Ni Madrid, ni París, ni Buenos Aires. Así como Toledo y Lyon son las arquidiócesis primadas de España y de Francia, el papa Francisco le asignó a Santiago del Estero el título de sede primada de la Iglesia en la Argentina, una distinción honorífica que desde 1936 ostentaba la arquidiócesis porteña. El Santo Padre sorprendió, así, con una decisión de alto valor simbólico y una “reparación histórica”.

Distintas fuentes de la Iglesia coinciden en que las razones hay que buscarlas en la historia, un rincón al que –sin ser historiador- Francisco suele recurrir con frecuencia para justificar muchas de sus decisiones. Y en Roma, según pudo saber LA NACION, entienden que venía meditando la decisión hace tiempo.

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Para abonar la tesis de que esta mirada de Francisco no es nueva, en el Episcopado revelaron que en diciembre de 2008 –cinco años antes de ser elegido Papa- el cardenal Jorge Bergoglio presidió la consagración episcopal de monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi, designado por Benedicto XVI obispo auxiliar de Santiago del Estero, y en esa celebración dijo que esta diócesis “debería ser la primada por ser la primera diócesis en nuestro suelo”.

A eso se suma la visión de la periferia, un elemento central en el magisterio del Papa. Si bien hoy el centro de la Iglesia está en Roma, que era la capital del Imperio, Jesús nació en Belén, como la Iglesia argentina surgió en Santiago del Estero. “Para la teología de Francisco, el centro es la periferia”, explicó una fuente vaticana.

En el mismo sentido, el padre Alejandro Russo, rector de la Catedral metropolitana, explicó al canal Orbe 21 que la decisión de Francisco contribuirá a consolidar una “visión federal” en la propia Iglesia y dejar atrás el preconcepto de que “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”. El anuncio del cambio de título de “Iglesia primada de la Argentina””, fue anunciado en un comunicado conjunto por el arzobispo de Buenos Aires, monsepor Jorge Ignacio García Cuerva, y el obispo de Santiago del Esterro, monseñor Vicente Bokalic Iglic.

Compartimos el Comunicado conjunto de Mons. Jorge García Cuerva y Mons. Vicente Bokalic a todo el Pueblo de Dios con ocasión del traslado de la Sede Primada a la Diócesis de Santiago del Estero.https://t.co/eIkrfCcLpA pic.twitter.com/qFtizxeObs

— Arzobispado de Buenos Aires (@arzbaires) July 22, 2024

Santiago del Estero es el lugar donde nació Mama Antula, la primera mujer argentina declarada santa y promotora de los ejercicios espirituales ignacianos, valorada especialmente por Francisco, que decidió llevarla a los altares. Además, Santiago del Estero fue sede del IX Congreso Eucarístico Nacional en 1994. cuando Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires.

La primera diócesis

Conocida como “Madre de ciudades”, Santiago del Estero es heredera del primer asentamiento episcopal en el país. El 15 de mayo de 1570 se creó la primera diócesis del país, por decisión del papa Pio V. Hacia allí llegó el religioso dominico Francisco de Vitoria, el primer obispo designado por la Iglesia para atender las dimensiones espirituales de los pobladores de la geografía del actual territorio argentino. Bautizada como Diócesis del Tucumán. no era sencillo instalarse en esas realidades temporales en aquellos tiempos, por lo que recién pudo tomar posesión efectiva del lugar en 1582.

Era la primera misión de un sucesor de Pedro en lo que hoy es el territorio argentino y ese valor rescata el papa Francisco al reivindicar la diócesis de Santiago del Estero como sede primada de la Argentina. “Fue la primera vez que un sucesor de los apóstoles transitó estas tierras para anunciar el Evangelio”, reflexionó, al respecto, una fuente eclesiástica.

Distintas fuentes consultadas por LA NACION desestiman otras interpretaciones de carácter político e, incluso, eclesiásticas, como la de una eventual postergación de la arquidiócesis de Buenos Aires, que el cardenal Jorge Bergoglio condujo durante 15 años e históricamente arraigada como la principal sede episcopal del país, hoy bajo las riendas de monseñor Jorge Ignacio García Cuerva.

La arquidiócesis de Buenos Aires había sido proclamada sede primada por el papa Pio XI en 1936, cuando se destacaba como la única arquidiócesis erigida en el país y dos años después de albergar el Congreso Eucarístico Internacional, un acontecimiento de envergadura que congregó a multitudes de fieles en las calles de la ciudad. Por otra parte, en diciembre de 1935, su arzobispo, Santiago Luis Copello, fue designado cardenal, lo que elevó la jerarquía de la jurisdicción eclesiástica porteña. Eran momentos en que no existía un cuerpo colegiado, como puede ser hoy la Conferencia Episcopal Argentina.

La Diócesis del Tucumán comprendía los territorios de Córdoba, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Tarija y Nueva Orán. En lo que hoy es la diócesis de Santiago del Estero se levantó la primera catedral, puesta bajo la advocación de San Pedro y San Pablo.

Pasaron casi 130 años hasta que la Santa Sede creó en 1699 la diócesis de Córdoba (hoy arquidiócesis), que subsumió el territorio de la primitiva Diócesis del Tucumán. Por razones históricas, la arquidiócesis de Buenos Aires se consolidó como la principal sede de la Iglesia argentina, condición que no se verá afectada por el cambio de la sede primada.

Además del cardenal Copello fueron arzobispos primados sus sucesores Fermín Emilio Lafitte, Antonio Caggiano, Juan Carlos Aramburu, Antonio Quarracino, Jorge Bergoglio Mario Poli y el actual arzobispo Garcia Cuerva.

La figura de la “sede primada” se rige por el canon 438 del Código de Derecho Canónico y le atribuye a esa distinción un valor honorífico.

En algunos países, la sede primada se encuentra en la ciudad capital, como en los casos de Bogotá (Colombia), Quito (Ecuador) y México. En Brasil, por ejemplo, tiene carácter de “primada” la arquidiócesis de San Salvador de Bahía, conferida oficialmente por Juan Pablo II en 1980, aunque en la práctica se la reconocía desde un siglo antes. También tienen esa distinción, en general por razones históricas, las sedes de Salzburgo (en Austria), Quebec (Canadá) y Toledo (España).

Con la colaboración de Elisabetta Piqué