El pulque, una bebida alcohólica tradicional que acompañó a México durante siglos, está experimentando un inesperado renacimiento gracias a la nueva generación de jóvenes mexicanos que buscan revivir esta herencia cultural. Aunque el pulque fue eclipsado por el tequila y el mezcal, su historia es rica y fascinante y actualmente tiene una difusión mayor a nivel nacional e internacional.

A finales del siglo XIX, el pulque era la bebida alcohólica más consumida en México, disfrutada por personas de todas las clases sociales. Sin embargo, su reputación se vio dañada por rumores falsos que sugerían que se fermentaba con heces, además de ser estigmatizado como una bebida para los pobres. La competencia de la creciente industria cervecera llevó a que el pulque casi desapareciera, convirtiéndolo en un producto en peligro de extinción, según Business Insider.

A pesar de estos obstáculos, en los últimos años surgió un interés renovado por el pulque. Esta bebida se elabora a partir de la fermentación natural del aguamiel, un jugo extraído del corazón de la planta de agave. A diferencia del tequila y el mezcal, que pasan por procesos de destilación complejos y pueden alcanzar hasta un 55% de alcohol, el pulque tiene un contenido alcohólico mucho más bajo, alrededor del 4%, y un sabor ligeramente agrio que lo hace único.

Pablo Morales Rodríguez, un productor de pulque de la localidad de Allende, dedicó los últimos ocho años a preservar y promover esta bebida. Desde niño, Pablo estuvo rodeado de magueyes, y contó que su primer contacto con el pulque fue a la temprana edad de dos años. Tan es así que recordó con nostalgia que, en vez de leche, les daban pulque”. Para él, el pulque no solo es una bebida, sino una fuente de fuerza y energía, especialmente cuando se consume con moderación durante las comidas.

La producción de la tradicional bebida es un arte que requiere habilidad y conocimiento profundo. Pablo enfatizó en la importancia de cortar el agave en el momento adecuado para maximizar la extracción de aguamiel. Además, el proceso de recolección es delicado, ya que cualquier error podría resultar en una producción de baja calidad o en la pérdida total de la savia.

Sin embargo, el camino hacia la revitalización del pulque no está exento de desafíos. La competencia de otras bebidas alcohólicas, así como el clima impredecible que puede arruinar la producción, siguen siendo obstáculos significativos. Además, la presencia de larvas y plagas en las plantas de agave también complican la producción.

A pesar de estas dificultades, los jóvenes productores y aficionados están encontrando formas de celebrar y promover el pulque, organizando festivales y eventos donde se puede degustar esta bebida ancestral. Las redes sociales y la creciente cultura de la gastronomía mexicana también jugaron un papel crucial en la difusión.