiciones de actuar, sin el desgaste de haber jugado siete días antes más la carga del largo viaje en vuelo chárter desde Tucumán.
Esto, sin contar con la ventaja de localía que significará presentarse ante los 43.500 espectadores que colmarán el moderno Mbombela Stadium, paradójicamente la casa de los Pumas, tal la denominación del equipo local de la Currie Cup. Será el último partido del año como locales y el público sudafricano, cada día más identificado con los Springboks y más unido en derredor de ellos, sigue adorando a sus jugadores tras el bicampeonato conseguido en Francia 2023. Ahora quiere prolongar los festejos con la conquista del Rugby Championship por primera vez en formato íntegro. La única vez que ganó el certamen hemisférico fue en la versión reducida al 50% de 2019.
El entrenador argentino Felipe Contepomi fue cauto al referirse a este duelo como una final: “Para mí no pasa por ahí. Si el mismo resultado que en Santiago se repite el próximo partido, los campeones son ellos. No me quedo con las tablas, sí con la producción. Si podemos mejorar ofensiva y defensivamente y logramos minimizar errores, habremos cumplido el objetivo.”
La aseveración es relativa, porque una vez puestos frente a esta posibilidad, naturalmente los jugadores van a ir por el campeonato. Pero al mismo tiempo desnuda una verdad que les permite encarar el partido con otro semblante. Al derrotar a los bicampeones del mundo, al haber vencido en el mismo año a las tres superpotencias del sur, al haber ya realizado el mejor Championship en los 13 años de recorrido en el certamen, los Pumas ya ganaron. Lo que no significa que no quieran ir por más, pero sí que tienen la posibilidad de vivir esta semana previa de manera diferente al rival.
Heridos por la derrota, hambrientos de gloria por un título que venía siendo monopolio de los All Blacks, obligados a devolverle con triunfos todo el afecto que le brinda todo un país, los Springboks van a salir enfervorizados a jugar. De todas, ésa será la mayor adversidad a la que se enfrenten los Pumas.
El foco, no obstante, desde los primeros movimientos del lunes hasta el Captain’s run del viernes estará en lo que ellos mismos puedan hacer. La confianza que da haberse colocado en semejante posición por mérito propio es su mayor activo. Si se considera a los suplentes sudafricanos tan buenos como los titulares, si se los venció, ¿por qué no hacer lo mismo cuando tengan el equipo completo?
No poner el foco en la pelea por el título les permite a los argentinos enfocarse en el juego. En defensa, en ataque, en las formaciones fijas, en la utilización del pie, la mejora del ciclo Contepomi ha sido notable. Cuando consiguieron imponer condiciones lo cobraron con tries. Cuando se vieron forzados a defender, resistieron. Al mismo tiempo, todavía quedan aspectos por mejorar. Lo bueno es que son cuestiones que no requieren cirugía mayor. Antes bien, son aspectos relacionados con la concentración. En los últimos dos partidos, los Pumas entraron a la cancha pasados de revoluciones y se excedieron en penales evitables y desacoples defensivos que les dieron puntos muy fáciles a los rivales. Las dos veces se vieron obligados a correr de atrás para conseguir la victoria. Ésa tiene que ser la premisa para esta semana.
Después, nadie ignora el daño que es capaz de infringir Sudáfrica con el scrum, el juego corto y las patadas tácticas. Los dos últimos apartados fueron controladas con eficacia en Santiago. El primero, el scrum, alternó buenas y malas, pero resistió en los momentos cruciales.
Los Pumas llegaron a un lugar sin precedentes. Están en la definición del Rugby Championship, el certamen que los hermana con las máximas potencias del mundo. Estar en esa posición ya es un logro mayúsculo. Sin nada que perder, se vuelven aún más peligrosos.