La rescataron al borde de la muerte y perdió la vista; estaba deprimida pero logró recuperarse cuando le dieron una tarea especial: “Fue algo mágico”
Nunca supieron qué le había pasado. La rescataron en un estado de salud tan grave que creyeron que no saldría adelante. Probablemente la había atacado un perro y las mordidas le ocasionaron her...
Nunca supieron qué le había pasado. La rescataron en un estado de salud tan grave que creyeron que no saldría adelante. Probablemente la había atacado un perro y las mordidas le ocasionaron heridas tanto en su cuerpo como en su cabeza. Todavía tenía dos bebés vivos en su bolsa pero no encontraron rastros del resto. Normalmente, las zarigüeyas pueden tener hasta once crías, pero por alguna extraña razón, la hembra solo había logrado mantener con vida a esos dos.
Luego de varios meses de recuperación, finalmente pudieron respirar tranquilos. Odie lo había logrado. Sin embargo, ya no sería liberable: como consecuencia del ataque, había perdido la vista. Aunque ya gozaba de buena salud y estaba estable, en el refugio Keeper of the Wild Wildlife Rescue and Sanctuary, advirtieron que Odie estaba deprimida. Como ocurre con muchas hembras en la naturaleza, cuando pierden a sus bebés pueden deprimirse. Y, tristemente, eso era lo que le estaba ocurriendo a Odie.
“Fue algo hermoso de ver”Entonces, a Samantha MacDougal, una de las voluntarias del refugio, se le ocurrió una idea brillante para ayudar a Odie mientras transitaba el duelo por la pérdida de sus bebés. Decidió reunir a un pequeño grupo de zarigüeyas bebés huérfanas del refugio y ponerlas al cuidado de Odie. La sorpresa fue increíble: Odie inmediatamente los abrazó como si fueran suyos. “Fue algo realmente hermoso de ver. Odie se comportó como una madre muy cariñosa con esos bebés”.
Odie tenía varios bebés a su cuidado cuando una tarde una nueva zarigüeya huérfana llegó al refugio. Sus rescatistas la habían encontrado sola y no habían logrado ubicar al resto de la familia. Aunque la zarigüeya bebé no tenía ningún problema de salud importante, era de vital importancia que pudiera estar en contacto con otros de su especie y aprender de ellos los comportamientos necesarios para sobrevivir en la naturaleza.
Debido a la pérdida de su hábitat natural, es frecuente que las zarigüeyas aparezcan en áreas urbanas. Son animales nocturnos y solitarios, del tamaño de un gato doméstico. Se alimentan principalmente de insectos y fruta aunque también consumen otros vertebrados. Las hembras preñadas tienen un periodo de gestación muy corto de tan solo 13 días. Después de ese período, los recién nacidos pasan al marsupio y se adhieren a un pezón de la madre para alimentarse. Permanecen en esta condición aproximadamente 100 días más. Las hembras producen generalmente de dos a tres camadas por año con un promedio de seis a nueve juveniles por camada.
Un comportamiento inusualEl día que la bebé zarigüeya llegó al centro de rehabilitación, MacDougal notó algo inusual en la forma en que actuaba Odie. Hacía chasquidos una y otra vez, algo que las zarigüeyas sólo hacen cuando buscan a su pareja o a sus bebés. MacDougal revisó el recinto de Odie para ver qué podría estar buscando. Pero no pudo encontrar nada. Entonces, escuchó un sonido que no esperaba proveniente del otro lado de la habitación.
A lo lejos, la nueva zarigüeya bebé llamaba a Odie, y Odie respondía a su pedido. De alguna manera, ella y el bebé se habían descubierto y ahora pedían estar juntos. Entonces MacDougal decidió intentar poner al bebé con Mamá Odie. Una vez más, la magia sucedió: Odie y el bebé encajaron a la perfección: en cuanto lo tuvo cerca, lo olfateó, lo limpió y lo abrazó junto con sus otros bebés adoptados.
@macdougalzoo2Mama Odie is back at it again 🩷 #surrogacy #opossum #opossumsoftiktok #updates #wildlife #wildliferescue #bestmom #fypシ゚viral
♬ Little Happiness - OneulLo más importante es que Odie puede enseñarle al bebé cómo ser una zarigüeya, algo que sus cuidadores humanos nunca podrían hacer tan bien como ella. Dado que este bebé y el resto de los bebés de Odie serán liberados de nuevo en la naturaleza, es importante que, en la medida de lo posible, sean cuidados por zarigüeyas en lugar de humanos.
MacDougal quedó impresionada por el gran corazón de Odie. Y espera que su historia pueda ayudar a cambiar el concepto que se tiene de las zarigüeyas: no son asquerosas ni agresivas como muchos creen. Suelen abrir su hocico para amenazar pero son animales tranquilos y asustadizos. Todo lo contrario, son seres cariñosos y empáticos que solo buscan vivir su vida en paz.
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